Educación continua, opción para aumentar conocimientos

Actualmente la REDEC está integrada por 120 entidades y dependencias que diseñan, imparten y evalúan sus actividades

La educación continua es una alternativa para actualizar y ampliar conocimientos en la formación profesional; el diseño, organización y sistematización de sus programas forman parte de las funciones sustantivas de la UNAM. Se trata de uno de los servicios educativos más versátiles que responde con eficiencia y calidad a los retos de la sociedad actual, y un eje transversal en la difusión y democratización del conocimiento.

Durante el rectorado de Pablo González Casanova, en 1971, se estableció formalmente el primer centro de educación continua de la Universidad Nacional, adscrito a la Facultad de Ingeniería. Ante la necesidad de ampliar las posibilidades de fortalecimiento a otras áreas, ese mismo año las facultades de Arquitectura y Medicina crearon sus propios centros.

Actualmente, la Red de Educación Continua (REDEC) está integrada por 120 entidades y dependencias de la UNAM, que diseñan, imparten y evalúan sus actividades. El 23 de mayo de 2013, mediante un acuerdo de la Rectoría, la red se integró a la Secretaría de Desarrollo Institucional y se actualizaron sus funciones.

Vital para el país

En la ceremonia por el 50 aniversario de la educación continua en esta casa de estudios, el rector Enrique Graue Wiechers afirmó que esa opción, ofrecida por la institución, ha sido vital para el país y que, dadas las experiencias recabadas y la fortaleza adquirida durante cinco décadas, y en particular por los cambios de este último año, continuará creciendo en forma exponencial en los años por venir.

Hace algunos años se calculaba que más de 50 por ciento de los conocimientos adquiridos durante la licenciatura se renovaban casi íntegramente después de un lustro. Hoy en día, con la cantidad de información que se genera, ese porcentaje debe ser aún mayor y, en consecuencia, la necesidad de la permanente actualización y capacitación es imperiosa e ineludible, expresó.

Ante la explosión de información que en los últimos años ha experimentado el mundo y que ha revolucionado las formas en que nos comunicamos e informamos, continuó Graue, la ordenación responsable y rigurosa, basada en evidencias científicas y probadas, como lo hace la REDEC, es la forma de reeducarnos y adaptarnos a los cambios vertiginosos del mercado laboral y a los nuevos conocimientos.

Sostuvo que las necesidades de aprendizaje no han cesado. Por el contrario, la demanda de esa modalidad educativa se incrementó significativamente en los pasados meses. Sólo para dar un ejemplo de su relevancia, hasta mediados de marzo de este año, la REDEC había realizado más de ocho mil trescientas actividades de educación continua, en beneficio de más de un millón y medio de personas dentro y fuera de México. Cursos educativos, como Aprendo+, han tenido un impacto en casi dos millones de personas, y programas de educación continua para la docencia han beneficiado a dos mil cuatrocientos académicos.

A ello habría que sumar, porque también es una forma de educación continua, los cursos masivos abiertos en línea, MOOCs, que entre los 104 que han sido diseñados por la UNAM, han alcanzado a casi cuatro y medio millones de personas alrededor del mundo, mencionó el rector. “Hoy celebramos que nuestra casa de estudios haya asumido el compromiso, como un brazo importante de nuestras misiones sustantivas, de la organización sistemática de la educación continuada más allá de las aulas de clase y del egreso de nuestro alumnado”.

Alberto Ken Oyama, secretario de Desarrollo Institucional, señaló que la REDEC es probablemente la más extensa y activa de la Universidad. Se trata de un espacio de diálogo y colaboración donde se construyen los acuerdos de manera colectiva, se buscan formas creativas de llegar a nuevos públicos y se elaboran novedosos proyectos de vinculación con la sociedad.

Hoy se presenta la oportunidad para reflexionar sobre el futuro de esta modalidad; renovar los métodos y las formas de los sistemas de enseñanza y aprendizaje; e incorporar con criterio e inteligencia las nuevas tecnologías, así como llevar la educación a más lugares de México y el mundo, pero sobre todo, consolidar a la Universidad como referente nacional e internacional en el diseño de programas de actualización.

Carlos Agustín Escalante Sandoval, director de la Facultad de Ingeniería, recalcó que la Universidad celebra 50 años de ser la institución precursora de la educación continua en México. En julio de 1971, la instancia a su cargo incorporó oficialmente a su estructura organizacional al centro de educación continua, y en diciembre de ese mismo año le siguieron las facultades de Arquitectura y Medicina. Hoy, se ofrecen conocimientos en ámbitos que van más allá de lo meramente laboral y que también permiten el disfrute y recreación de los participantes.

En estas cinco décadas, opinó, la educación continua ha sufrido fuertes transformaciones en distintas dimensiones, como lo académico, administrativo, tecnológico, infraestructura y los modos de impartición, lo que ha significado un constante desafío. Un ejemplo es la evaluación permanente de la pertinencia de los contenidos académicos. Se trata, resumió, de una actividad esencial y relevante de esta casa de estudios.

Clara Gorodezky, de la Facultad de Medicina, en representación de los académicos de educación continua, pormenorizó que en 2020, con esa modalidad educativa se beneficiaron un millón 640 mil 899 personas; ahí, se contó con 20 mil 741 ponentes que impartieron 396 mil 323 horas de estudio.

Esas cifras no soslayan la calidad. “La UNAM y sus programas son un ejemplo nacional e internacional”. Muestra de ello son los cursos que hemos impartido, pilar en la formación de especialistas en el área de inmunogenética y genética molecular.

Las facultades de Ingeniería, Arquitectura y Medicina, primeras en contar con un centro de educación continua, recibieron un reconocimiento.

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