Economía, marginación y salud, temas de debate académico en la UNAM

El rector Enrique Graue clausura hoy las sesiones del Diálogo Nacional por un México Social. Desarrollo y Sociedad tras la Pandemia

Alicia Bárcena, Leonardo Lomelí y Rolando Cordera. Fotos: Erik Hubbard y Francisco Parra.

América Latina confronta un momento de gran incertidumbre. Estamos ante un rebote económico que no asegura un crecimiento sostenido, planteó en la sesión inaugural Alicia Bárcena Ibarra, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Vivimos la paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe, porque a pesar de que tendremos un año de buen crecimiento en 2021, seguimos con los persistentes problemas estructurales de desigualdad, pobreza y baja inversión y productividad, afirmó Bárcena Ibarra.

En la sesión de apertura del 14 Diálogo Nacional por un México Social. Desarrollo y Sociedad tras la Pandemia, organizado por el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, el secretario general de esta casa de estudios, Leonardo Lomelí Vanegas, expuso que en el encuentro se reflexiona en torno al estado actual de la cuestión social, sobre los riesgos que enfrenta la sociedad mexicana y global tras la emergencia sanitaria, la manera en que ha impactado el desarrollo y las alternativas que se pueden desplegar para buscar una sociedad más equitativa, menos desigual, y lograr armonizar el crecimiento económico con el desarrollo sostenible en lo ambiental y lo social.

Se trata, añadió el funcionario universitario, de la décimocuarta edición de este diálogo que ha sido tan fructífero y en el que también participa la Facultad de Economía (FE), el Instituto de Investigaciones Económicas y la Asociación de Exalumnos de la propia Facultad.

En tanto, Rolando Cordera Campos, coordinador del PUED y profesor emérito de la FE, explicó que se conmemoran 20 años del inicio del Seminario Universitario de la Cuestión Social que derivó, hace una década, en ese programa universitario. “Así conmemoramos un trabajo estimulante que ha permitido movilizar opiniones, reflexiones y cada vez más investigación, de la que nos hemos beneficiado en la UNAM”.

Al continuar con la conferencia magistral, Alicia Bárcena señaló que se deben observar las grandes brechas que evidenció la pandemia, la cual ha magnificado las debilidades de los sistemas de salud y de protección social en la región latinoamericana, así como la urgencia de contar con bienes públicos globales y nacionales, de poner atención a la infraestructura de la vida: salud, pensiones, vivienda, empleo, educación, etcétera.

Entre los desafíos que hoy se enfrentan se encuentra la agudización de las asimetrías globales; además, la riqueza patrimonial y financiera ha aumentado en los países desarrollados, pero en nuestra región ha caído casi 15 por ciento; el cambio climático, donde las naciones desarrolladas están invirtiendo muchos millones de dólares en pactos verdes globales, pero en este parte del mundo no se ha hecho evidente cuáles son los compromisos concretos y “sólo hay retórica”; y el crecimiento no sostenible, con insuficiente inversión y empleo, y mayor deterioro ambiental.

Para pasar de la emergencia a la recuperación, dijo Bárcena Ibarra, la CEPAL recomienda, entre otras medidas, la producción conjunta y distribución equitativa de la vacuna; extender el ingreso básico de emergencia este año y en algunos países la mitad del próximo; dar periodos de gracia más prolongados y subsidios a las micro, pequeñas y medianas empresas; generar una canasta básica digital para cubrir la brecha de 66 millones de hogares no conectados, y una reforma profunda en educación, donde se revisen los métodos de aprendizaje y los contenidos.

Asimismo, optar por políticas fiscales y monetarias expansivas, y desarrollar planes de recuperación basados en inversión, empleo y sostenibilidad ambiental, junto con la construcción de pactos políticos y fiscales para una protección social universal, progresiva y redistributiva, concluyó Bárcena Ibarra.

Samuel Ponce de León y David Kershenobich.

Acceso universal a la salud

Lograr en México un sistema universal de salud es una aspiración añeja y una meta que todos quisiéramos alcanzar, pero en la realidad del país es muy lejana, pues el sector vive un momento crítico en sus condiciones de infraestructura, financiamiento, desigualdad de cobertura y precariedad en la atención, coincidieron un grupo de expertos médicos reunidos en el Diálogo Nacional por un México Social, quienes debatieron en un evento a distancia sobre el sistema universal de salud en la nación.

“Existe una grave ineficiencia de los sistemas de salud de México, falta cobertura y calidad de la atención médica, hay una insuficiente atención al cuidado ambiental, así como ausencia de proyectos para confrontar nuevas epidemias y las consecuencias del calentamiento global”, aseveró Samuel Ponce de León Rosales, titular del Programa Universitario de Investigación en Salud. “Hoy más que nunca, el sistema de salud está en las peores condiciones. De aquí habrá que partir para lograr un sistema universal de salud”, dijo.

David Kershenobich Stalnikowitz, director del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, consideró fundamental garantizar la seguridad en la atención de los pacientes y la gratuidad de tratamientos y medicamentos.

“Yo creo que una de las primeras cosas que necesitamos independientemente de cómo se diseñe el sistema de salud, es hacer prioritaria la seguridad en la atención de los pacientes. Implica aspectos que tienen que ver con infraestructura y cuestiones financieras”, expresó.

Hortensia Reyes Morales, del Instituto Nacional de Salud Pública, opinó que el sistema universal de salud es una aspiración añeja fundamentada en la equidad y en cuestiones como el derecho al cuidado de la salud, la protección social en salud y el acceso efectivo. “Pero es un objetivo no cumplido, porque persisten las disparidades en el sector”.

Recordó que en 2019 hubo una reforma a la Ley General de Salud que trajo una política de centralización de los servicios de salud para población no asegurada, con insuficiente definición en el modelo de atención, reglas de operación, estructura y organización que han afectado su implementación. Dijo que cuenta con una política de medicamentos que ha causado desabasto en los diferentes niveles de atención.

Por su parte, María Elena Medina-Mora Icaza, directora de la Facultad de Psicología de la UNAM, apuntó que la salud mental debe incluirse desde la atención primaria a la salud, en clínicas de primer contacto capaces de atender problemas de depresión, ansiedad, consumo de drogas e intento suicida. Destacó que en la actualidad hay una carencia de tratamientos de salud mental, que afectan a toda la población, pero en especial a las personas sin recursos, migrantes, sujetos en situación de calle y comunidades rurales que no tienen acceso a estos servicios. Recomendó que en los hospitales generales existan camas psiquiátricas y departamentos especializados para dar tratamiento desde el primer contacto con el paciente.

Hortensia Reyes, María Elena Medina-Mora y Héctor Nájera.

Pobreza y marginación

Las mediciones oficiales de los índices de pobreza y marginación del país han registrado un aumento paulatino y bastante claro de error, coincidieron los investigadores del PUED, Héctor Nájera Catalán, Curtis Huffman Espinosa y Delfino Vargas Chanes.

En el Diálogo Nacional por un México Social, Héctor Nájera recordó que la creación del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), hace más de 15 años, puso en orden y en cierta calma a los debates nacionales de cómo medir pobrezas. Los datos de esa institución han permitido una discusión homogénea y oficial del estado de pobreza del país y, de cierta forma, observar por medio de sus comunicados, el pequeño, lento y doloroso avance en la reducción de la pobreza extrema y multidimensional.

Resaltó que en el PUED han hecho uso de la teoría de la medición, desarrollada hace más de cien años, y la aplicación de técnicas más modernas para realizar un mejor escrutinio de lo que ocurre en la medición de la pobreza en México. Si se revisan los contenidos de las dimensiones del deterioro de vivienda y servicios básicos, nos damos cuenta de que son indicadores más pensados para los patrones de vida y estándares del siglo XX.

Curtis Huffman, por su parte, refirió que los errores estadísticos que presenta el Coneval en la medición oficial de la pobreza son de la muestra de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, no de la representatividad de la pobreza. Asimismo, expuso que el Consejo “no es del todo explícito sobre la relación que uno pondría a prueba para aquilatar el grado en el que el índice, resultado de la metodología, representa a la pobreza en México. Ante ello, consideró necesario entablar una discusión pública sobre el futuro de la medición de la pobreza.

En tanto Delfino Vargas Chanes, quien comentó los trabajos sobre marginación realizados con el grupo de investigación del PUED, señaló que en el tema de la marginación –falta de una estructura de oportunidades para los ciudadanos y las familias, expuestos a privaciones y riesgos–, durante las últimas tres décadas ha habido una preocupación oficial por diseñar legítimamente un índice para pilotear y evaluar ese indicador.

Curtis Huffman y Delfino Vargas.
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