El pangenoma humano, un modelo más diverso

Expertos de los campus Morelos y Juriquilla verifican lo publicado en la revista Nature, en la que se reporta la representación de todos los continentes en ese mapa molecular

Todos los modelos son incorrectos, pero algunos son útiles”. Esta frase, del estadista británico George Edward Pelham Box, deja en claro que cualquier modelo es una reducción. Que no va a representar a la realidad –o al cacho de realidad que deseamos modelar– de manera inequívoca, que siempre le van a faltar cosas. Aunque ningún modelo aspira a ser perfecto, aspira, justamente, a ser útil.

Así ha sucedido con el genoma humano. A 22 años de la primera publicación del genoma humano de referencia –un modelo que serviría para estudiar a nivel molecular a toda la humanidad–, el modelo se ha quedado corto. Ahora, éste era necesario. “Necesitábamos un genoma de referencia sólo para poder empezar”, dice Mashaal Sohail, investigadora del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, campus Morelos, y experta en Genómica humana, “y logramos hacer muchísimas cosas con él”.

Se construyó con las secuencias de unos pocos individuos, pero está compuesto en su mayoría –un 73 por ciento para ser precisos– con la secuencia de un solo hombre de Búfalo, Nueva York.

Y un solo hombre no puede representar a la humanidad –ni de manera genómica ni de ninguna otra–. “Así que se propone el pangenoma humano”, explica Diego Ortega del Vecchyo, investigador del Laboratorio Internacional de Investigación del Genoma Humano (LIIGH) de la UNAM, campus Juriquilla. Se propone una versión aumentada.

En la serie de artículos de investigación que se publicaron el pasado 10 de mayo en la revista Nature, un grupo internacional de investigación reporta el primer borrador del pangenoma humano de referencia. En total se secuenciaron los genomas de 47 individuos –junto con los de sus padres–, pero las y los investigadores se aseguraron de que “los individuos tuvieran ancestrías diferentes”, menciona Ortega.

Ahora por fin se cuenta con la representación de poblaciones de todos los continentes en este mapa molecular que es el genoma humano. Porque eso es lo que se busca, diversidad. Conocer a fondo a toda la especie humana. El prefijo “pan” proviene de la palabra griega παν, que significa “todo” o “completo”.

Si bien para una especie con casi 8,000 millones de individuos pasar de 1 a 47 no suena a un gran cambio, este primer borrador del pangenoma humano ha dado ya grandes resultados.

“Hay millones de bases –de letras de ADN– que se encuentran en un individuo, pero no en otro”, cuenta Ortega, es decir, si bien los humanos compartimos un genoma que es 99.9 % idéntico, también es un genoma de tamaño considerable. Y el 0.1 por ciento de 3,000 millones son 3 millones. Así que entre cada uno de nosotros hay millones de diferencias. Muchas de ellas, inexploradas.

Ensamblar el pangenoma no fue tarea sencilla. “Fue todo un reto tanto conceptual como tecnológicamente”, expresa Sohail, refiriéndose a que el grupo de investigación a cargo del primer borrador del pangenoma tuvo que desarrollar nuevas herramientas tanto para el ensamble del pangenoma como para una representación gráfica.

Sin duda este pangenoma “es un paso en la dirección correcta”, como dice Sohail y añade que es “el inicio de una nueva era”.

“Los resultados que veremos”, aclara Ortega, “serán principalmente en la medicina y en el pasado evolutivo de nuestra especie”.

Al contar con una mayor diversidad, con un modelo con menos sesgos y un poco más completo, podremos generar nuevas terapias médicas y entender de mejor manera enfermedades que se han resistido a un análisis completo.

“También podremos estudiar mucho mejor los movimientos geográficos de nuestros antepasados, así como las adaptaciones que han surgido a los distintos lugares, o ambientes, del planeta”, concluye Ortega.

Sohail, por su parte, duda: “En términos de pensar nuevos proyectos es muy emocionante, pero necesitamos más recursos”.

México ya ha tenido proyectos de genómica humana en la nación –e incluso uno de paleogenómica publicado el pasado 12 de mayo en la revista Science por el grupo de María C. Ávila-Arcos, del LIIGH–, pero necesita seguir avanzando y generar una genómica propia para mantenerse en la frontera de esta nueva era pangenómica y estudiar, como propone Sohail, “las partes más diversas del genoma humano”.

El proyecto del pangenoma humano busca tener 350 genomas secuenciados para el siguiente año. Esperemos que pronto, como dice Ortega, desde México podamos “cosechar los siguientes frutos de la genómica”.

También podría gustarte