En Radio UNAM, audios rescatados

En aquellos momentos, el rector Javier Barros Sierra ofreció a los líderes el espacio radiofónico

Un conjunto de 17 cintas de acetato de 600 pies, relativo al Movimiento Estudiantil de 1968, fue encontrado, digitalizado y catalogado por Radio UNAM y está disponible para cualquiera que desee acceder a la memoria sonora de este suceso ya sea para realizar una investigación o por interés personal.

Era agosto de 2004. La Fonoteca de Radio UNAM debía mudarse de la colonia Del Valle al Palacio de la Autonomía en el Centro Histórico de Ciudad de México. Un proceso rutinario y casual; soportes como casetes, discos, cintas o los CD encontraron un nuevo hogar en el epicentro de la Ciudad de los Palacios.

Tiempo después, unas cajas rotuladas con crayón color negro casi deshaciéndose llamaron la atención de la actual jefa de Fonoteca de Radio UNAM, Yolanda Medina. Los paquetes llevaban escrito el texto: “Movimiento Estudiantil”. A pesar de la curiosidad inminente, esas y otras cintas no pudieron ser escuchadas de inmediato porque no se contaba con reproductoras.

Fue en el aniversario 40 del movimiento, en 2008, que bajo la dirección de Fernando Chamizo se planeó una serie de especiales a cargo de la productora Pita Cortés. El audio sorprendió a quienes lo escucharon: eran 17 cintas que contenían algunas grabaciones de El movimiento estudiantil informa, el espacio radiofónico que ofreció el rector Javier Barros Sierra a los líderes del Consejo Nacional de Huelga (CNH), bajo la supervisión de Carlos Monsiváis. Sin imaginarlo y con el paso del tiempo, esta transmisión se convertiría en un testigo sonoro de aquella lucha que un 2 de octubre se volvería una herida permanente en la sociedad.

De acuerdo con la Asociación Internacional de Archivos Sonoros y Audiovisuales (IASA, por sus siglas en inglés), una proporción creciente del patrimonio cultural de los últimos cien años se encuentra almacenada en soportes audiovisuales.

Esto significa que una gran cantidad de información está en peligro constante de desaparición por la fragilidad de los soportes que los contienen (cinta magnetofónica, DAT (Digital Audio Tape), disco compacto), por la obsolescencia tecnológica de los reproductores, así como por la falta de estrategias eficientes para su preservación, incluso si se trata de documentos de origen digital.

“En el caso de Radio UNAM, los materiales sonoros que salvaguarda su fonoteca atesoran una multitud de voces, temas, músicas, maneras de ver el mundo, testimonios vivos de diferentes momentos de nuestra historia y son, por todo ello, documentos dignos de conservarse para las nuevas generaciones, pues registran el devenir histórico y tecnológico no sólo de nuestra Universidad, sino también de nuestra sociedad y de nuestro momento histórico”, afirma Carmen Limón, subdirectora de Evaluación, Planeación y Programación de la emisora.

Cabe mencionar que los documentos sonoros aventajan a los escritos, pues los primeros contienen la voz de quienes vivieron aquellas épocas, con sus cadencias e inflexiones personales.

Movimiento Estudiantil

Podcast

A partir de este 2020, el conjunto de audios de 1968 que superaron las barreras tecnológicas podrá ser escuchado directamente en el podcast de la emisora universitaria y ya se encuentra disponible para todo el público en PodCast RadioUNAM.

Sin embargo, los retos continúan. “Son principalmente tecnológicos y económicos”, apunta Carmen Limón. “Los tecnológicos podemos sortearlos con el apoyo de instancias como la Fonoteca Nacional y directrices como las que nos marca la IASA. Los escollos económicos son un poco más difíciles de sortear, pues dependen de la asignación presupuestal. Es importante sensibilizar a las instancias administrativas acerca del significado cultural del acervo de Radio UNAM y que todos comprendan que los soportes analógicos que aún no se han digitalizado tienen fecha de caducidad, y que la plataforma donde se encuentran los ya digitalizados es muy frágil por naturaleza y requiere mantenerse actualizada en cuanto al hardware y al software”, finaliza.

Por lo pronto, estas cintas ya digitalizadas y catalogadas encontrarán nuevos escuchas, pero aún hay otras sin identificar que requieren atravesar el mismo proceso. ¿Qué otras joyas habrá?

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