En CU, atletas emblemáticos del Black Power

John Carlos, Wyomia Tyus y Chris Kluwe hablaron del compromiso moral que deben tener los atletas con los derechos civiles

Foto: Barry Domínguez.
Foto: Barry Domínguez.

Una imagen de los Juegos Olímpicos de 1968 en México da la vuelta al mundo: dos deportistas estadunidenses afroamericanos en el pódium, ganadores de las medallas de oro y bronce en los 200 metros planos, levantan sus brazos con los puños enfundados en guantes negros. Son los brazos derecho e izquierdo, respectivamente, de Tommie Smith y John Carlos. Un gesto en contra del racismo, una muestra contundente del Black Power.

Cincuenta años después, Carlos habla de su retorno al Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria, un organismo vivo, un sitio que respira: “Caminar por su pista me puso la piel de gallina. La emoción de estar aquí de nueva cuenta fue muy grande, recordé inmediatamente esos extraordinarios momentos que no sólo me sucedieron a mí, sino a todos. Traje a mi memoria cómo la gente de México me hizo sentir bienvenido. Este es un día que jamás olvidaré”.

El atleta de 1.93 de estatura regresó a este país expresamente para participar en el panel El Poder del Activismo Deportivo: del Black Power en México 68 a la Era Trump, que se realizó en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario el lunes como parte del programa M68. Ciudadanías en Movimiento, y donde compartió anécdotas y mucho más con otros dos grandes deportistas: Wyomia Tyus, medallista olímpica de 100 metros en Tokio 64 y México 68, y Chris Kluwe, exjugador de la NFL por ocho temporadas con los Vikingos de Minnesota.

Entrevistado en el panel inicial por Kenneth Shropshire, director del Global Sport Institute en Arizona State University, Carlos dijo que en la lucha por los derechos civiles se han movido muy lentamente, como un caracol. “El Poder Negro era un proyecto olímpico de los derechos humanos, de la gente en general. Nos preocupaban los derechos humanos de todos, no sólo de los deportistas”.

Tenía 23 años cuando junto con Smith decidió protestar contra el racismo y poner en la mira del mundo su postura. “Una parte del estadio nos vitoreaba y otra nos recriminaba. Especialmente los aficionados estadunidenses, los yanquis, convirtieron el júbilo en odio”.

Carlos relata las consecuencias de su audacia compartida: “Cuando regresamos a casa era como una tormenta que se acercaba hacia nosotros, estábamos desolados y llegamos a un punto en que se nos trataba como si fuéramos unos malditos. La gente nos evadía, y a mí en lo particular me sucedió que cuando me pedían una foto las personas detrás no querían salir en la imagen y se hacían a un lado, no deseaban relacionarse conmigo. No era que no me respetaran, tenían miedo de las represalias”.

En otro momento, tras detener un aplauso del público, Carlos relató una tragedia personal: “Mi esposa se quitó la vida porque no pudo manejar todas la cosas que nos pasaron, a mis hijos los acosaban en el colegio y nadie quería contratarme, no había trabajo para mí. Fue una época muy difícil, pero mi gran activo era espiritual. Me siento feliz por lo que he hecho en la vida, y esta es la razón por la que digo a la gente que no estoy aquí por un aplauso, ni busco un premio o reconocimiento: estoy aquí por haber hecho lo correcto”.

Después de 50 años de que dos personas mostraron sus puños en alto con un guante negro en los Juegos Olímpicos, piensa que esto ayudó un poco a crear una mejor sociedad, dijo el emblemático atleta nacido en Harlem, New York, para luego invitar a los asistentes a la acción: “Es imperativo que ustedes, mexicanos, hablen, suban el volumen, que la gente se entere de lo que está pasando en sus vidas y que otros sepan por lo que luchan”.

Wyomia Tyus y John Carlos. Foto: Carlos Arteaga.
Wyomia Tyus y John Carlos. Foto: Carlos Arteaga.

El poder del silencio

En el segundo panel del encuentro, el escritor Juan Villoro moderó las intervenciones de John Carlos, Chris Kluwe y Wyomia Tyus. La medallista olímpica recordó la hazaña de sus compatriotas: “Estaba sentada en una de las bancas del estadio y desde ahí trataba de visualizarlos. Me di cuenta de que salieron sin zapatos, sólo llevaban unos calcetines negros, no entendía lo que estaba pasando. Entonces se empezó a escuchar el himno nacional y ellos subieron el puño y todo el estadio se quedó silencioso. El poder del silencio se sentía”.

“La gente murmuraba –continuó–, hubo quienes los abuchearon y otros que les echaban porras simultáneamente. Pensé: eso sí que es poder. Sabía que llegando a los Estados Unidos habría serias consecuencias. Cuando regresamos a la Villa Olímpica se oían rumores de que los habían expulsado de México. El Comité Olímpico nos reunió a todos los competidores para decirnos que no iban a tolerar expresiones de protesta como la que acababa de ocurrir. Lo que hicieron Carlos y Smith, años después lo replicaron otros atletas y yo misma lo hice al terminar una carrera de relevos, les dediqué mi medalla de oro.”

Tyus es una mujer muy comprometida con el movimiento de los derechos humanos en el deporte. Se rebeló desde muy pequeña y se fue perfilando como una deportista defensora de los derechos civiles, en un momento en que las mujeres no tenían una presencia pública importante y su visibilidad era menor.

“Como atleta y mujer pienso que tenemos mucho que expresar y añadir. Hay cosas que los hombres no están diciendo y es importante un punto de vista diferente. Supuestamente las mujeres negras no debemos ser fuertes, pero sí lo somos. Todavía no tenemos un piso parejo, por ejemplo hay una diferencia enorme entre lo que le pagan a un deportista varón.”

Kluwe se manifestó en la NFL en favor del derecho de cada quien a ejercer la orientación sexual que desee, y por ello, sostiene, fue separado del equipo. El expateador de los Vikingos de Minnesota mencionó que cuando jugaba en el equipo le iba muy bien, pero cuando empezó a hablar, en 2012 y 2013, de los derechos de la comunidad LGTBI, los directivos le pidieron que se saliera debido a su activismo social.

“Donald Trump es terrible y está haciendo de mi país algo peor. Es demasiado tonto para darse cuenta de todo el daño que está haciendo. Pero él es el síntoma, la enfermedad es el racismo sistémico que hay en los Estados Unidos”, expresó.

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Conciencia política

Juan Villoro puntualizó: “La lucha contra el racismo que hicieron desde el pódium en el 68 John Carlos y Tommie Smith, apoyados por Tyus, nos debe tocar de cerca porque México es una nación profundamente discriminatoria hasta la fecha, donde los pueblos originarios no tienen el respeto que merecen. Tenemos también la desgracia de que rara vez hay una conciencia política desde el deporte, más bien lo que hay es politiquería. Cuando un medallista olímpico mexicano puede subir al pódium su siguiente objetivo es ser diputado. No hay una conciencia, una transmisión de valores en el deporte, en general. Por eso mismo estos atletas que ahora están con nosotros representan tanto”.

Villoro dio el silbatazo final a un certamen del que salieron con el puño en alto las figuras deportivas y héroes de los derechos civiles.