Enfrentan bibliotecas reto de reinventarse

Han renovado su significado para crecer y es una nueva oportunidad para hacerlo

Son un ícono de la sociedad civilizada, dijo el investigador de la Universidad de St. Andrews, Escocia. Foto: Francisco Parra.

El lema popular dice: renovarse o morir, y esto es muy válido en el caso de las bibliotecas que enfrentan este reto, como en su momento lo hicieron las librerías, para ser espacios que vuelvan a reunir a personas y donde éstas puedan descubrir nuevos conocimientos, estimó Andrew Pettegree, investigador de la Universidad de St. Andrews en Escocia.

El experto en historia moderna participó en la tercera sesión del Ciclo Internacional Una cita con la Biblioteca Nacional de México: Historia de la lectura y del libro en la pospandemia. Reflexiones sobre un porvenir incierto, organizado por el Instituto de Investigaciones Bibliográficas. Pettegree enfatizó que a lo largo del tiempo las bibliotecas han renovado su significado para crecer y ésta es una nueva oportunidad para hacerlo.

El autor de La biblioteca, una historia frágil (The library: a fragile history) explicó que a lo largo del tiempo la destrucción de las grandes colecciones es parte de un ciclo natural, como se ha visto con los monumentales reservorios en Alejandría.

“La creación y destrucción de las bibliotecas es parte de un ciclo natural de creación, acumulación, decaída, destrucción y una reconstrucción, por eso es que estos espacios han probado ser instituciones resilientes a lo largo de los siglos, pues constantemente se han reconstruido a sí mismas”, comentó el titular del proyecto Catálogo Universal de Títulos Cortos (Universal Short Title Catalogue) y ganador del Goldsmith Prize.

Pettegree señaló que desde la época de los romanos y con los grandes manuscritos las colecciones han sufrido cambios importantes, por ejemplo, antes de la imprenta, tener 300 títulos era colosal, posteriormente los doctores y abogados particulares llegaban a tener repisas de libros más extensas que las de una universidad. Esto se sabe gracias a catálogos privados que han sobrevivido hasta la fecha y que revelan demasiado sobre el tipo de textos que coleccionaban las personas, aunque muchos de los libros ya no existan.

“La historia de las colecciones institucionales ha sido un recuento de fallos, pues llegar a la biblioteca pública fue complicado. Primero fueron las grandes estanterías que simbolizaban el poder de personas individuales, luego se avanzó a colecciones en capillas o de acceso restringido o ingreso mediante suscripciones, pasó mucho tiempo para llegar a la biblioteca pública y no fue sino hacia el siglo XIX cuando la gente pudo acceder a estos archivos”, precisó el investigador.

Asimismo, detalló que la época dorada de las bibliotecas en Europa fue de 1885 a 1970, posteriormente se llegó a una crisis en la que se deben revisar si pueden ser sustentables o si les alcanzan los recursos para ofrecer sus servicios. Hoy en día, la gente las defiende porque son un ícono de la sociedad civilizada, pese a que, en muchas ocasiones, ni siquiera las visitan.

Renacer de librerías

Hay sitios como las librerías que viven un renacer al ofrecer servicios similares a las bibliotecas y hoy en día son más utilizadas en Gran Bretaña, lo que genera un problema para las bibliotecas que han debido ofrecer otro tipo de servicios, como de cómputo o espacios para realizar tareas o volver a relacionarse, señaló.

En medio de este dilema, desde antes de la pandemia, cada vez cobran mayor importancia los libros digitales, que para muchos llevan a especular sobre la desaparición de los libros físicos, una polémica que lleva muchos años, pero que está lejos de ser realidad.

“El uso de catálogos digitales es muy importante desde antes de la pandemia y ahora se ha acelerado su progreso debido a la emergencia sanitaria. Los recursos digitales han tenido un gran éxito y esto es bueno, pero aún creo que después de la pandemia la gente regresará a los libros”, precisó

Pettegree lidera el Catálogo Universal de Títulos Cortos considerado uno de los proyectos digitales más ambiciosos que reúne información de todos los textos publicados en Europa hasta 1650, lo que equivale a unos 750 mil títulos y unos 4 millones de copias localizadas en diferentes bibliotecas europeas.

La plataforma https://www.ustc.ac.uk/ surgió con el objetivo de estudiar los libros religiosos publicados en Francia, como parte de un estudio de la Reforma. Pero rápidamente se hizo evidente la necesidad de ampliarlo al contexto editorial europeo.

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