Danza UNAM inició Temporadas Grandes

Entre marzo y junio presentará más funciones de una misma coreografía

En código bolero: la dulce limerencia.
En código bolero: la dulce limerencia.

Danza UNAM ofrecerá temporadas más extensas de lo habitual, con el propósito de que las compañías y bailarines que participen consoliden sus propuestas función tras función.

De marzo a junio, tres compañías y un montaje unipersonal tendrán entre cuatro y 11 funciones en el ciclo Temporadas Grandes en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario. De esta manera se rompe la tendencia de pocas presentaciones de una pieza. Se apuesta por atraer a un mayor público.

Evoé Sotelo, directora de Danza UNAM, tiene claros los motivos y la estrategia: “Sabemos que una compañía de artes escénicas se consolida en la función, en el día a día sobre el escenario. Queremos también propiciar mejores condiciones para las compañías en ese sentido, que afiancen sus propuestas, que se consoliden en términos compositivos y propositivos esas piezas”.

La compañía de la bailarina, coreógrafa y directora Tania Pérez-Salas abrió el 9 de marzo con 3. Catorce Dieciséis, obra inspirada en el número Pi, en la que reflexionó sobre la circularidad de nuestro movimiento en el transcurso de la vida. Teatralidad intensa y conjunción de imágenes contrastantes con una música de melodías amplias, variadas y ornamentadas, caracterizada además por sus ritmos de diseños persistentes, como lo es la del periodo barroco, particularmente las composiciones de Antonio Vivaldi.

Tania Pérez-Salas presentó además Macho man XXI, la cual aborda mediante diferentes cuadros escénicos un tema que no debe pasar desapercibido: la violencia de género. La pieza, dijo su creadora, tiene sus raíces en el miedo.

Imaginario amoroso

En abril, el coreógrafo y fundador de la compañía A Poc A Poc, Jaime Camarena, repondrá En código bolero: la dulce limerencia, con ocho bailarines en escena, el slammer o poeta-performer Rojo Córdova y el pianista Rodrigo Castillo. En esta obra, estrenada en el verano de 2017 en el Palacio de Bellas Artes, su autor disecciona este género musical nacido en Cuba y nutrido en México para reconstruir su discurso poético desde una mirada atemporal y en un tono fársico. Da cuenta de cómo el bolero desde sus inicios ha influido decisivamente en la creación de nuestro imaginario amoroso.

El espectador será testigo de cómo la limerencia o enfermedad del amor se reproduce como un virus que contagia a las parejas, sean novios, esposos, amantes o quimeras. Escuchará 18 boleros en cuanto sintonice con la recreación visual de una estación de radio. Desde una cartografía continental del sentimiento compartirá códigos que dejarán al descubierto su desaliento por un amor no correspondido, o bien el amor adúltero apenas ayer inconfesable.

Metáfora corporal

Mayo será para la compañía El Cuerpo Mutable/Teatro de Movimiento, dirigida desde 1982 por la coreógrafa Lidya Romero. Presentará Nina, un viaje en el tiempo para dar vida al imaginario de una mujer nacida en el seno de una familia tradicional de Acámbaro, Guanajuato, y que migra a la capital del país. Ejercicio de memoria histórica que visibiliza a las mujeres que comenzaron su camino de empoderamiento en una sociedad conservadora y machista de las primeras cinco décadas del siglo XX. Estrenada en 2018, Nina va del recuerdo a la metáfora corporal, transita de lo íntimo a lo público por medio de trazos coreográficos con los que teje una narrativa que parte del gesto mínimo y alcanza acciones vertiginosas en espacios amplios.

Nina transgresora, viajera por cuenta propia, lectora ávida, bailarina de danzón y aficionada a la fiesta brava. Una prueba de cómo desechar las apariencias y gozar la autonomía, pese a quien le pese.

La vida y el sueño

Y en junio llegará el turno del actor, coreógrafo y director Antonio Salinas para desplegar formas y contenidos en la superficie de la Sala Miguel Covarrubias. De los sueños esta noche es la obra unipersonal que estrenará y que está inspirada en La vida es sueño, de Calderón de la Barca.

El protagonista trabaja en un observatorio astronómico y, aquejado de narcolepsia, sueña con la obra teatral del dramaturgo español del Siglo de Oro. La premisa: si la humanidad se quedara dormida, el sueño que tendríamos sería La vida es sueño. ¿Por qué no probar desde ahora?

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