Disertan sobre nuevas formas de entender la historia de la ciencia

Académicos exploran el novedoso enfoque de las historiografías de lo global

Ana Barahona, Carlos Álvarez, Carmen Martínez y Erica Torrens. Foto: Francisco Parra.
En el marco de la reciente Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería 2024, académicos de la UNAM plantearon la necesidad de explorar y debatir nuevas formas de entender la historia de la ciencia y su desarrollo, de una manera distinta a la tradicional, que reconoce a Occidente como único generador de conocimiento.

Para Ana Barahona Echeverría, coordinadora del Seminario Universitario de Historia, Filosofía y Estudios de las Ciencias y la Medicina, la narrativa tradicional supone que los países llamados periferia, como el nuestro, no son centros productores del conocimiento y sólo adoptan el que se genera en Occidente y lo reproducen, como un enfoque que ha tenido cambios significativos a partir de la caída del muro de Berlín y un nuevo entendimiento global que incluya todas las áreas del saber.

Durante la mesa redonda La importancia de las ciencias y su historia en la sociedad, los investigadores hicieron una breve revisión bibliográfica sobre algunas publicaciones en las que se plantean otro tipo de acercamientos a la historia de la ciencia, y por lo tanto a la ciencia misma y sus efectos.

Barahona Echeverría reseñó los libros: Handbook of the historiography of science, editado por Springer, y Confluencia de historiografías tradicionales y redes de colaboración en la construcción de conocimiento científico que editó junto con Erica Torrens y el apoyo del Conahcyt, en los que se busca aterrizar las nuevas perspectivas teóricas y metodológicas sobre el desarrollo de la ciencia, y en la segunda publicación acerca del caso específico de México.

Por su parte, la coordinadora del Posgrado en Filosofía de la Ciencia de la Facultad de Filosofía y Letras, Carmen Martínez Adame, resumió la obra La comprensión de las matemáticas que ella misma coordinó y que fue editada por la UNAM, además de comentar sobre el volumen especial de la revista Almagest, que es una publicación dedicada a la historia de las ideas científicas.

Aseguró que la introducción de este concepto trajo consigo cambios importantes dentro de algunas líneas de investigación de la filosofía de las matemáticas en las cuales se propuso que con el fin de enfocarse en el ejercicio de esta ciencia era necesario analizar tanto la historia como la práctica de matemáticos en activo, para luego regresar a las prácticas más relevantes filosóficamente.

Martínez Adame subrayó que desde este nuevo enfoque de las ciencias matemáticas también hay una historia y filosofía de la ciencia tomando como punto de partida ésta misma.

“Eso es lo que le da cohesión a este proyecto general, y que a su vez permite a los estudios sobre la ciencia ocupar un nuevo lugar que es central en nuestro quehacer académico”.

La geometría

En su oportunidad, el académico de la Facultad de Ciencias, Carlos Álvarez Jiménez, al presentar su obra Ensayos sobre Euclides. La geometría de la congruencia, destacó que el libro es uno de los instrumentos más sublimes y maravillosos del intelecto humano, pues ha sido fundamental para la transmisión y difusión del conocimiento científico.

Comentó que en el análisis de los ensayos de Euclides, que datan de hace más de 2,500 años, se marca claramente el nacimiento de la geometría vinculada de manera indisociable con su producción literaria y su expresión escrita.

“Desde entonces la geometría es un producto literario, y en este libro se establece su tramo, su propia narrativa y su estilo argumentativo; impone el modo en el que se hace y se escribe la matemática. Las obras geométricas se crean, desde entonces, de acuerdo con un canon deductivo que marca la pauta de cómo se hace, se escribe y se difunde la matemática.”

Álvarez Jiménez insistió en que la matemática es literatura, y por tanto todos deberíamos leer un libro de esta ciencia como si estuviéramos leyendo una obra literaria; un texto matemático se escribe de acuerdo con un cierto estilo literario.

“No nos enseñan que un libro de matemáticas es un texto que se debe leer; siempre vemos un volumen de esta materia como una especie de manual, pero la falta de preparación no solamente se siente en los lectores, sino también en los autores, porque muchos no escriben libros de matemáticas, sino manuales de consulta”, concluyó.

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