Consolidar espacios académicos del IGL

Busca crear la Estación Regional Noroeste en Hermosillo, Sonora. Foto: Víctor Hugo Sánchez.

Ricardo Barragán Manzo ha asumido un nuevo reto para consolidar la presencia y el trabajo al frente del Instituto de Geología (IGL) de la UNAM, y en esta nueva oportunidad espera expandir los espacios y oportunidades de investigación, regresar a las actividades presenciales con la mayor seguridad posible y transformar la Estación Regional Noroeste (ENRO) de esta entidad en un nuevo centro de investigación.

Recientemente designado, por segunda ocasión, como director del IGL para el periodo 2022-2026, el especialista en paleontología señaló que la Universidad y el país salen de una situación complicada que fue el confinamiento por la pandemia, el cual impuso una serie de desafíos desde su inicio en 2020.

“Un reto al que me enfrentaré será regresar a la presencialidad, porque es complejo reabrir los espacios, readecuarlos para la docencia, la investigación y la divulgación. Parece sencillo, pero no es así. Es algo que se debe cuidar a fin de garantizar la seguridad sanitaria del personal y para que quienes interactúan con el Instituto de Geología encuentren una condición de no riesgo, o del menor posible. Además, buscaré impulsar y mantener todos los programas de esta entidad”, detalló.

Entre los planes destaca que la ERNO, ubicada en Hermosillo, Sonora, sea transformada en un Centro Interdisciplinario de Investigaciones. Este espacio tiene 48 años, y por ello Barragán Manzo consideró “justo pensar en su transformación, pues es una comunidad madura, pensada en sus inicios para estudiar la geología de ese polo del país, principalmente en minería. Sin embargo, a través de los años se ha diversificado y poco a poco se ha enriquecido con temas de geología ambiental, paleontología, industria extractiva de los suelos y agua, incluyendo el cumplimiento de las normas y de energías renovables”.

El proyecto busca que dicho espacio tenga capacidad de internacionalización, ya que existe la posibilidad de crear laboratorios binacionales con la Universidad de Arizona, además de que la estación ya alberga parte de la estructura del Laboratorio Nacional de Geoquímica y Mineralogía. Entre los planes está también abrir un espacio hacia el Sur, con una nueva unidad del Instituto quizás en Oaxaca, que en un inicio podría estudiar riesgos geológicos, atender la investigación en yacimientos minerales, suelos, cambio climático, agua y otros temas relacionados con sustentabilidad.

Casi al cierre de la anterior gestión se creó la Unidad de Educación Continua y a Distancia del IGL, pues no todos tienen una y aquí la hemos desarrollado con el objetivo de facilitar una actividad que tiene que ver con la transferencia de conocimiento, y nos ha funcionado muy bien.

Otro de los proyectos en este periodo, es crear en el IGL una Secretaría Técnica de Cómputo y Telecomunicaciones. Actualmente todo lo que tiene que ver con tecnologías de la información se gestiona desde la Secretaría Técnica y Administrativa, y eso crea dificultades, por lo que se requiere una estructura nueva para atender esta necesidad, estimó.

“Igualmente, nos quedamos un poco en stand by en la revisión de los documentos normativos, como los criterios de evaluación de los investigadores, hay que actualizar, crear nuevos para el técnico académico. Necesitamos otros relacionados con la inducción, es decir, que guíen a todos los que se incorporen a la entidad, porque hemos visto que con toda la complejidad administrativa muchas veces si no tenemos un sistema de mentorías para los jóvenes, se pierden un poco en el camino”, señaló.

El también integrante Sociedad Geológica Mexicana, A.C. aseguró que se continuará con la renovación de la planta académica para fortalecer las líneas de investigación, además de impulsar nuevas que demandan las necesidades, sobre todo cuando se habla de ecosistemas, estudios de suelos, aguas y zonas críticas.

“Tenemos un grupo emergente que estudia yacimientos minerales, y queremos impulsar la investigación en metalogenia, que no se ha fortalecido en los últimos años, y atender la gestión de riesgo geológico, especialmente la geología urbana, los aspectos que afectan las grandes metrópolis como la Ciudad de México, donde se viven sismos, ordenamiento territorial, de agua y suelo. Hay un grupo importante que ve esto, y me gustaría impulsar el desarrollo de tecnosuelos, que son suelos artificiales que pueden adaptarse al crecimiento urbano, útiles para la producción de alimentos, entre otras cosas”, explicó.

De forma similar a la creación del Programa Universitario de Estudios del Suelo, se espera fortalecer la relación transversal del Instituto con aquellas instituciones que tocan temas similares, por ejemplo, Ciencias de la Atmósfera, Geofísica, Geografía, el Centro de Geociencias en Juriquilla y la división de Ciencias de la Tierra en Ingeniería. Tenemos que fortalecer tanto la investigación como la docencia entre los institutos que comparten su quehacer, mencionó el también investigador universitario.

Igualmente se espera continuar con la certificación de los diferentes laboratorios nacionales que alberga el IGL, y se trabaja para la reapertura del Museo de Sitio en Tepexi de Rodríguez, Puebla, así como la del Museo de Geología en Santa María La Rivera, pero actuando con responsabilidad a fin de cuidar al personal y alumnado que visiten estos espacios, concluyó.

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