Tiene espacio para continuar con reducciones en la tasa de interés
En el país hay señales claras para conducir la política monetaria: Omar Mejía Castelazo
En Estados Unidos existen condiciones macroeconómicas distintas a las nuestras, dijo el subgobernador de Banxico
Al participar en la Cátedra SHCP 2025. Panorama Económico de México. Crecimiento y Retos Estructurales, en la Facultad de Economía (FE) de la UNAM, refirió que economías con fundamentos macroeconómicos sólidos son capaces de afrontar periodos de incertidumbre o volatilidad de mejor manera, y esto es relevante dado el contexto en el que nos encontramos.
El experto agregó que para que haya crecimiento económico debe haber certidumbre. En el caso del Banco Central “nos toca tener una inflación baja y estable”; de este modo hay un horizonte de tiempo para planear y lograr un crecimiento sostenido en el largo plazo.
Recalcó que en Estados Unidos hay condiciones macroeconómicas distintas a las de México, y las toman en cuenta para la conducción de su política monetaria. En México, “tenemos un margen relevante con respecto a la Reserva Federal”, elemento que se toma en cuenta para calibrar nuestra propia política monetaria.
En la ponencia Política Monetaria: Perspectiva 2025, explicó que los bancos centrales utilizan una amplia gama de información para su toma de decisiones; la más específica se utiliza para hacer los pronósticos de inflación, que se dan a conocer al público, y que se consideran como un objetivo intermedio de la política monetaria.
El experto destacó que el denominado régimen de objetivos de inflación ha demostrado que cuenta con todas las herramientas para superar situaciones como la que vivimos con la pandemia y otros “choques” que se han añadido. En México, la acción decidida y oportuna del Banco Central permitió que las expectativas de inflación se mantuvieran ancladas.
Es decir, reiteró Mejía Castelazo, adicional a las reglas monetarias hay mucha más información para tomar en cuenta y, en este caso, conducir la decisión de política monetaria, y “lo que nos decía es que había espacio para continuar con disminuciones mucho mayores de la tasa de referencia, de acuerdo con lo que evaluamos en enero de este año”. Actualmente, estamos lejos del intervalo considerado como neutral y vemos cómo la inflación subyacente y general se encuentra en los niveles promedio históricos.
En el Auditorio Narciso Bassols de la FE detalló que la política monetaria de cualquier nación debe estar soportada por fundamentos macroeconómicos, y no hacerse de manera aislada.
Al continuar su participación en la sesión moderada por Lorena Rodríguez León, titular de la Facultad, sostuvo que el país tiene cuentas externas balanceadas y sostenibles; el saldo de la cuenta corriente es 0.3 % del Producto Interno Bruto. Otro elemento relevante es que se cuenta con un régimen de tipo de cambio flexible que permite absorber choques en la economía.
De igual modo, un factor más que ayuda a que no haya ajustes abruptos en el tipo de cambio son las reservas internacionales que, de acuerdo con el dato de la semana pasada, alcanzan los 239 mil 627 millones de dólares. En los últimos años se decidió aumentarlas de manera paulatina.
Actividad industrial débil
Al referirse a los pronósticos de crecimiento para los próximos años, el egresado de la FE advirtió que estará por debajo del promedio observado entre 2010 y 2019, lo cual es un elemento importante para la toma de decisiones de los diferentes bancos centrales. En el caso de nuestro país, será muy relevante lo que ocurra con la dinámica de crecimiento en Estados Unidos.
En la economía mexicana hemos tenido una debilidad económica por algunos trimestres; la actividad industrial, que ha estado íntimamente relacionada con la del vecino país del norte, está estancada. “La construcción fue un elemento fundamental para que esa actividad continuara creciendo en el periodo pospandemia, sin embargo, actualmente ya no tenemos esas cifras”.
No obstante, aclaró, la masa salarial sigue en crecimiento, es decir, hay elementos que apoyarán el crecimiento del consumo hacia adelante. Además, se suman las condiciones de holgura de la economía y las expectativas de inflación, que para 2025 y 2026 se encuentran dentro de sus promedios históricos.
Respecto al tipo de cambio, mencionó, la mayor depreciación que se ha tenido en los últimos años ocurrió durante la pandemia, y a partir de mediados del año pasado se registra un periodo de apreciación; desde septiembre pasado ha oscilado en los mismos niveles, y aunque ha habido una incertidumbre mayor, el caso de México sigue siendo uno en el que se mantienen finanzas públicas sanas, equilibrio macroeconómico, un Banco Central enfocado en la meta y una mejor posición para el periodo de revisión de políticas comerciales en Estados Unidos.
Al dar la bienvenida, Lorena Rodríguez rememoró que dentro de unos meses se cumplirá el primer centenario del Banco de México, con quien la Universidad comparte una característica esencial: la autonomía, esencia y principio rector de esta casa de estudios, y elemento primordial para garantizar la credibilidad y eficacia de la política monetaria en nuestro país, en el caso de esa instancia.
Las tres instituciones que convergen en el objetivo conjunto de esta Cátedra –la UNAM, el Banxico y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público– han sido pilares en la construcción del México moderno, concluyó.