Curie y Einstein: dos grandes científicos, vidas desiguales por el género

Hace 111 años, Marie Curie y Albert Einstein se conocieron. Ella era ya una figura de la ciencia e incluso le escribió una carta de recomendación para que continuara su carrera en la investigación; sin embargo, enfrentaron retos posteriores muy diferentes sólo por el hecho de su género. “A ellas les arrebatan el prestigio, y ellos ganan decoro”.

En esto coincidieron Rosa Montero, escritora y periodista española, y José Daniel Edelstein Glaubach, investigador y divulgador científico argentino, al intervenir en la conferencia Marie Curie y Albert Einstein: Vida y Obra de los Iconos de la Ciencia desde la Literatura, organizada por la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM.

“En el siglo XIX, en particular en la segunda parte, era un machaque absoluto de la mujer, serlo era terrorífico, era una locura, y más hacer ciencia”, expresó Rosa Montero, autora del libro La ridícula idea de no volver a verte, novela dedicada a la vida de la científica polaca.

En la sala virtual de la FC, Rosa Montero aseguró que Marie Curie escribía fenomenal y que, incluso, se planteó ser novelista. Cuando a los 14 años terminó su educación en Polonia, pensó que todo concluiría ahí, pero había escuchado decir que en Rusia y en Francia sí permitían estudiar a las mujeres.

En el siglo XIX, en particular en la segunda parte, era un machaque absoluto de la mujer, serlo era terrorífico, era una locura, y más hacer ciencia”

“La historia de la ciencia está llena de mujeres a las que les roban el prestigio, pues implica más cosas, no ganas los galardones que van ganando los varones. Esto es muy revelador del machismo y sigue pasando, porque esta ideología continúa educándonos”, destacó.

Aun cuando fue ganadora de dos Premio Nobel, indicó Montero, Marie se dedicaba a hacer la casa, a cocinar y escribir formulas químicas y mermeladas.

“La presión fue tan grande que casi se vuelve loca, tenía una fragilidad psíquica. Su suegra falleció y el suegro cuidaba a sus niñas, y gracias a eso tuvimos a Marie Curie”, mencionó.

La escritora española expuso que la científica, pionera en el campo de la radioactividad, volvió a enamorarse, a sentir atracción física y química tras la muerte de Pierre, su esposo, quien perdió la vida al ser atropellado.

“No hay foto suya donde sonría. Ella elaboró un diario de 25 páginas que escribió tras la muerte de Pierre, el cual es un aullido de dolor, salvaje. Mi marido también había fallecido y eso me conectó para escribir sobre ella, y emprender un viaje a su cabeza, porque tú como novelista te metes en los personajes”, añadió Montero.

Fotos: Erik Hubbard.

Lo excepcional y las carencias

José Daniel Edelstein Glaubach aseveró, en la charla moderada por Gabriela Frías Villegas, del Programa Universitario de Derechos Humanos, que Albert Einstein era excepcional en algún aspecto, pero tenía muchas carencias en otras cuestiones, aunque éstas no son peores sólo por el hecho de ser quien fue.

Una muestra de ingenuidad de Einstein son las cartas que le envió a Sigmund Freud. En las respuestas a éstas, el médico austriaco le argumenta al científico alemán que Europa estaba en el camino del desastre. Albert Einstein aún creía en el diálogo y “que todo se arreglaría en calma”.

Finalmente uno se conecta con el humano y la humana que hay detrás de ellos. No podemos emitir algún juicio porque aquella era una sociedad distinta”

Finalmente “el tiempo le daría la razón a Freud con la Segunda Guerra Mundial, situación que ya no vivió porque el denominado padre del psicoanálisis murió antes. Hay grandes cabezas que no pueden reflexionar sobre otros aspectos, no dan”, externó Daniel Edelstein.

El profesor de física teórica en la Universidad de Santiago de Compostela, España, prologuista de la Breve historia del tiempo de Stephen Hawking en su versión al gallego, fue quien recordó que Einstein recibió una carta de recomendación de Marie Curie, cuando ella era ya figura de la ciencia.

“Finalmente uno se conecta con el humano y la humana que hay detrás de ellos. No podemos emitir algún juicio porque aquella era una sociedad distinta”, concluyó.

También podría gustarte