Fue diseñado por Gabriel del Río, del IFC, y colaboradores

Desarrollan péptido para combatir la tuberculosis

Ya está patentado en México; se llama Iztli en honor a Tezcatlipoca, dios que portaba el puñal usado por los aztecas en los sacrificios humanos

Disminuye el daño pulmonar que causa la bacteria Mycobacterium tuberculosis y ayuda al organismo a matar dicho patógeno.

Iztli 1, un péptido desarrollado en el Instituto de Fisiología Celular (IFC) y ya patentado en México, podría convertirse en un antibiótico para combatir la tuberculosis.

Fue llamado Iztli en honor a Tezcatlipoca, dios que portaba un cuchillo de obsidiana, que era el puñal sagrado Iztli o Técpatl, usado por los aztecas en los sacrificios humanos.

El péptido Iztli (IP-1), diseñado por Gabriel del Río y colaboradores, es un misil molecular que (ya probado en ratones) disminuye el daño pulmonar que causa la tuberculosis y ayuda al organismo a matar a la bacteria Mycobacterium tuberculosis (MTB).

Acabar con la MTB es un reto para la medicina porque la bacteria ha evolucionado para evitar los mecanismos de defensa de los macrófagos (un tipo de células del sistema inmune encargadas de proteger al cuerpo de bacterias dañinas) y se ha vuelto también resistente a los antibióticos de uso común.

Iztli o IP-1 se encuentra formado por dos secuencias de aminoácidos. Una, creada a partir de la levadura de la cerveza, reconoce a las células objetivo: en este caso la feromona de la Saccharomyces cerevisiae. La otra, complementa a la primera para generar una secuencia con actividad antimicrobiana.

Se ensayó en células de la levadura de la cerveza porque, como las células del ser humano, son eucariontes y comparten genes semejantes con nosotros.

Dos que tres atributos

Del Río descubrió que la combinación de sus dos atributos: ser cazador y asesino a la vez, le da al péptido Iztli 1 otras propiedades emergentes. En células de mamíferos y de hongos microscópicos como las levaduras, activa la autofagia, un proceso natural para enfrentar la infección por MTB.

La autofagia elimina partes dañadas de la célula y a las bacterias que invaden su interior. Así, el péptido Iztli 1, al activarla, facilita la respuesta natural de los macrófagos ante la infección de MTB. Al mismo tiempo, el péptido es capaz de matar directamente a la bacteria MTB, de tal manera que aun las bacterias resistentes a antibióticos o a la respuesta natural del cuerpo pueden ser sensibles ante esta doble actividad del péptido.

Como resultado final, la MTB muere y el sistema inmune repara el daño generado por esta bacteria.

Que el IP-1 mate a la MTB desde adentro de la célula y a la vez la ayude a deshacerse de la bacteria, lleva a Del Río y a su grupo a postular que podría curar no sólo la tuberculosis, sino también otras enfermedades infecciosas resistentes a antibióticos.

Actualmente, en los tratamientos de infecciones se usan antibióticos que atacan a los microbios o activan el sistema inmune, pero ninguno está diseñado para ambos blancos. El péptido Iztli 1 es el primero en esa clase de moléculas.

Un estudio preclínico, realizado por Del Río y su grupo en un modelo de ratón que replica la tuberculosis, demostró que Iztli sí tiene esa actividad terapéutica.

Al administrar el IP-1 en roedores, se observó que reduce el daño ocasionado por MTB: la bacteria se encuentra en menor cantidad en los pulmones y hay más citocinas protectoras (proteínas del sistema inmune que actúan como reguladores de la respuesta inmune del cuerpo).

La siguiente fase será probar el péptido Iztli 1 en humanos para comprobar su eficacia ante la tuberculosis resistente a antibióticos. Con ese propósito se espera la colaboración del sector salud para iniciar las pruebas clínicas.

Mientras, Del Río y su grupo desarrollan herramientas de cómputo para diseñar péptidos más selectivos, con propiedades emergentes, que se puedan, a nivel experimental, aplicar en el tratamiento de diversas infecciones microbianas y en padecimientos asociados al envejecimiento, como el cáncer.

La expectativa es que el IP-1 (u otras moléculas capaces de inducir autofagia en humanos) podría también eliminar los componentes de la célula que van acumulando daños durante el envejecimiento, reduciendo así la posibilidad de tener cáncer.

El péptido Iztli actúa activando la autofagia. Este mecanismo celular ayuda a los macrófagos a eliminar la bacteria MTB que los infecta. Imagen: cortesía IFC.

Iztli y hunter-killer de EU

El péptido Iztli 1 creado en la UNAM tiene su antecedente en los péptidos hunter-killer creados en Estados Unidos para el tratamiento del cáncer.

Del Río participó en ese proyecto, que se realizó en el Buck Institute for Research on Aging (primer instituto para el envejecimiento y enfermedades asociadas, creado en Estados Unidos) entre 1999 y 2004.

Los hunter-killer son la fusión de dos péptidos. Al hunter, que reconoce selectivamente un tejido, se le acopla killer, que es un péptido selectivo catiónico antibacteriano (SCAP, por sus siglas en inglés).

El killer, dice Del Río, mata a la célula al dañar la actividad de la mitocondria, la cual es para la célula como la Comisión Federal de Electricidad para México: generadora de energía.

En el ser humano, los péptidos antibacterianos (secuencias de aminoácidos) funcionan como una barrera de protección ante las infecciones. “Son nuestras balas”.

La mayoría son catiónicos: tienen carga positiva, por lo que prefieren unirse a la membrana de las bacterias o mitocondrias, que es electro-negativa.

El péptido Iztli 1 uno es una molécula más pequeña comparada con los péptidos hunter-killer. Que sea una versión más corta, subraya Del Río, favorece su actividad y hace más económica su producción.

En el proyecto de péptidos Iztli multifuncionales, además de estudiantes de posgrado con tesis bajo la dirección de Del Río han participado siete grupos de la UNAM, de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) y del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Medición de la estructura tridimensional del péptido Iztli, por cristalografía y rayos X: Alfredo Torres (IFC).

Medición de la estructura secundaria de los péptidos con dicroísmo circular: Georgina Garza (Facultad de Medicina, UNAM).

Determinación de contactos no covalentes de los residuos de los aminoácidos del péptido por resonancia magnética nuclear: Carlos Amero (UAEM).

Medición de mitocondrias aisladas como en células enteras: Antonio Peña y Salvador Uribe (IFC).

Diseño experimental de genética y microscopia confocal para validar las actividades de péptidos Iztli: Roberto Coria (IFC).

Evaluación de la actividad de autofagia: Susana Castro (Instituto de Biotecnología, UNAM).

Evaluación de actividad antituberculosis en ratones: Rogelio Hernández Pando (INCMNSZ) y Bruno Rivas (IMSS).

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