El Tren Fantasma, una joya del cine silente mexicano

Filmoteca de la UNAM pone a disposición del público una de las pocas películas mexicanas silentes que se conservan actualmente como parte de Cine en línea: Nueva temporada.

La Filmoteca de la UNAM, como otras entidades universitarias, se unió a la campaña Cultura UNAM en casa haciendo accesible para el público parte de su acervo. En el micrositio Cine en línea: Nueva temporada, los interesados podrán encontrar materiales que el acervo universitario se ha dedicado a rescatar y restaurar en los últimos años.

Entre la oferta fílmica una película destaca por su valía para la historia del cine mexicano: El Tren Fantasma, filmada por Gabriel García Moreno en 1926, es uno de los pocos largometrajes producidos en México durante el periodo silente que se conservan actualmente. La restauración de la cinta se presentó originalmente en el marco del 55 aniversario de la Filmoteca de la UNAM en colaboración con la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC).

Asimismo, el trabajo de García Moreno es una demostración de la manera en que el cine mexicano de aquellos años sublimó la influencia de otras cinematografías, como la norteamericana o la francesa.

El Tren Fantasma es un vertiginoso relato de acción… es una película obra de un cinéfilo, alguien que se la pasaba en el cine. La técnica cinematográfica que muestra es de alguien que tenía idea del encuadre, del ritmo. La cuestión vertiginosa con que se mueven las situaciones, esas persecuciones arriba del tren El Mexicano son fabulosas”, apuntó el investigador Rafael Aviña en la serie Maravillas y Curiosidades de la Filmoteca de la UNAM que se transmite por TVUNAM.

Su creador

Gabriel García Moreno nació en el entonces municipio de Tacubaya, Distrito Federal, un 23 de febrero de 1897, estudió la carrera de tenedor de libros en el Instituto Williams, ubicado en su municipio natal. Durante su adolescencia se desempeñó como proyeccionista en varios cines de Tacubaya, donde nació su amor por el séptimo arte y su educación cinematográfica.

Su fanatismo por el cine lo llevó a fundar el Centro Cultural Cinematográfico, en Orizaba, Veracruz. El apoyo de su esposa, Hortencia Valencia, y de algunos empresarios de la zona fue clave para arrancar la aventura. La nueva productora contaba con un estudio cinematográfico y un laboratorio de revelado de películas. En el lugar, los socios filmaron varios documentales, cortometrajes cómicos y tres largometrajes.

Aunque anteriormente había filmado un par de películas, El buitre (1925) y El misterio (1926), es en el Centro que García Moreno filmó los dos largometrajes que han unido su nombre a la historia cinematográfica del país: El Tren Fantasma (1926) y El Puño de Hierro (1927) –también disponible en Cine en línea–.

Sin embargo, la situación económica de Orizaba, y de la industria cinematográfica en general (el cine sonoro estaba a punto de explotar), provocó que García Moreno y sus socios cerraran el Centro Cultural Cinematográfico en 1927. Así lo explicó la maestra Esperanza Vázquez, docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, en Maravillas y Curiosidades de la Filmoteca de la UNAM:

“Desafortunadamente el Centro Cultural Cinematográfico quebró, Don Gabriel dejó las películas, El tren fantasma y El puño de hierro, con el tesorero de la empresa, William Mayer, por fortuna él las conservó. En Orizaba, hubo un declive económico terrible a principios de los 30, entonces la familia Mayer emigró a la ciudad de México con las películas… Las dos películas marcan el ocaso del cine mudo mexicano, en 1926 venía empujando el cine sonoro. Si revisas la prensa de la época, se encuentran funciones con cortitos sonoros.”

Si el largometraje logró sobrevivir se debió a que en 1947, un jovencito se unió a la planta laboral de Casa Mayer en la Ciudad México, la ferretería que fundó William Mayer al llegar a la capital del país después del fracaso del Centro Cultural Cinematográfico en Orizaba.

“(El jovencito) trabajaba con el encargado de enviar los correos, él le dijo: aquí hay unas películas, si pones unos cachitos en un frasco de acetona se hace un pegamento maravilloso para los sobres. Por fortuna, ese jovencito tenía cierta noción del valor testimonial de las películas. Las escondió por muchos años, ese jovencito creció y encontró su vocación. Era el historiador Aurelio de los Reyes,” detalló Esperanza Vázquez en Maravillas y Curiosidades de la Filmoteca de la UNAM.

Sin otro largometraje a su nombre, Gabriel García Moreno falleció de manera inesperada en Nonoalco, Mixcoac, Distrito Federal, el 20 de enero de 1943. Los médicos afirmaron que la causa de su fallecimiento se debió a “una fuerte intoxicación por ingerir alimentos descompuestos cuando viajaba hacia Acapulco”, asienta Filmoteca UNAM en el Cuadernillo de Restauración dedicado a la cinta estrenada en 1926.

La película

Charles Ramírez Berg, profesor de Media Studies de la Universidad de Texas, apunta en su libro The Classical Mexican Cinema, que la valía de El Tren Fantasma recae en que es una demostración de cómo los cineastas mexicanos de la época a apropiaron del lenguaje cinematográfico de otras latitudes y lo trasladaron a la idiosincrasia mexicana, algo que hermana a la cinta de García Moreno con El Automóvil Gris (1919), por dar un ejemplo.

El largometraje es una historia de intrigas, que bebe por igual de los westerns y seriales que se producían entonces en Hollywood. “La historia relata el triángulo amoroso entre el ingeniero Adolfo Mariel, interpretado por Carlos Villatoro, el torero Paco Mendoza, interpretado por Manolo de los Ríos y la bella Elena, hija del despachador de trenes de la estación de Orizaba, don Tomás del Bosque, interpretada por Clarita Ibáñez”, narra Filmoteca UNAM en su primer Cuadernillo de Restauración y añade:

“Adolfo Mariel llega a Orizaba para investigar irregularidades en el Ferrocarril Mexicano. Paco Mendoza lleva una doble vida, de día como torero y por las noches como el peligroso bandido apodado “El Rubí”. El malvado “Rubí” tiene una amante, Carmela, interpretada por Angelita Ibáñez, personaje con atuendo de mujer moderna, arreglada como las appers de la época.”

“Un hombre joven lee el periódico y fuma despreocupadamente durante su viaje en tren; con esta escena inicia la película del director Gabriel García Moreno El tren fantasma. Han transcurrido poco más de 90 años desde que esa imagen fue lmada, y poder verla después de tanto tiempo no sólo es un privilegio sino una oportunidad para indagar sobre la historia y las circunstancias que permitieron su conservación”, afirma Mónica León Cortés en el texto La travesía de El tren fantasma.

La valía de su conservación, y la posibilidad de apreciarla actualmente, también es destacada por Mtra. Esperanza Vázquez Bernal en el texto Filmación y época:

“Más del 90% de la producción, que abarca de 1896 a 1931, se perdió con el paso de los años por causas diversas. Algunas vistas, a veces, se quemaban en las casetas de proyección; otras se exhibían tantas veces que se rompían en pedazos; los más cuidadosos las guardaban en baúles que luego quedaban en el olvido y al ser descubiertas mucho tiempo después, se encontraban ya encogidas, con un olor avinagrado, echadas a perder irremediablemente. Las más, al concluir su vida útil, son arrojadas a la basura o utilizadas para extraer la plata de la emulsión de las películas.”

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