En una acera típica, exposición aguda al material particulado

Miden y simulan concentración de PM10 y PM2.5 a la que están expuestos transeúntes y pasajeros en la CDMX

Cuando caminas por las calles de la CDMX o te transportas en metro, metrobús o incluso en tu carro ¿sabes a qué concentración de material particulado, causante de cáncer, estás expuesto?

Un grupo de científicos, tecnólogos y arquitectos de la UNAM, en colaboración con médicos del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, hacen mediciones de las concentraciones de contaminantes a nivel de la acera, miden efectos en salud y desarrollan barreras ecológicas.

Arón Jazcilevich y colaboradores estudian la distribución de contaminantes en la acera típica de la ciudad, en particular de material particulado (menor a 10 micras) y de monóxido de carbono (CO).

Las PM10 y PM2.5, por su micro tamaño, son respirables y llegan a diferentes regiones y profundidades de los pulmones, y eso las hace nocivas.

Información de la concentración de material particulado y de monóxido de carbono a nivel de acera, aclara el investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA), no la proporciona la red de estaciones de monitoreo ambiental de la CDMX. Estas miden las concentraciones a 10 metros de altura para caracterizar la calidad del aire de una región o zona de la ciudad, no la de una acera.

Más que mediciones

Mediante equipo diseñado ex profeso en el CCA (perfilador atmosférico electromecánico), el doctor Jazcilevich y colaboradores han medido, por ejemplo, la concentración de esos contaminantes en el Eje Delfines y Madrigal (transita por ahí transporte movido por diésel) , así como bajo el puente peatonal en CU, cercano a la estación UNAM del Metro.

Asimismo, estudiantes y el doctor Iván Hernández (también del CCA) han medido (fungiendo como pasajeros y llevando sensores) la contaminación en diferentes “modos de transporte” (metrobús y metro) para determinar donde hay mayores riesgos para la población.

También en el CCA se recrea virtualmente, mediante técnicas computacionales, los flujos atmosféricos que lleva la contaminación que emiten los vehículos. Juan de la Cruz Zavala, quien realiza un posdoctorado en Inglaterra, simula numéricamente lo qué pasa en “un cañón urbano típico de una ciudad”.

El CCA, el INER y el Laboratorio de Movilidad de la Facultad de Arquitectura, con sensores portados por voluntarios en función de transeúntes, midieron la concentración de monóxido de carbono en calles y aceras.

Actualmente con la Facultad de Ingeniería y el Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT-UNAM), se desarrolla equipo electrónico para medir en tiempo real la concentración de material particulado.

Con la Facultad de Arquitectura, con base a mapas de concentración de PM y CO elaborados por el CCA, se diseñan barreras ecológicas para eventualmente tener zonas o calles limpias o con menos concentración de PM10 y PM2.5, así como de monóxido de carbono.

Resultados preliminares

Jazcilevich, al enlistar algunos resultados preliminares, dice que ciclistas, como pasan cerca de camiones con altas emisiones de material particulado, “estuvieron expuestos a picos de concentraciones bastante altos”.

En Eje 10 y Cerro del Agua, con el apoyo de “Paty Segura, del INER”, se determinaron las zonas más expuestas a la contaminación por monóxido de carbono. Las personas que trabajan permanentemente ahí “ya tienen males crónicos”.

También se determinó que “las alturas preferidas por la contaminación al lado de la acera” son entre 1.50 y 170 metros, y la mayor la concentración es, más o menos, a 1.50 metros, lo cual afecta más a los niños.

En los autobuses con nuevas tecnologías diésel, entre más modernas, “se reduce más y más la exposición” y menos riesgo corren los pasajeros. Bien mantenidas y modernas, como el metrobús que circula por Reforma, emiten menos material particulado. Incluso, mediante experimentos en unidades del metrobús de dos pisos, que tienen tecnología de punta, mostraron que las concentraciones de material particulado era menor adentro que afuera de ese transporte.
Es un transporte limpio —dice el coordinador del proyecto Exposición Personal a Contaminantes en la Acera—, ya que cuenta con un sistema de filtración de partículas y su motor emite poco material particulado. Su sistema se acerca a los mejores del mundo, y “hay menos auto-contaminación” que en el transporte público general.

Con respecto al uso de modelos matemáticos, “una ventaja de contar con un modelo computacional es que podemos ver —en nuestro experimento virtual— qué tanto se reduciría la exposición a material particulado si se modernizara la flota vehicular Diesel. Podremos entonces —subraya Jazcilevich— predecir los efectos de nuevas tecnologías vehiculares antes de instaurarse”.

Medición en tiempo real

—¿Las barreras ecológicas que diseñan con Arquitectura como serían?
Con base en mediciones objetivas y parámetros geométricos, podremos saber que altura deberán tener, y utilizando vegetación, se trabaja en una serie de propuestas de barreras que eventualmente formarían parte del mobiliario urbano, en “forma estética y eficiente”.

—¿Qué tipo de equipo de medición diferente están desarrollando?
El perfilador atmosférico creado en el CCA realiza de forma electromecánica un recorrido con sensores “de la calle hacia adentro y de regreso”. Así se recopila información suficiente hasta poder establecer una estadística.

En cambio, el aparato electrónico que diseñan la Facultad de Ingeniería y el Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ya está en etapa final) cuenta con “un arreglo de sensores de material particulado” que medirá de forma inmediata y en tiempo real la contaminación al lado de la carretera.

Por zonas limpias

—Esta información sobre contaminantes es novedosa, ¿podría utilizarse para declarar una contingencia ambiental?

A diferencia de las estaciones monitoreo ambiental (su tecnología y mediciones) que están sujetas a una normatividad para declarar contingencias ambientales; la exposición personal en acera, por ser un área de estudio relativamente nuevo, no están normadas.

—Cuando la exposición personal a contaminantes en la acera cuente con una normatividad y sobrepase niveles permisibles, ¿podría eventualmente llegarse a declarar un ‘hoy no circula en la acera’?

“No sé si tanto, pero en el futuro si podría ayudar a declarar cuales son zonas limpias y cuáles no. Cuáles pueden serlo, como en otros países donde hay zonas donde no entran vehículos con tecnologías viejas e inclusive de combustión interna”.

También, puntualiza Jazcilevich, las mediciones a nivel de exposición personal, podrían indicar “en forma bastante clara” si las acciones y las políticas de control de contaminación son eficientes.

Uno trazador, otro de cuidado

Finalmente, reitera que se miden solo material particulado y monóxido de carbono porque son contaminantes primarios, que salen del escape de los automotores.

Aunque el monóxido de carbono no está ahora en niveles peligrosos para la salud en México, es un excelente trazador, que nos indica “donde hay más tráfico y donde hay menos”.

El material particulado, que va en las emisiones diésel, es de especial cuidado, ya que es el de mayor riesgo para la de salud. Las PM10 y PM2.5 que emiten no solo son cancerígenos, causan también afecciones cardiovasculares y respiratorias. Por eso “son de mayor interés para nosotros”.

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