Enrico Ramírez, a la Academia de las Artes y las Ciencias de EU

Desarrolla simulaciones en computadora que ayudan a entender el origen de los elementos químicos

Foto: cortesía de Enrico Ramírez.

Mi gusto por la astrofísica nació cuando estaba en el segundo año de la carrera y obtuve el Premio Leon Lederman, que consistió en ir a Los Álamos, Nuevo México, donde conocí al astrofísico Edward Fenimore, quien me apoyó y me mostró cómo utilizar las leyes de la física del mundo terrestre para describir el universo que está tan lejos”, afirmó Enrico Ramírez Ruiz, egresado de la licenciatura en Física por la UNAM e investigador de la Universidad de California en Santa Cruz (UCSC).

Ramírez Ruiz fue recientemente elegido miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, una de las sociedades honorarias más antiguas y prestigiosas del país. Se unió a otros 24 profesores de la UCSC que son ya parte de esta institución que honra a académicos, líderes, artistas e innovadores para comprometerlos a compartir sus conocimientos y abordar los desafíos que enfrenta el mundo.

El astrofísico teórico ha desarrollado un marco conceptual para entender la naturaleza feroz del universo por medio de simulaciones por computadora para explorar fenómenos transitorios como colisiones, fusiones y rupturas de estrellas, especialmente aquellos que involucran objetos compactos, como agujeros negros, estrellas de neutrones y enanas blancas.

“Cuando era pequeño me gustaba mucho el arte y la poesía, y siempre tuve una fascinación por las matemáticas, porque me agradaba resolver problemas. Soy hijo de padres científicos universitarios y crecí siendo puma de corazón, por lo que ingresar a la UNAM fue como un sueño y una de las etapas más hermosas de mi vida, porque ahí me enamoré de la física, aunque también estudié en la Escuela Nacional de Música.”

Las estrellas de neutrones, producto de la muerte de estrellas masivas como consecuencia de una explosión, le atraen particularmente porque producen objetos transitorios en el cosmos que son brillantes, como si fueran fuegos artificiales. Es increíble para él pensar que estas explosiones muy violentas y raras son el génesis de los elementos químicos.

Uno de los logros del que se siente orgulloso fue cuando en 2017, junto con un grupo de científicos del Observatorio de Ondas Gravitatorias por Interferometría Láser (LIGO, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos, notificaron la detección de ondas gravitacionales (ondas invisibles que alteran el espacio y el tiempo) a partir de la fusión de dos estrellas de neutrones, ubicadas en una galaxia a 130 millones de años luz de distancia. Él y su equipo fueron reconocidos por el descubrimiento más importante de ese año por Science Magazine.

“Es una nueva ventana para comprender la física de las fusiones de estrellas de neutrones; los resultados podrían resolver una pregunta muy debatida sobre los orígenes de elementos pesados en el universo, como el oro y el platino. Sabíamos de su existencia en las galaxias, pero nunca las habíamos visto coalescer porque tardan cientos de millones de años y ahora con este instrumento se pudo detectar. Aún no creo que yo haya formado parte de esta contribución”, aseveró.

Asimismo, el también tutor de posgrado de la UNAM enfatizó la relevancia de esto porque es como el árbol genealógico de los átomos de nuestro cuerpo que está ligado a la astronomía, pues si estos pudieran hablar platicarían de los fenómenos intensos que han ocurrido en el cosmos para dar lugar a la humanidad tal y como se conoce, incluso la vida en el planeta.

Impulso a nuevos científicos

A lo largo de su trayectoria profesional, Enrico Ramírez ha recibido varias distinciones por sus trabajos y aportaciones científicas, entre ellas la Medalla al Mérito Juvenil, Silicon Valley’s 40 Under 40 Rising Stars, NSF Early Career Award, Packard Fellowship, Neils Bohr Professor, HEAD Mid-Career Prize y Vera Rubin Presidential Chair (UCSC). Además, es miembro activo de la Academia Mexicana de Ciencias.

“La oportunidad de estudiar en la UNAM es única y hay pocas instituciones en el mundo donde se tiene acceso a la investigación de alta calidad con profesores inigualables y recursos valiosos. Uno de mis aprendizajes ahí fue el compañerismo, crecer colectivamente y el apoyo mutuo. Me queda muy claro que no estaría donde me encuentro si no fuera por esta Universidad.”

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