Desarrollan películas poliméricas para tratar la uveítis

En el mundo hay unos mil 300 millones de personas con alguna deficiencia visual


En la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán desarrollaron una forma farmacéutica no convencional para la administración de fármacos contra la uveítis.

Dicha afección ocular engloba varias enfermedades inflamatorias de la úvea, parte inferior del ojo donde se encuentra el iris. Cuando ésta se complica puede causar daño en el tejido ocular, reduciendo la visión o, en algunos casos, causando ceguera. Actualmente hay medicamentos para tratarla, pero ninguna guía universalmente aceptada.

José Juan Escobar Chávez, responsable del Laboratorio 12 de Sistemas Transdérmicos y Materiales Nanoestructurados de la Unidad de Investigación Multidisciplinaria (UIM), y Abel Esaú Peña Cuevas, egresado de la licenciatura de Farmacia, trabajaron en el proyecto de tesis “Diseño, desarrollo y caracterización de películas poliméricas cargadas con dexametasona para el tratamiento de uveítis”.

Opción más cómoda y eficiente

El objetivo del científico y el alumno era crear una película polimérica oftálmica mediante la mezcla de polímeros inteligentes, es decir, plásticos que al entrar en contacto con la temperatura corporal liberan un medicamento previamente cargado. “Se pretendió generar una nueva opción a las formas farmacéuticas existentes en el mercado, que casi siempre son gotas”, comentó Escobar.

Para eso se utilizó el fosfato de dexametasona como principio activo, uno de los glucorticoides más prescritos, ya que es efectivo y seguro en tratamientos de alta variedad de condiciones oculares. Comúnmente se usa para suprimir la inflamación del ojo y conservar la visión; no obstante, debe suministrarse de manera frecuente.

El reto fue considerable debido a los procesos naturales que protegen al ojo, como la sensibilidad a cuerpos extraños y el lagrimeo. Sin embargo, a diferencia de las gotas, que no permiten proveer correctamente el medicamento, las lentillas ofrecen múltiples beneficios al paciente.

“Lo que queríamos es que se desintegrara dentro de la mucosa ocular, pero que dicho proceso tardara al menos unos 10 minutos. Buscamos que durante ese tiempo de contacto con la mucosa ocular ayudara a que el fármaco tuviera mejor efecto y eficiencia y que se evitaran las aplicaciones constantes a lo largo del día”, mencionó el académico.

En el proceso además se atendieron puntos críticos de calidad como la mucoadhesión, la resistencia a la fractura, el tiempo de desintegración, la liberación del fármaco de las lentillas, la permeación a través de la mucosa ocular y el pH.

Tipos de uveítis: A) anterior B) intermedia C) posterior

Además, biodegradables

El principio de uso es el mismo al de los lentes de contacto: actúan de manera prolongada y evitan los riesgos secundarios que pueden ocasionar glaucoma, un padecimiento que eleva la presión intraocular por falta de drenaje del humor acuoso y puede causar la pérdida de la visión. Además de ello, son biodegradables.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de mil 300 millones de personas viven con alguna deficiencia visual. Esto representa un importante riesgo de salud pública, pues limita la calidad de vida de los pacientes e incrementa el costo de cuidados sanitarios.

Además de lo anterior, la interrupción de los tratamientos y el incumplimiento de la dosificación del programa prescrito traen consigo recaídas, agravamientos y la aparición de efectos secundarios o intoxicaciones. Cabe señalar que 80 por ciento de los casos de visión deficiente en el mundo se consideran previsibles.

Hace algunos meses, el Consejo Farmacéutico Mexicano, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y Fundación UNAM otorgaron a esta aportación científicatecnológica del Laboratorio 12 el segundo lugar del premio CFMFundación UNAM para la Innovación Farmacéutica, en la categoría licenciatura.

Este galardón reconoce las soluciones en materia de salud que son creadas mediante la investigación, las cuales pretenden incorporarse como nuevos productos al conjunto de opciones terapéuticas disponibles. Lo anterior hace factible un aumento tanto en la calidad como en la esperanza de vida de la población. Por tanto, es un objetivo que tienen en común el gobierno, la academia y la industria, ya que se impulsa a las ciencias de la salud en México y se fortalece la competitividad del sector.

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