Mejor tesis de doctorado en ciencias exactas

El Premio Weizmann-AMC, a Pedro Román Taboada

Oriundo de Huitzuco, Guerrero, investigó sobre las nanocintas de grafeno, útiles para almacenar mayor cantidad de energía en baterías y para hacer antenas más potentes

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Aún no cumple 30 años y este joven, oriundo de un pequeño pueblo de Guerrero llamado Huitzuco de los Figueroa, ya obtuvo el Premio Weizmann-Academia Mexicana de Ciencias (AMC) a la mejor tesis de doctorado en ciencias físicas 2018.

Pedro Eduardo Román Taboada cursó la maestría y el doctorado en el Instituto de Física, en el Posgrado en Ciencias Físicas, del que actualmente es egresado. Antes, estudió la licenciatura en Ingeniería Física en la UAM Azcapotzalco, donde se especializó en instrumentación y equipo.

Durante su primer nexo académico con la UNAM –un curso en el Centro de Nanociencias y Nanotecnología en Ensenada– le gustó el tema del grafeno y decidió dedicar su posgrado a esa área.

El grafeno es un material casi transparente, compuesto por carbono puro, con átomos organizados en un patrón regular hexagonal. Una lámina de un átomo de espesor es unas 200 veces más resistente que el acero actual más fuerte, su densidad es más o menos la misma que la de la fibra de carbono y es unas cinco veces más ligero que el aluminio.

Aunque es muy duro, este material es flexible y elástico. “Me gustó del grafeno sobre todo su versatilidad, porque puede ser usado para hacer investigaciones teóricas o aplicarse en la vida diaria”, señaló.

Decidido a dedicarse a la investigación científica, Pedro Román destacó su relación con el Instituto de Física, donde se formó como académico. “Es un lugar muy ameno para trabajar, donde dan las herramientas necesarias para la correcta formación como científico”.

Del trabajo con su tutor, Gerardo García Naumis (investigador del Instituto), comentó que es muy buen profesor, académico y científico. Por ser excelente persona, conserva con él una fructífera relación académica y de amistad.

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Para baterías y antenas

En su tesis doctoral, Román investiga sobre nanocintas de grafeno, pequeñísimas cintas de un ancho de 50 nanómetros o menos y muy largas en proporción a esa medida.

“Tienen alta movilidad electrónica, conducen muy bien el calor y son muy resistentes a deformaciones mecánicas, propiedades todas del grafeno. Las propiedades electrónicas mejoran dependiendo del ancho de la cinta”, precisó.

Para obtener las nanocintas, éstas se pueden cortar de una hoja de grafeno o se pueden crecer sobre sustratos. Para deformarlas, se crecen sobre materiales plásticos (polímeros); se puede estirar la pieza mecánicamente, como si fuera una liga, o se puede contraer. “Son semimetales, lo que significa que conducen muy bien la electricidad, aunque no a un grado superconductor”, aclaró.

Las nanocintas de grafeno podrían utilizarse en el futuro para mejorar la cantidad de energía que almacenan las baterías o capacitores. “En lo experimental ya se están usando para mejorar la eficacia de baterías convencionales”, comentó.

En otro campo, sirven para crear antenas más potentes que superen los límites de frecuencia actuales, que están en los gigahertz (mil millones de hertz), y con grafeno se incrementan hasta terahertz (nueva escala de esta medida). “Esto ya se ensaya en el laboratorio, pero aún no a nivel industrial”, finalizó.

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