El archivo histórico de la UNAM, memoria de la Universidad y el país

Cada caja está llena de sorpresas; hay datos que son auténticas joyas

Tesis en seda de finales del siglo XVIII, registros de la administración escolar de la Escuela Nacional Preparatoria con calificaciones de alumnos como Frida Kahlo y Agustín Lara, y el boceto de Ciudad Universitaria, forman parte de las joyas que resguarda el Archivo Histórico de la UNAM (AHUNAM).

En sus fondos y bóvedas se preserva documentación de la Rectoría, desde los años 20; actas de las sesiones del Consejo Universitario, posteriores a la obtención de la autonomía, así como libros de cuentas que registran qué comían, qué estudiaban y quiénes eran los alumnos del Real Colegio de Cristo, que se integró al Colegio de San Ildefonso, antecedente de la Escuela Nacional Preparatoria.

Propuesta curatorial

El archivo es una propuesta curatorial de documentos históricos de la Universidad y del país, una narrativa de la institución, afirmó Hugo Casanova, director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), al que está adscrito el AHUNAM. “Es historia, memoria, pero también el puente que nos articula con el pasado, nuestro presente y futuro. El archivo nos permite manifestarnos ante la sociedad, construir una narrativa histórica de la Universidad: decir quiénes somos, cómo nos conformamos y hacia dónde vamos”.

Clara Inés Ramírez, coordinadora del AHUNAM, destacó que “cada caja de ese espacio está llena de sorpresas. Hay datos, información que son auténticas joyas”.

El archivo surgió en 1962, a raíz de la exposición Historia de la Universidad; los organizadores convocaron a la comunidad y a la población en general a prestar o donar documentos u objetos relacionados con la evolución de esta casa de estudios.

Con lo recabado se decidió fundarlo, y se enriqueció con documentos que ya estaban en el fondo del Colegio de San Ildefonso y en otras dependencias y entidades universitarias.

“Llegó un birrete de fines del siglo XVIII, de un profesor de teología. Se usaban para los actos académicos, para dar cátedra, asistir a las procesiones, al Consejo Universitario”, relató Ramírez, doctora en Historia.

También se resguarda una tesis de fines del siglo XVIII y principios del XIX, un lienzo de seda, que en latín tiene escrita la hipótesis que el universitario defendió de forma oral. “En esa época las tesis se ponían en las puertas de la Catedral, en la capilla de la Universidad. Eran convocatorias al acto académico, donde se defendería la argumentación”, explicó.

Todo ello se preserva en espacios con temperatura y humedad monitoreadas y controladas cotidianamente; en folders libres de ácidos y en cajas de polipropileno, que cumplen con estándares internacionales de conservación. En las cajas, por ejemplo, hay marcas que indican si los documentos u objetos allí guardados son susceptibles a riesgos por lluvia o humedad, y el tipo de envejecimiento que pueden sufrir.

Resguardo nacional

El AHUNAM también resguarda parte de la historia de la nación, pues tiene fondos con información de dependencias que alguna vez pertenecieron a esta casa de estudios, como la Escuela Nacional de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional, y otros fondos que donan particulares sobre eventos importantes.

“Tenemos de los cristeros, que donaron ellos mismos o sus descendientes, pues como fue un movimiento opositor al Estado, no confiaban en que estuvieran en el Archivo General de la Nación”, detalló Clara Inés Ramírez.

“Invito a que nos visiten: aquí está la historia de la Universidad y de la nación. Tenemos una visión de futuro, de generar información sobre las preguntas que la sociedad reclama”, finalizó.

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