El cineasta Arturo Ripstein en el MUAC

Charla con uno de los integrantes más destacados del Grupo Cine Independiente de México

Brian Nissen y Arturo Ripstein.  Foto: Barry Domínguez.
Brian Nissen y Arturo Ripstein. Foto: Barry Domínguez.

Cuando se presentó la película La hora de los niños, filmada en 1969, en el Auditorio Justo Sierra de la Facultad de Filosofía y Letras, hubo reacciones muy encontradas del público, pues se llegó incluso a las agresiones físicas y verbales a la mitad de su exhibición.

Cuenta Arturo Ripstein, director de la cinta, que esta caótica situación se repitió en proyecciones posteriores en otros foros. Una excepción ocurrió el pasado 23 de febrero en el auditorio del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), donde si bien fue notorio el desconcierto, la incomodidad y la desesperación de la audiencia por las tomas fijas tan prolongadas en el tiempo a objetos y personajes, nadie respondió violentamente o se levantó de su asiento para retirarse anticipadamente. “Esta ha sido la única vez sin gritos ni pataleos”, comentó su director.

El ciclo La Experiencia de la Libertad, organizado dentro de la exposición Un Arte sin Tutela: Salón Independiente en México 1968-1971, que se exhibe en el MUAC, dio cabida a la presentación de cuatro cortometrajes del director mexicano, de origen judío, naturalizado español, que suma a sus creaciones cinematográficas películas tan emblemáticas como El castillo de la pureza, El lugar sin límites y Profundo carmesí.

Exorcismos, La belleza y Crimen, son cortometrajes que datan de 1970 y que se proyectaron en este ciclo. La hora de los niños fue exhibida antes de una charla que sostuvieron Arturo Ripstein, el artista Brian Nissen y el historiador Álvaro Vázquez Mantecón.

Gesto de reconciliación

El director de El coronel no tiene quien le escriba, protagonizada por Fernando Luján, recientemente fallecido, y Principio y fin, por la que ganó la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, adaptación de una novela del egipcio Naguib Mahfuz, de entrada pidió perdón al público como un gesto de reconciliación. “Para empezar les pido perdón. Entiéndase que a fines de los años 60 del siglo pasado, México era mucho más pequeño y el entorno cultural mucho más cercano. Casi todos, cineastas, pintores y escritores, manteníamos una amistad, lo que generaba una corriente de cierta simpatía, así que nos atrevíamos a experimentar de muchas maneras”.

Recordó que luego de asistir a una exposición, él y varios amigos más, entre ellos Felipe Cazals y Tomás Pérez Turrent, fueron invitados a una fiesta en Las Lomas organizada por los patronos de la cultura de aquellos años. Fue ahí, luego de unas cuantas copas, que decidieron formar el Grupo Cine Independiente de México. Integrantes de él eran también Pedro Miret y Rafael Castanedo. De los cinco sólo dos continuarían en la dirección: Cazals y Ripstein.

“Los cinco nos propusimos hacer cada quien una película. Teníamos que reunir alrededor de cuatro mil dólares por producción para poder financiarlas, así que caímos como buitres encima de los pintores que conformaban el Salón Independiente para solicitarles obras. Prácticamente todos nos regalaron creaciones formidables excepto Rufino Tamayo, quien de plano nos corrió de su estudio. Hicimos una colección francamente notable de pintores mexicanos, y con su venta logramos juntar los dineros para hacer dos cintas. Cazals realizó Familiaridades y yo La hora de los niños, ambas filmadas en los edificios Condesa.”

“En La hora de los niños lo que intenté fue que el espectador sintiera el tiempo. Hice una cinta en estos términos y alargué hasta donde fuera posible cada una de las escenas. Con este cortometraje de 65 minutos me doy cuenta de que el tiempo produce angustia.”

La trama es la siguiente: un matrimonio delega el cuidado de su pequeño hijo a un extraño payaso, quien le narra cuentos de mala gana y trata de mantener entretenido al infante, mientras espera el pago de sus honorarios. Aquí Ripstein reflexiona sobre la manipulación del tiempo y el espacio cinematográficos. La temática y estética de este cortometraje es poco convencional. En la obra, producida por el grupo Cine Independiente de México, sin contar con apoyos sindicales o distribución comercial y fotografiada por Alexis Grivas, actúa a sus siete años de edad la que sería más adelante una reconocida pintora y escultora, Bebi Pecanins, en el papel del niño Tom.

Independientes del éxito

Ripstein conversó con Nissen, fundador del Salón Independiente, lo hizo también con Vázquez Mantecón, quien fungió como moderador de la charla. Ripstein es autocrítico y jocoso: “Entonces hacíamos películas destinadas a minúsculas audiencias. Éramos independientes del éxito”.

Entre la audiencia de la última función del ciclo La Experiencia de la Libertad se hallaban la madre de Bebi, Monserrat Pecanins, y los escritores Laura Esquivel y Alberto Ruy Sánchez, quienes, junto con otros asistentes, al término de la charla visitaron la exposición Salón Independiente, que estará abierta al público hasta el 24 de marzo.

También podría gustarte