Entrevista al Premio Nobel 2016

“El mundo necesita sembrar la cultura de paz entre los jóvenes”

Foto: Benjamín Chaires.
Juan Manuel Santos fue presidente de Colombia (2010-2018) y recibió el Premio Nobel de la Paz en 2016. El Comité noruego reconoció cuando le otorgó dicha distinción “sus esfuerzos resolutos para poner fin a la guerra civil de más de 50 años de duración, una guerra que ha costado la vida a por lo menos 220 mil colombianos y ha causado el desplazamiento de cerca de 6 millones de habitantes”.

Santos cita en todo momento a Nelson Mandela, uno de sus personajes favoritos, cuando quiere hablar de paz, diálogo y reconciliación: el arma más poderosa que hay es sentarse a dialogar. Enfatiza que debe ser un diálogo constructivo y fomentado en las universidades; por ello reconoce el esfuerzo de la UNAM al organizar esta Semana Nacional de Cultura de Paz: el mundo necesita sembrar este mensaje en todos los estamentos, especialmente en los jóvenes.

Es un firme creyente de la justicia restaurativa, “de no ser por ella, los 14 mil guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) estarían todavía en armas generando violencia”.

Gaceta UNAM conversó con Juan Manuel Santos al término de su conferencia en esta casa de estudios, ante estudiantes e integrantes de la comunidad universitaria.

—¿Cómo puede visibilizarse desde las universidades que es más productivo sentarse a negociar, sembrar la paz? ¿Cómo decirles a los jóvenes que sí hay esperanza?

—Me gusta citar mucho a Nelson Mandela, quien influyó mucho en mi vida. Él tenía dos frases: la primera es que “el arma más poderosa que existe es sentarse a dialogar”, pero un diálogo que sea constructivo; es decir, en el que uno se sienta con un contrario, con alguien con quien no concuerda o tiene diferencias no para imponer su punto de vista, sino para aprender por qué el otro piensa diferente. Ver si descubren un común denominador.

Si yo pienso blanco y el otro piensa negro y sólo nos aferramos a que es así, nunca habrá un acuerdo. Pero de pronto los dos nos podemos dar cuenta de que nos gusta el gris. Este tipo de diálogo hay que fomentarlo en las universidades.

La segunda frase de Mandela para estimular el optimismo y fe en el futuro: “todo es imposible hasta que se hace”. En el caso de Colombia, en el caso mío, todo mundo me dijo: “No se meta a ese proceso de paz, porque todos sus antecesores han fracasado, además usted tiene una popularidad”. Yo era un héroe de guerra, salí del Ministerio de Defensa.

Pero ese era mi objetivo y muchas veces se tiene que hacer lo impopular, porque a la larga lo correcto surgirá con mucha más fuerza. La popularidad es pasajera, las consecuencias de ciertas direcciones perduran.

—¿Al sentarse con personas que diferían de sus valores nunca dudó en el proceso de negociación?

—Cuando me sentaba con los comandantes de las FARC comencé a entender qué querían, por qué estaban en la lucha, cuáles errores cometimos que los habían llevado a esa situación. Diversas ocasiones descubrí que tenían razón en muchas cosas que hacían y ahí empezamos a encontrar esos comunes denominadores.

El diálogo, aprender del otro, tener la mente abierta es muy importante no sólo para lograr la paz, sino para la vida en general. Esto hace falta hoy en el mundo. Por ello me parece tan relevante lo que está haciendo la UNAM –una de las más importantes de América Latina–, la Semana Nacional de Cultura de Paz. El mundo necesita sembrar esa cultura de paz en todos los estamentos, pero sobre todo en los jóvenes.

—Respecto a la justicia restaurativa a la que se refirió en su conferencia de la Semana Nacional de Cultura de Paz, cómo se le puede explicar a la gente su importancia. Desean venganza, no diálogo.

—Fue muy difícil y sigue siendo muy difícil. Por ejemplo, van a salir las sanciones (después de nueve años de las negociaciones) contra los máximos responsables de los crímenes de lesa humanidad y de guerra de los comandantes de las FARC, las cuales están establecidas en el acuerdo, no van a la cárcel, sino a hacer trabajos restaurativos para las víctimas y no pueden ser superiores a ocho años. Simultáneamente a un expresidente de Colombia lo condenaron a 12 años de cárcel, entonces la gente dice: Pero cómo es posible esto. Explicarlo es muy complejo; sin embargo hay que hacerlo, porque sin esa justicia restaurativa estos 14 mil guerrilleros estarían todavía en armas generando muchísima violencia.

—¿Por qué la polarización permea más fácil y en un mayor número de personas que el de la paz y concordia?

—Las emociones y las noticias negativas son más atractivas y con las redes sociales esto se ha acrecentado, porque sus utilidades dependen de cuánta gente las ve; es un círculo vicioso que ha aumentado la polarización. La gran pregunta es cómo revertimos dicha situación para que la palabra moderación se vuelva nuevamente atractiva. Veo que muchos países, muchas sociedades están hastiados de tanta pelea y odio, de tanta violencia verbal y están añorando algo que se requiere. Espero que la ley del péndulo se aplique en el mundo entero porque la necesitamos.

En el siguiente link se encuentra la entrevista completa https://www.gaceta. unam.mx/el-mundo-necesita-sembrar-la-cultura-de-paz-entre-los-jovenes-juan-manuel-santos/

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