En 2050 habrá 131.5 millones de casos de demencia

Una persona diabética tiene 1.87 por ciento más posibilidades de padecerla, pues aumenta 8.8 por ciento el riesgo de deterioro cognitivo

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Para 2050, el número de personas de 60 años o más, con bajos recursos económicos, aumentará en 239 por ciento, según proyecciones del Banco Mundial. Esta situación es preocupante e implica grandes retos para su atención, sobre todo si se considera que ahora por cada adulto mayor en condiciones saludables hay otro con demencia o alzhéimer.

Paloma A. Roa Rojas, doctora en Neurociencias por la UNAM y especialista del Instituto Nacional de Geriatría, subrayó que en 2015 en el planeta había 32.9 millones de adultos mayores en condiciones económicas precarias y para 2050 se calcula que la cifra subirá a 111.4 millones.

Durante la Primera Semana Nacional de la Memoria, que se efectuó en la Facultad de Psicología, refirió que para ese año se estima que en América Latina el envejecimiento poblacional aumente entre 138 y 185 por ciento, lo que representa un cambio brusco en la población, pues será una transición demográfica con importantes retos económicos, de salud y políticas públicas.

En el Auditorio Luis Lara Tapia, la experta enfatizó que la demencia no es parte normal del envejecimiento, sino una patología. Estudios han evidenciado que una persona llega más rápido a esta condición si sufre de diabetes y principios de alzhéimer, de cuyo padecimiento se conmemoró el Día Mundial el pasado 21 de este mes.

La Asociación de Investigación sobre Alzheimer, en su reporte de 2018, indagó cómo se está dando la transición epidemiológica, y para ello revisó las principales causas de muerte de los adultos mayores. Los resultados revelaron que los eventos cerebro-vasculares se redujeron 16 por ciento como causa de muerte, la enfermedad vascular 11 por ciento, mientras que el alzhéimer aumentó 123 por ciento.

“Eso implica una transición epidemiológica, pues la mortalidad en el mundo está cambiando, a tal grado que se estima que para 2050 habrá 131.5 millones de casos de demencias; de ahí que haya cada vez más esfuerzos por detectar a tiempo estos males y prolongar lo más posible sus primeras etapas.”

Hasta ahora, para las demencias se han identificado factores de riesgo no modificables (edad y género sexual), y otros que sí se pueden prevenir, como obesidad, hipertensión, dieta inadecuada, factores cadiovasculares y diabetes.

Una persona diabética tiene 1.87 por ciento más posibilidades de padecer demencia, pues ese solo hecho aumenta 8.8 por ciento el riesgo de deterioro cognitivo.

Reservas

En el caso de su grupo de trabajo, Roa Rojas precisó que actualmente revisa la “reserva cognitiva”, es decir, una serie de estructuras que ayudan a la gente, aun cuando tienen daño o afectaciones en el cerebro debido al alzhéimer.

La reserva cognitiva, precisó, fue documentada por primera vez en un grupo de monjas longevas y aparentemente sanas. Un equipo internacional se dio a la tarea de revisar qué pasaba con ellas y cuando morían revisaban su cerebro, y aunque encontraron daño en la corteza cerebral, ellas nunca dejaron de ser funcionales, socialmente hablando.

Una de las claves, expuso, era el nivel educativo, pues entre mayor era el grado de estudios y responsabilidades, mejor se mantenía su memoria.

Tener actividad física diaria, interactuar constantemente con otras personas y tener una ocupación compleja, en la que se tomen decisiones, es importante para mantener la reserva cognitiva, destacó.

“El problema es que este factor protector parece no ser tan bueno en México. Sin embargo, tenemos que considerar que vivimos en un país de obreros y si una persona realiza tareas mecánicas no tiene retos que desafíen mucho a su cerebro”, finalizó Paloma A. Roa Rojas.

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