Aportaciones en materia sísmica
Darío Rivera Vargas, Ingeniero del Año
Recibió el Premio Kalchiuani Tsintetl Okachiuali, Constructor de los Cimientos del Futuro
Por sus contribuciones en el ámbito de la ingeniería sísmica, las que han repercutido en el desarrollo de nuevas tecnologías y métodos para beneficio de la sociedad, Darío Rivera Vargas, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, fue distinguido como Ingeniero del Año, Premio Kalchiuani Tsintetl Okachiuali (Constructor de los Cimientos del Futuro), que otorga la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.
“Mi candidatura fue propuesta por la Asociación Internacional de Peritos Auxiliares de la Administración de Justicia, AC, por la trayectoria académica y aportaciones en la línea de investigación que he desarrollado durante 20 años; así como por el apoyo al gremio de ingenieros civiles en la asesoría y capacitación en temas de ingeniería sísmica, ofrecida a directores responsables de obra y corresponsables en seguridad estructural a raíz de los terremotos de septiembre de 2017”, dijo el universitario.
Es un proceso complicado porque todos los postulados cuentan con un gran sustento para ser galardonados y son los miembros del Consejo Directivo quienes efectúan el análisis y elección de quien tiene el mayor número de argumentos sólidos y/o colaboraciones a la ingeniería civil, refirió.
Recordó que su interés por la ingeniería sísmica nació como consecuencia de vivir los eventos de 1985. “Estaba cursando el primer grado de la secundaria. Entonces no entendí por qué varios edificios colapsaron excepto la Torre Latinoamericana, que era el más alto, aparentemente tenía un diseño más sofisticado”.
Por ello, agregó, le llamó la atención estudiar ingeniería civil y posteriormente especializarse en ingeniería sísmica, a fin de buscar diseños que ofrecieran mayor seguridad a los inmuebles. “Luego ingresé al Instituto de Ingeniería de la UNAM como becario, en donde tuve la oportunidad de colaborar con Roberto Meli Piralla, investigador emérito de esta institución, una autoridad en ingeniería sísmica, y quien me motivó a hacer indagación en esta apasionante área”.
Rivera Vargas ha realizado diversos trabajos de investigación, entre ellos destacan: Evaluación de la respuesta sísmica de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México; Diseño sísmico de puentes; Evaluación de la vulnerabilidad sísmica de puentes; Análisis del riesgo sísmico en Naucalpan, y Diseño sísmico de edificios de concreto usando amortiguadores.
Diseños más racionales y confiables
Actualmente labora en el desarrollo de una formulación multivariada probabilística para mejorar la predicción de ese peligro, y con ello buscar que las construcciones tengan diseños más racionales y confiables. “Dicho tema surgió de mi reciente estancia de investigación sabática en el Instituto Mexicano del Petróleo, como parte de una beca otorgada por la DGAPA-UNAM, dentro del Programa de Apoyos para la Superación del Personal Académico”, apuntó.
Cree que en México hacen falta más especialistas en este campo. “Prueba de ello fue que durante los temblores de septiembre de 2017 no se contó con suficientes ingenieros en esa rama para revisar varias construcciones dañadas y sobre todo hacer evaluaciones acertadas en cuanto a su nivel de riesgo”.
Resaltó que en su labor docente ha buscado contribuir mediante la enseñanza de asignaturas como Ecuaciones Diferenciales su aplicación a la ingeniería sísmica, y en Diseño de Estructuras de Concreto los criterios respectivos.
“Igualmente, con la dirección de tesis de licenciatura, maestría y doctorado, producto de la participación de los alumnos en proyectos de investigación relacionados con los terremotos; así como en la capacitación de los directores responsables de obra y corresponsables en seguridad estructural, que son figuras importantes en la revisión de las construcciones.”
Sobre esta distinción consideró que en lo personal es relevante porque se reconoce que con su labor ha podido apoyar al gremio de la industria de la construcción en el país con la atención de un problema crítico, como ha sido el riesgo que enfrentan las edificaciones en varias entidades de la República Mexicana. “Ejemplo de ello fue el honor de presidir la Sociedad Mexicana de Ingeniería Sísmica, AC (2018-2019), y apoyar a ingenieros civiles y arquitectos en su capacitación para enfrentar los trabajos de rehabilitación de los inmuebles afectados por los temblores de 2017”, indicó.
“Como universitario creo que con este reconocimiento también se pondera la significativa labor de la UNAM en la solución de los problemas del entorno; en mi caso, el riesgo que en dicho sentido enfrenta el territorio nacional. Gracias a la formación de calidad y a los trabajos de investigación, los universitarios podemos ser útiles a la sociedad.”