Convoca Arquitectura al Premio Alberto J. Pani

Es el más importante en composición; se realizará a distancia


La Facultad de Arquitectura (FA) convoca al 36 Premio a la Composición Arquitectónica Alberto J. Pani 2020, el más importante en el país en esa materia y que, por primera vez, se realizará a distancia en su totalidad.

Este certamen reúne a los mejores alumnos de las instituciones afiliadas a la Asociación de Instituciones de Enseñanza de la Arquitectura de la República Mexicana (ASINEA), y se efectúa en colaboración con esta agrupación, así como con la Academia Nacional de Arquitectura.

Marcos Mazari, director de la FA, explicó que, a diferencia de otros años, se hará a distancia desde la primera etapa. “El hecho de no poder reunirnos no debe ser visto como un aislamiento, sino como un momento de crecimiento y de ocasión de la enseñanza de la arquitectura”. Al no tener que desplazarse, podrá haber más competencia y se establecerá un diálogo a través de los medios digitales.

El Premio Alberto J. Pani, abundó, es una colaboración interinstitucional entre escuelas de la especialidad, pero también entre la ASINEA, la academia y el gremio de los arquitectos por medio de los colegios de especialistas, lo que permite establecer un diálogo entre el jurado y los concursantes, todos ellos estudiantes de alto nivel, elegidos por sus instituciones.

Comienza con una etapa llamada corta, donde se inscribe un representante por cada escuela, que puede ser un alumno de los últimos semestres o recién egresado que no tenga 25 años cumplidos. Aquí se reciben entre 60 y 90 de diferentes lugares del territorio nacional, quienes trabajan paralelamente sobre un tema específico y en un corto tiempo.

Luego, el jurado determina a cinco finalistas, quienes intervienen en la segunda etapa, la larga, que dura alrededor de tres semanas, y en la que desarrollan ampliamente un tema para presentarlo de nuevo y establecer así al ganador.

Se determinó que el concurso debe ser itinerante; de ese modo, la FA convoca y establece un vínculo con otra facultad o escuela que forme parte de la ASINEA, y que puede ubicarse en cualquier parte de México. Este año la colaboración es con la Universidad Modelo, de Mérida.

El tema del certamen se selecciona entre las dos instituciones para ambas etapas. Eso ha permitido que los alumnos reconozcan la realidad del país y las características ambientales, culturales y sociales de diferentes sitios de la República, dijo el universitario.

“La convocatoria ya está abierta y ya hay quienes se han inscrito; las instituciones de enseñanza de la arquitectura han comenzado a comunicarse con nosotros. Tenemos hasta el 25 de septiembre como fecha límite de inscripción”, anunció.

Dos etapas

Marcos Mazari refirió que la etapa corta se realizará del 5 al 9 de octubre, y la larga, del 12 al 23 del mismo mes. Quienes intervengan, por supuesto, tendrán los insumos necesarios para conocer las ubicaciones en donde se desarrollarán los proyectos: características urbanas, ambientales, paisajistas, equipamiento, conformación social y demás temas que se abordan.

A los que tomen parte de la etapa corta se les entregará, en línea, un reconocimiento el 9 de octubre, y a los finalistas se les premiará el 23 de octubre, con la Medalla Alberto J. Pani y 50 mil pesos para el primer lugar, y 10 mil pesos y menciones honoríficas para el resto.

En septiembre de 2017, mientras la competencia arquitectónica se desarrollaba en la FA, de la UNAM, ocurrió el sismo del 19 de septiembre. La mayoría de los participantes nunca habían sentido un temblor de la magnitud que se registró entonces; se generó una expectativa de lo que significa desalojar instalaciones, tomar medidas de seguridad, etcétera. Algunos se quedaron, otros regresaron a sus lugares de origen. El encuentro que había comenzado presencial se volvió a distancia. “Esa fue nuestra primera experiencia en esa modalidad”, recordó el director.

Igualmente, a lo largo de la historia, el concurso ha dado seguimiento a la enseñanza de la arquitectura y a los elementos que se emplean: comenzó con el uso de lápiz y restirador, y hoy se emplean herramientas digitales. Esto también “ha permitido generar una fundamentación ética, indispensable y esencial en el desarrollo de los estudiantes, que permite credibilidad en el trabajo que presentan y reconocer que es hecho por ellos mismos”.

Mazari destacó que lo más significativo del galardón es que, a pesar de las herramientas digitales, reconoce la labor del arquitecto, y aunque ha habido participantes con gran equipamiento e insumos digitales, no son necesariamente quienes llegan a la final.

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