Estudios sobre brechas salariales y trabajos de mujeres le dan el Nobel

Empleó variables que no se han utilizado en los análisis económicos convencionales como la unidad del hogar: Sara María Ochoa, de la FE

Claudia Goldin obtuvo el Premio Nobel de Economía 2023 por sus investigaciones sobre la participación laboral femenina en la economía, así como de las brechas salariales. Sus aportaciones constan de un análisis histórico que implicó la construcción de series de datos de Estados Unidos desde el siglo XIX hasta la actualidad, los cuales muestran una visión mucho más amplia del comportamiento de ambas variables, asegura Sara María Ochoa León, académica de la Facultad de Economía (FE).

“En la teoría estándar se habla, por un lado, de la oferta de trabajo y, por otro, de la demanda laboral, y los salarios que surgen de su interacción. Las explicaciones de las diferencias salariales están relacionadas con variables como el nivel educativo de la persona o el tipo de ocupación que tiene; pero este análisis no reconoce de manera explícita que los mercados laborales son heterogéneos y que las condiciones que ofrecen a diversos grupos de población –como las mujeres, pero también jóvenes y adultos mayores– son diferenciadas.”

Entonces, precisa la especialista, para la economía lo más importante de este reconocimiento es que aporta pluralidad al estudio de estos fenómenos, porque se pone de manifiesto la disposición a discutir algunos supuestos básicos en los que se basa la teoría estándar, en este caso: qué explica la participación laboral y qué justifica las diferencias salariales.

Para Ochoa León, las investigaciones de la estadunidense Claudia Goldin constan de múltiples niveles de análisis que permiten tener una visión estructural de largo plazo sobre cómo van cambiando los sectores de la producción, además de la forma en que se organizan la labores, poniendo énfasis en la expansión de trabajos denominados “de cuello blanco”, que se realizan en oficinas y que favorecieron la incorporación de las mujeres.

No obstante, puntualiza, existen otras variables que no se han utilizado en los análisis económicos convencionales como la unidad del hogar, que es fundamental para explicar las decisiones de participación laboral. “En este aspecto se estudia cuántas personas hay en el hogar y por lo tanto cuánta es la necesidad de trabajo no remunerado. De esa manera se decide quién saldrá al mercado laboral y quién se va a quedar en casa a realizar las tareas domésticas o de cuidados. No es una decisión individual”, sostiene la docente.

Relacionado con lo anterior, Claudia Goldin estudia el ciclo de vida de las mujeres y, por ejemplo, hace una diferencia entre estar solteras o casadas, así como de la maternidad, porque se ha encontrado que este estado marca una variación entre las trayectorias laborales por género. En este sentido, refiere que cuando se convierten en madres muchas deben interrumpir temporalmente su carrera profesional, lo que tiene implicaciones salariales.

“Otro de los niveles de análisis de la investigadora en economía son las expectativas de ellas dentro de los mercados laborales, en el sentido de que las decisiones que tomamos sobre los estudios profesionales que queremos adquirir se hacen considerando si podremos emplearlos. Por otra parte, examina lo que se refiere a una visión institucional debido a que influyen cuestiones sociales, culturales e institucionales que pueden ayudar o bien limitar su participación laboral”.

Ante los resultados que encontró en sus estudios, la Nobel de Economía considera que las soluciones también requieren políticas de diverso tipo. Si bien es necesario fomentar la educación femenina, también es fundamental asegurar que no existan barreras culturales o institucionales para su posterior inserción en el campo laboral.

Por otro lado, subrayó la importancia del equilibrio de los cuidados y de su distribución equitativa entre los géneros. “Los niños y las niñas requieren la presencia de los padres para llevarlos a la escuela, a consultas médicas, a actividades extracurriculares y demás. Lo que sugiere Goldin es que los hombres también exijan tiempo para estar con sus familias y que culturalmente cambiemos el patrón del trabajo como única actividad”, explicó Ochoa León.

Por último, la académica de la FE enfatiza que la importancia de este Premio Nobel de Economía es que por tercera vez fue otorgado a una mujer y por vez primera se da en solitario; es decir, Goldin no está acompañada de otros ganadores que normalmente suelen ser hombres, lo cual se debe reconocer.

Asimismo, considera que gracias a este hecho se visibiliza el trabajo de investigación realizado a lo largo de décadas por mujeres en la economía.

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