Presentación en el CCU

El sentido sísmico es mi obra de arte, dice Moon Ribas

La artista cyborg, con implantes tecnológicos que le permiten percibir cualquier terremoto, participó en el Festival El Aleph

Foto: Barry Domínguez.
¿Sentido sísmico? Es la capacidad de percibir en el cuerpo los temblores de tierra que ocurren en cualquier parte del mundo en tiempo real. Pero éste no es un sentido generalizado. De hecho, solamente lo ha desarrollado la artista cyborg española Moon Ribas, quien hizo una demostración de esta condición tan especial en el marco de El Aleph. Festival de Arte y Ciencia.

El sentido sísmico tampoco es un don. Moon Ribas lo consiguió al implantarse receptores conectados a sismógrafos en línea, una manera, dice ella, de estar unida psicológica y biológicamente a la tecnología con el objetivo de extender sus sentidos naturales. Por eso es que se considera a sí misma una cyborg. “Hay muchas cosas que ocurren a nuestro alrededor que no podemos percibir, pero me di cuenta que si me unía a la tecnología sí podía”, explicó.

Transformación

Su transformación cyborg comenzó hace 15 años mediante implantes tecnológicos en alguna parte del cuerpo. Primero, con un guante detectaba la velocidad del movimiento de la gente. Después usó unos aretes que vibraban dependiendo también del desplazamiento de las personas que pasaban a su lado. Y fue en 2013 cuando decidió insertarse los sensores de sismos.

“Después de investigar el movimiento de las personas que tenía alrededor, me di cuenta que la Tierra constantemente se mueve. No sólo gira alrededor del Sol y en sí misma, sino que se sacude constantemente a través de los terremotos, y me parecía fascinante estar unida a este movimiento tan enorme, natural y primitivo, pero al mismo tiempo tan imperceptible”.

Con estos implantes, cada vez que ocurría un terremoto en algún lugar del mundo, ella sentía una vibración dentro de su cuerpo, la cual variaba en fuerza de acuerdo con la intensidad del movimiento telúrico. “A esto le llamo el sentido sísmico: el sentido de notar la Tierra en tiempo real dentro de mi cuerpo”.

A fin de compartir esta experiencia con el resto de la gente, Ribas, como artista que es, utiliza el performance, el baile y la música, siempre guiada por los sismos que nota dentro de su cuerpo. “El arte cyborg es diseñar tu propia percepción de la realidad mediante la creación de nuevos sentidos y nuevos órganos. Entonces, el sentido sísmico es mi obra de arte… Pero el arte cyborg es un poco individualista, yo soy la única que lo percibe, y para poder compartir lo que yo siento tengo que hacer lo que yo llamo obra de arte externa”.

Moon Ribas trajo un ejemplo de su trabajo a El Aleph. Después de la conferencia en la que habló de su transformación y del arte cyborg, presentó el performance Waiting for earthquakes (Espero terremotos), pieza coreográfica duracional, dice ella, ya que no tiene ni principio ni fin y depende completamente de los sismos que ocurran durante su ejecución, ya que ella baila según lo que percibe. “Cada vez que hay un terremoto, yo me muevo a una cierta intensidad; si no hay terremotos durante el performance, no hay danza. La Tierra en realidad es la coreógrafa de la pieza y yo sólo estoy ahí de intérprete, esperando que ella me dicte cuándo me muevo y cuándo no”.

En la explanada de la Sala Miguel Covarrubias, en el Centro Cultural Universitario (CCU), la artista española se colocó al centro de un círculo de tierra utilizando un sensor sísmico externo, en la espera de las indicaciones del planeta. Calma total al inicio y, tras unos minutos, movimientos de baile intensos durante algunos segundos; después, quietud de nuevo. Así, durante 20 minutos aproximadamente, el sentido sísmico la llevó a danzar cuatro veces, acompañada por la música diseñada en vivo por su pareja, el también artista Quim Giron.

Moon Ribas, “precursora de la coreografía cyborg” –como la definió Raissa Pomposo, titular de la Cátedra Gloria Contreras de la UNAM–, es también una activista de los derechos cyborg. Es una de las creadoras de la Cyborg Foundation, la cual tiene, explicó, tres objetivos: ayudar a la gente a convertirse en cyborg, promover el arte cyborg como movimiento artístico y defender el derecho de las personas a poder diseñarse a uno mismo mediante la incorporación de nuevos órganos y sentidos con la ayuda de la tecnología.

“Todos estos sentidos nos ayudan a entender un poco más al planeta. Ahora que me identifico como cyborg no me siento más unida a las máquinas o los robots, en realidad me siento más unida a la Tierra, porque puedo entender mejor cómo es, y quizá también a las otras especies, porque también nos inspiran a crear nuevos sentidos”, comentó.

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