Uno de los primeros centros periféricos
Cumple 25 años la Unidad de Fisiología Molecular del IIBm
Practica un modelo exitoso donde interactúan la investigación básica de laboratorio y el ejercicio clínico hospitalario
La Unidad de Fisiología Molecular (UFM) del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) cumplió 25 años de productiva existencia. Es una de las primeras unidades periféricas del IIBm, y desde su fundación está instalada dentro del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, lo que ha permitido ensayar un exitoso modelo en el cual la investigación básica que se realiza en laboratorio y el ejercicio clínico hospitalario interactúan de manera eficiente, haciendo realidad la medicina traslacional.
“Aquí examinamos desde modelos de ratones hasta estudios en humanos”, resumió Gerardo Gamba Ayala, investigador de Biomédicas, quien desde hace 25 años está al frente de la UFM. Ésta inició funciones el 24 de febrero de 1994, dentro del Departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral de Nutrición. “Entonces yo era el único investigador y ahora somos 12 de diferentes instituciones”, señaló Gamba, quien ha sido galardonado con el Reconocimiento Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos, los premios Universidad Nacional y Nacional de Ciencias y Artes, entre otros.
Mecanismos renales
“Llegué a la unidad con una línea de investigación, que es entender los mecanismos por los que se da y se regula el transporte de sal en el riñón, un fenómeno fisiológico muy relevante en la regulación de la presión arterial y en una de las enfermedades más comunes de los adultos en el mundo, que es la hipertensión arterial”, comentó.
La idea de avanzar el Laboratorio de Nefrología a unidad periférica fue del entonces director de Biomédicas, Carlos Larralde. “Él pensó que la vocación de investigación biomédica del Instituto se había perdido un poco, y que una forma de recuperarla e incrementarla era tener especialistas de Biomédicas de la UNAM en donde está la acción clínica, que son los institutos nacionales de salud. Con esa idea pasé a ser un investigador de Biomédicas con el laboratorio en el hospital y la Universidad ganó un laboratorio con esas facilidades”.
Poco a poco se fueron sumando estudiantes, y en 2001 se unió a la unidad periférica la investigadora Norma Bobadilla Sandoval, también del IIBm y ganadora en tres ocasiones del Premio Canifarma.
“Trabajé dos años del doctorado con Gamba, lo que me enriqueció mucho, pues aprendí técnicas de biología molecular. Más tarde me integré a la unidad con una línea de investigación sobre mecanismos de enfermedad renal.”
Estudiaron el papel de la aldosterona en el desarrollo de enfermedades renales. La aldosterona es una hormona segregada por las glándulas suprarrenales que ayuda a regular la presión arterial. Aumenta la reabsorción de sodio y agua y la liberación de potasio en los riñones. Esta acción eleva la presión arterial.
“Esto ha sido muy útil porque nos ha permitido hacer investigación traslacional. Con lo que demostramos a nivel experimental hemos desarrollado protocolos clínicos y generamos publicaciones internacionales. Esto lo logramos gracias a que podemos tener acceso a pacientes y muestras humanas”, concluyó Norma Bobadilla.