El mayor enemigo de la música es la rutina: Fabio Biondi
El director y violinista siciliano se presenta al frente de su agrupación, Europa Galante, en el Centro Cultural Universitario para ofrecer su mundialmente famosa versión de Las cuatro estaciones de Vivaldi, apoyada en una profunda investigación y en una propuesta interpretativa única
La crítica internacional asegura que una de las mayores aportaciones que ha hecho el violinista y director de orquesta siciliano Fabio Biondi, junto con su agrupación, Europa Galante, es haber cambiado las reglas de interpretación del repertorio barroco. Es decir, ha buscado otras maneras de leer esta música a partir de una profunda investigación histórica y de las mejores posibilidades creativas que le permiten tanto las partituras mismas como su capacidad interpretativa.
El resultado son nuevas y frescas aproximaciones a obras que creíamos cerradas, fijas en su forma, como la versión de Europa Galante de Las cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi, cuya grabación ha vendido más de un millón de copias y le ha ganado un lugar privilegiado en el gusto de la crítica y del público, siendo nombrada Disco del año por organizaciones de cinco países. En tanto su discografía general le ha ganado premios como el Diapason d’Or de l’Année.
Nature’s Voice es el título del programa con el que Europa Galante se presenta el próximo 18 de mayo a las 18:00 horas en la Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario, en un concierto especial que se enmarca en el programa de actividades de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia, cuyo tema en la presente edición es Redes.
El programa estará compuesto por los conciertos para violín que integran Las cuatro estaciones, así como otras arias de Vivaldi y de Benedetto Marcello (también veneciano y contemporáneo del primero) en las que podremos escuchar a la mezzosoprano estadounidense Vivica Genaux, otra virtuosa que ha enfrentado a música compleja, como arias pensadas para Farinelli, así como obras de Rossini o Handel.
Fabio Biondi (Palermo, 1961), considerado un virtuoso del violín, ha transmitido este enfoque auténtico y fresco al dirigir prestigiosas orquestas sinfónicas y de cámara del mundo, y con Europa Galante se ha presentado en salas como el Lincoln Center de Nueva York, el Royal Albert Hall de Londres o La Scala de Milán, entre muchas otras. Actualmente es director del Festival Farnese, uno de los más importantes de música antigua, que se celebra en la ciudad de Parma.
Dentro del horizonte histórico en el que se sitúa el trabajo de Europa Galante está contemplado el uso de instrumentos originales. Se ha discutido mucho sobre si es posible recrear la sonoridad de una época y sobre si los instrumentos aportan gran parte de esa calidad. Pero el violinista coloca el acento en otra parte.
“No tanto los instrumentos, que sí tienen su fascinación, nosotros tocamos con cuerda de tripa pura, como se hacía en la época de Vivaldi, pero la tripa se utilizó hasta 1930. Lo que da un contenido totalmente distinto es la forma de interpretar, la forma de leer esta música, de conocer el vocabulario de este repertorio y de vivificarlo según los parámetros de la época correspondiente. El concepto de volver al lenguaje de origen con particularidad y atención se puede aplicar incluso al principio del siglo XX”, señala Biondi en entrevista.
Sobre la naturaleza del programa que habrá de interpretar en la Sala Nezahualcóyotl, el conductor siciliano explicó que la idea de intercalar las arias con los conciertos de Las cuatro estaciones tiene como fundamento la importancia de dar una variedad de color a la música.
“Una voz da también un brillo y un cambio fónico que son importantes para el público. También es necesario recordar que Vivaldi ha sido un compositor vocal importante, que compuso muchas óperas y que en estas arias hay texto y sentimiento parecidos a los de las estaciones. También las arias de Marcello están dedicadas a las estaciones, lo que crea variedad”.
Persona dedicada sobre todo a los estudios y al trabajo musical, Fabio Biondi se siente un poco desconcertado respecto al ámbito del éxito, que ha englobado con fuerza las grabaciones e interpretaciones de Europa Galante, en particular la de Las cuatro estaciones.
“Siempre me da un poco de risa porque yo no pensé en hacer algo revolucionario, simplemente me he acercado a esta música como si estuviera descubriéndola por primera vez en una biblioteca. Y creo que más que hablar de la naturaleza, que era un tema que el público quería muchísimo en aquella época, es decir, la música representativa, por eso también esta obra se vendió mucho en la época de Vivaldi, en realidad habla de la naturaleza de las estaciones de la vida de los seres humanos”, expone Biondi. “Es el amor, la rabia, la desesperación, la melancolía, hay un poco de todas las caras humanas en ella. Es un espejo del sentimiento humano”.
Las arias por interpretar tienen, en términos de la orquesta, similitudes. Siendo las de Vivaldi más virtuosas y las de Marcello más “humanas”, nos cuenta el director. Sin embargo, las de Vivaldi plantean mayores retos para la cantante Vivica Genaux.
“Vivaldi no tenía ninguna idea de la escritura vocal, escribe las partes vocales como si estuviera escribiendo para un violín. Así que la música es extremadamente difícil desde el punto de vista técnico y lo que necesitamos es la fuerza técnica absolutamente increíble de Vivica”.
Trascender los límites de lo estandarizado
Europa Galante ha expandido su repertorio hasta llegar al periodo romántico, enfrentándose siempre a los retos que suponen los rescates históricos. Su director piensa que no consideramos hoy en día un elemento fundamental a la hora de reinventar la música del pasado: la geografía de la música.
Se puede pensar que se interpreta con autenticidad a Corelli, por ejemplo, según su época, pero ¿en dónde? En cada país se tocaba de manera distinta, explica Biondi.
“Este aspecto caleidoscópico del interés interpretativo me interesa muchísimo. Para destruir la idea de que existe una verdad y para decir que cuando interpretamos o grabamos un disco hay que dar una información al público que sea muy larga, producto de un proceso interpretativo que también es geográfico”, explica. “¿Cuál es el instrumento más adecuado para acompañar los recitativos de las óperas de Mozart, el piano forte o el clave? Pues depende del lugar del mundo, porque en la época de Mozart, en Viena, se utilizaba el piano forte, pero en Praga o en Milán se utilizaba todavía el clave. Así que no hablamos de una verdad, sino de muchas, y eso es excitante, aunque también muy complicado”.
“Cada interpretación puede ser totalmente válida, a condición de que sea un acto de trabajo profundo. Creo que el mayor enemigo de la música es la rutina. Cuando no hay rutina y hay trabajo, la interpretación es buena”.
El mucho trabajo detrás de Europa Galante se remonta a sus orígenes, en 1990.
“La idea al principio fue la misma que tenemos hoy: rechazar la globalización interpretativa. Había entonces una forma de interpretar la música barroca que era la forma del norte de Europa, y todos seguían esa forma. Nosotros, como italianos, teníamos la obligación de demostrar que nuestro sonido tiene ciertas particularidades en el lenguaje, en los rasgos culturales, lo que ha dado al público la posibilidad de escuchar otra cosa, hija de nuestra cultura latina”, concluye.