Congrega El Aleph a científicos distinguidos

Aaron Ciechanover y Lionel Naccache. Fotos: Festival El Aleph.

Resultados de estudios de vanguardia tanto en fisiología como en comportamiento y salud colectiva han sido presentados por reconocidos investigadores y académicos en El Aleph. Festival de Arte y Ciencia 2021, avances que generan perspectivas para un mejor futuro en la era postpandemia.

El biólogo israelí Aaron Ciechanover, galardonado con el Premio Nobel de Química en 2004, habló sobre descubrimientos médicos y los retos de la ciencia y la ética en los tiempos del coronavirus. Él ha sido una de las voces más respetadas en la reflexión sobre las decisiones políticas, médicas y sociales para tratar de ponerle un alto a la pandemia, dijo en la presentación de su conferencia el divulgador científico José Gordon, curador del festival.

Ciechanover ha investigado profusamente sobre el mecanismo de trituración de basura celular, clave para el mantenimiento de la salud. Descubrió que nuestras células eliminan y reciclan los residuos o elementos defectuosos en su interior. Cuando el proceso es alterado, pueden desarrollarse cáncer o enfermedades neurodegenerativas.

Consideró que tenemos todo a la mano para superar la Covid-19, pero aclaró que no hay nada gratis. “Ahora sabemos que las vacunas están funcionando. La experiencia en Israel es maravillosa, en pocas palabras ya somos libres, en los hospitales ya no hay más pacientes”.

“Hay muchos problemas relacionados con la vacunación, uno de ellos es el costo, no todos los países pueden pagarlo, entonces ¿a quién vacunamos primero: a la gente vieja o a los jóvenes? La cuestión de la vacunación es complicada si se ve desde la perspectiva ética.”

Mencionó que sin empatía no somos seres humanos. “Es probable que esta sea la única característica que nos distingue del mundo animal. Es empatía con la gente mayor, con los desamparados, con los pobres. Es empatía con todo lo que nos rodea, sin ella nuestra existencia no se justifica”, concluyó Ciechanover.

Cerebro y sociedad

El neurocientífico francés Lionel Naccache participó con la conferencia ¿Es el Mundo Epiléptico? Analogía entre el Microcosmos Cerebral y el Macrocosmos Social, durante la que explicó que nuestro cerebro está conformado por células elementales, las neuronas, que se comunican entre ellas, pero manteniendo su individualidad; son neuronas diferenciadas, lo que resulta muy importante para su funcionamiento. “Se puede decir que cada neurona tiene un cuerpo celular”.

El investigador propuso una analogía donde algunos aspectos de la hipercomunicación en la sociedad son como un ataque epiléptico en el cerebro. “Una sociedad epiléptica sería una sociedad todavía activa, pero que ha perdido toda capacidad de autoformación y autocrítica, así como de participación en cualquier cambio estratégico”.

Aclaró que “una sociedad epiléptica inconsciente no está formada por individuos inconscientes, sino conscientes. La epilepsia es un proceso dinámico, no se puede congelar. Son periodos que se mueven en el cerebro y también en las sociedades, y es curable”.

Robert Keith Wallace y Heidi Boisvert.

Meditación

La meditación trascendental no sólo impacta al cerebro, sino también al sistema neurológico y hasta a las moléculas de quien la práctica en beneficio de su salud. Se trata de una técnica de medicina tradicional que por mucho tiempo fue asociada a creencias pero que, gracias a estudios científicos recientes, se ha revelado eficaz para conseguir efectos fisiológicos positivos a largo plazo, de acuerdo con Robert Keith Wallace, doctor en Fisiología por la Universidad de California.

Esta técnica no sólo ayuda a alcanzar un alto estado de coherencia, sino que además previene y combate enfermedades cuando se hace de ella un hábito, afirmó el especialista entrevistado por José Gordon en la charla Investigación Científica de Meditación Trascendental y Ayurveda para Enfrentar el Estrés por Covid-19.

Medicina narrativa

La artista multidisciplinaria y desarrolladora de productos tecnológicos y digitales Heidi Boisvert, quien estudia los efectos neurobiológicos y socioculturales del consumo de contenidos, habló de cómo las narraciones de la cultura pop moldean modelos mentales que, gradualmente, pueden detonar nuevos instintos conductuales a favor de las mejores causas en la sociedad. “La cultura pop también puede ser un arma insurgente para aplicar ingeniería inversa a las narrativas dañinas”.

Como parte de su trabajo fundó Future Perfect Lab, una agencia creativa y grupo de reflexión que, expuso, entre otros proyectos hace campañas para promover la justicia social usando videojuegos, realidad virtual y aumentada, narrativa transmedia, sitios interactivos y actividades participativas de danza y teatro.

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