X Jornadas Internacionales del Exilio Iberoamericano

El asilo, tradición arraigada en la diplomacia mexicana: Gerardo Torres Salcido

Además de constituir una muestra de generosidad de nuestra sociedad, también se enriquece la propia cultura

El derecho al asilo es usualmente parte de una tradición, se encuentra arraigado en la diplomacia mexicana, es una garantía fundamental de las personas amenazadas por la violencia política, entre otras presiones, definió Gerardo Torres Salcido, director del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM.

Al intervenir en las X Jornadas Internacionales del Exilio Iberoamericano. El exilio y el derecho de asilo en la diplomacia mexicana “Mi casa es tu casa”, convocadas por dicha instancia universitaria y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Torres Salcido indicó:

“Lo que vivimos en América Latina con el retorno de regímenes antidemocráticos y excluyentes ha sido el origen de estas diásporas que en México han tenido una morada. Tenemos un convencimiento de que la diplomacia mexicana justamente hace realidad el lema de ‘mi casa es tu casa’ con los exiliados y con los asilados”.

En el auditorio del ex-Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, el director del CIALC, consideró que estas jornadas reflejan perfectamente el alma mexicana del derecho y el reconocimiento del otro a ocupar también los espacios, a compartirlos para conformar uno común con quien requiere ayuda.

Además de constituir una muestra de generosidad de la sociedad mexicana para incorporarlos e integrarlos, también se enriquece nuestra propia cultura.

Asilo, en la agenda

En su oportunidad, José Francisco Mejía Flores, investigador del CIALC, aseguró que los temas del exilio y el asilo son parte de las agendas de los gobiernos iberoamericanos, porque “un buen segmento de nuestra historia está emanado de un linaje común”.

Si bien es cierto que la política exterior mexicana ha sido una defensora del derecho de asilo, ésta ha sido acompañada de una gran recepción que en términos generales han expuesto la sociedad y el pueblo mexicano; muestra de ello es la gran cantidad de profesionistas exiliados que se integraron a las instituciones de educación superior en México, continuó.

El corresponsable de dichas jornadas recordó que durante el siglo XX México se convirtió en un centro neurálgico, receptivo y por tanto de una amplia gama de exilios políticos.

“Nuestra nación fue destino de una gran cantidad de políticos y luchadores sociales de América que desde 1920 veían en los avances de la Revolución mexicana un faro de esperanza. No sólo fue refugio de chinos progresistas, recibió exiliados de otras tendencias políticas y religiosas. Nuestras embajadas, consulados, el pueblo mexicano siempre tienen y tendrán las puertas abiertas para toda aquella persona que ejerza su derecho a asilarse y exiliarse”, resaltó.

Vocación

En su oportunidad, María Teresa Mercado Pérez, subsecretaria de Relaciones Exteriores, expresó que desde los primeros momentos de México como nación independiente, hemos abrazado con firmeza una vocación inquebrantable de asilo a quienes por diversas razones como las persecuciones políticas, religiosas, raciales, étnicas o por su orientación sexual o identidad de género han tenido que abandonar sus tierras de origen.

“Nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos y la protección de los perseguidos se ha expresado a lo largo de nuestra historia y constituye uno de los pilares fundamentales de nuestra política exterior. La búsqueda de asilo no es una decisión tomada a la ligera, es un acto de desesperación que surge cuando la vida en el país de origen se vuelve insostenible, es entonces cuando el exilio se convierte en la única opción, y muchas personas han encontrado en México un refugio seguro”, concluyó.

Estuvieron también Laura Moreno Rodríguez, embajadora de México en Chile; y Joaquín Lozano Trejo, director general del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

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