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En la UNAM, una nueva era de jurisprudencia en derecho indígena

Conferencia magistral de Rigoberta Menchú Tum, activista maya guatemalteca y Premio Nobel de la Paz

Foto: Víctor Hugo Sánchez.

Lo que estamos haciendo en la UNAM es el comienzo de una nueva era de jurisprudencia en derecho indígena en los ámbitos nacional e internacional, porque ésta es la casa donde aprendemos, caminamos, recorremos y con el tiempo definimos, afirmó Rigoberta Menchú Tum, activista maya guatemalteca y Premio Nobel de la Paz 1992.

Al ofrecer la conferencia magistral Jurisprudencia nacional e internacional en derecho indígena ante estudiantes, docentes y autoridades de la Facultad de Derecho (FD) de esta casa de estudios, de la que es profesora extraordinaria, sostuvo:

“Quizá podemos generar nuevos símbolos para que un día se cumplan los objetivos de los pueblos indígenas: la dignificación de su memoria histórica, su participación activa y fehaciente en sus propios procesos y la conclusión del ámbito de la vida: vivir plenamente”, dijo.

En el Auditorio Ius Semper Loquitur de la FD, ante el director de la entidad, Raúl Contreras Bustamante, y los profesores de esta Facultad Norka Cristina López Zamarripa, experto en derecho internacional, y Raymundo Espinoza Hernández, experto en derecho indígena, Menchú Tum agradeció que la UNAM ofrezca una plataforma, un espacio profundo y sólido para atender estos temas.

“Porque la solidez está en los conocimientos, en las mentes de cada uno de ustedes, los estudiantes, los jóvenes que tienen una gran oportunidad de ampliar su mirada sobre el ser humano, el humanismo y el futuro”, señaló.

Calificó a la Universidad Nacional como “una institución magnífica que puede sentar grandes precedentes en derecho indígena y en el reconocimiento del sistema indígena de justicia”.

Menchú Tum, doctora honoris causa por esta casa de estudios, consideró que hoy se cuenta con una ventana más abierta al mundo para adentrarse en estos temas. “Antes era muy difícil, yo comencé siendo autodidacta”, recordó.

De acuerdo con el calendario maya, citó, el mundo necesita equilibrio, conductas éticas para que la palabra, los conocimientos y la vida tengan esencia y demuestren la lealtad a una misión. “Yo quiero que ustedes sean leales con su propia misión y les deseo mucho éxito”.

Advirtió que, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), hay 5,000 pueblos indígenas en 90 países. “¿Pero en qué condiciones están?, ¿han caminado a otras naciones porque con la migración se cruzan fronteras?”, cuestionó.

Dijo que, de acuerdo a datos de la Unesco, al menos 43 % de las más de 6,000 lenguas que se hablan en el mundo están en peligro de extinción. “Es algo importante que ustedes deben tener en su contexto personal”.

Rigoberta Menchú agregó que desde 1949, con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se han desarrollado instrumentos y mecanismos en favor de dichos derechos.

Experta independiente

La activista, que se ha preparado durante 41 años como experta independiente en derechos indígenas, empezó su labor internacional en el Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas de 1982 a 2007, el cual estableció las principales bases de los instrumentos que actualmente conocemos en relación con estos derechos.

Tras mencionar varias legislaciones internacionales, apuntó que el Premio Nobel de la Paz en 1992 reafirmó en la conciencia universal la resiliencia de los pueblos originarios. “Esa resiliencia, nuestros miles de años de lucha por el reconocimiento, se hizo un hecho en los ámbitos nacional e internacional”.

Añadió que los nuevos juristas deberán discutir mucho hasta dónde llega el límite de la emancipación y la autodeterminación de los pueblos indígenas.

En su oportunidad, Raúl Contreras Bustamante, invitó a los jóvenes estudiantes de la FD a estudiar derecho indígena. “Vean la realidad. Las comunidades originarias están en los estados más retrasados del país. Ustedes tienen que ser motor de cambio”.

También comentó que la materia de derecho indígena ya es obligatoria y sugirió que quienes dentro del alumnado hablen alguna lengua originaria la consideren para que, después de estudiar derecho indígena, vuelvan a sus comunidades a resolver problemas reales de ese grupo de la población mexicana.

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