Pérdidas y ganancias
Cambian significativamente el territorio y la población
Las posibilidades de movimiento que los mexicanos reconocen en su territorio, hoy en día proceden en buena medida de la introducción en diversas etapas y a diferentes ritmos del ferrocarril, las carreteras y la aviación, consideraron los investigadores Héctor Mendoza Vargas y Gustavo Garza Merodio.
A partir del nacimiento de México como nación independiente, hace 200 años, el país se ha modificado en territorio y población: el primero se redujo a menos de la mitad, y la segunda creció aproximadamente 19 veces. De ser en su mayoría rural pasó a ser urbano con cerca de dos terceras partes de la población viviendo en localidades de 15 mil habitantes o más, y con la mitad de la población nacional en ciudades de 100 mil personas o más.
En tanto, el transporte y las comunicaciones también evolucionaron. “Las posibilidades de movimiento que los mexicanos reconocen en su territorio, hoy en día proceden en buena medida de la introducción en diversas etapas y a diferentes ritmos del ferrocarril, las carreteras y la aviación”, como establecen los investigadores Héctor Mendoza Vargas y Gustavo Garza Merodio, del Instituto de Geografía, en el libro Geografía de México: una reflexión espacial contemporánea.
Para el académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, Carlos Pérez Castañeda, a dos siglos de la construcción de México, es una nación joven como República, pero al mismo tiempo con una historia de las más antiguas del continente americano.
El país, según el Ensayo Político sobre la Nueva España, del geógrafo Alejandro de Humboldt, en 1824 se podía “valuar la población en 6 millones 800 mil almas”.
Hoy, el Censo 2020 indica que en los Estados Unidos Mexicanos es de 126 millones 14 mil 24 habitantes; las entidades más pobladas son el Estado de México, con casi 17 millones de habitantes; Ciudad de México, donde residen 9.2 millones de personas, y Jalisco, con 8.3 millones. En contraparte, Campeche, Baja California Sur y Colima son los estados con menos población: 928 mil, 798 mil y 731 mil personas, respectivamente.
La extensión, integración, división y delimitación del país también se ha modificado. El 24 de febrero de 1821, Agustín de Iturbide oficialmente dio a conocer el Plan de Iguala, donde se proclamó la Independencia de México y su conformación como imperio bajo una forma de gobierno monárquico constitucionalista; en enero de 1822, la extensión territorial de la nación era de cuatro millones 925 mil 283 kilómetros cuadrados y se componía de 24 provincias y la capital del imperio.
Desde entonces se han producido cambios territoriales relevantes, como la separación de las provincias integrantes de la Capitanía General de Guatemala (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica) al finalizar el imperio, en 1823; la Independencia de Texas, en 1836, y la pérdida de más de la mitad del territorio (los actuales estados de California, Arizona, Nuevo México, Nevada, así como Utah, y porciones de Colorado, Oklahoma, Kansas y Wyoming, en la actual Unión Americana) en 1848, luego de la invasión de Estados Unidos.
Aunque el país –que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía actualmente mide un millón 960 mil 189 kilómetros cuadrados sólo en su superficie continental– perdió territorio, “en realidad no se tenía control de esas tierras, de las cuales sabían más los apaches y comanches, que lo que se sabía en el centro”. Las distancias eran enormes y, por ejemplo, un viaje de Zacatecas a Ciudad de México en 1820 tomaba un mes, y llegar a Querétaro desde la capital, dos días y medio, relata el universitario.
Uso de nuevas tecnologías
Luego de que en el periodo virreinal la actividad se concentró en la minería y el comercio de productos locales, como el henequén o el tabaco, en 1821 la mayoría de la población mexicana obtuvo la libertad de los cultivos y la posibilidad de tener animales domésticos. Cualquiera podía andar a caballo y mejoró la alimentación, rememoró Carlos Pérez.
En la tercera parte del siglo XIX, en el Porfiriato, inicia el uso de nuevas tecnologías, como la máquina de vapor. En Inglaterra, en 1826, había comenzado la construcción de la primera línea férrea del mundo entre dos ciudades, Liverpool y Manchester. México “se ajusta con el mundo, y para 1888 contaba con líneas ferroviarias considerables que conectaban con Estados Unidos y otros sitios como Veracruz o Tampico”, añadió.
Durante el siglo pasado, un factor importante que detonó el crecimiento fue el motor de combustión interna. Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, Venustiano Carranza y Francisco Villa condujeron o se trasladaron en autos que sólo poseían los ricos. También se fabricaron las primeras motocicletas, tractores y camiones, precisa el universitario.
Un modo rápido de comunicación
En el citado libro, Mendoza Vargas y Garza Merodio refieren que el ferrocarril que alcanzó una amplia difusión en el territorio en el siglo XX, con el paso del tiempo parece haber quedado lento, por lo que nuevas tecnologías, como las carreteras, establecieron un modo rápido de comunicación. A su vez, la aviación abrió nuevas rutas en el territorio y superó a las dos anteriores en la velocidad de los movimientos e intercambios, por lo que su presencia preparó los nuevos espacios a un ritmo acelerado.
A partir de fines del siglo XIX, los medios de transporte contemporáneos coadyuvaron a transformar el panorama del país y fueron determinantes en la creación de nuevas regiones, alterando profundamente las existentes.