Ricardo Rivero Ortega

El derecho debe tener sensibilidad y emociones

Para el rector de la Universidad de Salamanca, la UNAM es la casa de la libertad

Foto: Víctor Hugo Sánchez.
Nadie tiene en realidad toda la razón, ningún jurista. Luchar contra la injusticia es la razón del derecho”, manifestó Ricardo Rivero Ortega al dictar la conferencia magistral “Algoritmos, sesgos, sexos y géneros. La sensatez del derecho”, en el Aula Magna Jacinto Pallares de la Facultad de dicho ámbito en esta casa de estudios.

Ante Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz 1992 e investigadora extraordinaria de la UNAM desde 2013; Sergio García Ramírez, profesor emérito de la Facultad de Derecho (FD); Raúl Contreras Bustamante y Jorge Fernández Ruiz, director y académico de la FD, respectivamente; y Teresita Rendón Huerta, rectora de la Universidad de Guanajuato, Rivero Ortega indicó que el derecho no puede ser sólo “racionalidad formal”, sino que debe tener sensibilidad y emociones.

Frente a decenas de estudiantes universitarios, el jurista español preguntó: “¿Para qué entonces sirven el derecho y las ciencias sociales, y los avances científicos y técnicos? Para resolver problemas, ese es su papel”.

¿Es necesario pagar tantos abogados para que la gente se respete?, se preguntó el rector de la Universidad de Salamanca (USAL), al referirse a que cualquier postura novedosa suscita rechazo de manera natural.

Si el algoritmo tiene un sesgo, se modifica; pero un juez corrupto, ¿se puede corregir?”

El mundo, dijo, cambia a una velocidad meteórica. Ahora hablamos de poshumanismo. Como la inteligencia artificial (IA) y la eliminación del dimorfismo sexual, “hay nuevas realidades sociales”, advirtió.

El profesor universitario, también experto en regulación económica, y autor de más de un centenar de trabajos de investigación, habló sobre el uso de algoritmos como herramientas de la IA en el ámbito judicial. Consideró que criticarlos es un sarcasmo, porque son instrumentos para corregir injusticias.

“Si el algoritmo tiene un sesgo, se modifica; pero un juez corrupto, ¿se puede corregir? Creo que con la IA tenemos un prometedor futuro para la desactivación del subjetivismo”, indicó.

Dijo preferir las máquinas que a muchos ministros y jueces. “Se rechaza la IA, como si la humanidad fuera algo bueno siempre –hiere, mata–; y un algoritmo es un procedimiento, no una máquina, aunque éstas nos gobiernan desde hace tiempo”, abundó.

Sobre la inecuación sexogenérica, comentó que se trata de un debate sociológico contemporáneo. La disforia de género, señaló, es una realidad que debe tratarse con sumo cuidado. “Toda persona tiene derecho a ser tratada como se identifique, con un enfoque de respeto”.

Ante esto, añadió, es la hora de los juristas, “quienes tenemos que hablar con las personas y no en las revistas o publicaciones especializadas, sino conocer a quienes han vivido esta experiencia, acercarnos a la vivencia empírica”.

Al agradecer la deferencia que realizó la UNAM con su investidura, Ricardo Rivero mencionó que la Universidad de la Nación y la USAL cuentan con una historia conjunta, con personajes, entre otros, como fray Bernardino de Sahagún y fray Bartolomé de las Casas, quienes salieron de conventos de aquella latitud hispánica para instalarse en México.

“La UNAM es la casa de la libertad, democracia, justicia e igualdad… Agradezco a todos por haber recibido a los españoles exiliados”, concluyó.

Finalmente, Teresita Rendón Huerta, como presidenta de la Asociación Internacional de Derecho Administrativo, entregó a Ricardo Rivero Ortega la Presea François Julien-Laferrière, en reconocimiento a su trayectoria y méritos como investigador del ámbito, además por su defensa de la autonomía universitaria.

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