El aprendizaje no debe cesar a lo largo de la vida

Hay que actualizarse y seguir con la formación; la enseñanza universitaria tiene que incluir a los adultos mayores

Foto: Francisco Parra.

Implementar la enseñanza para todas y todos aquellos que hace años egresaron de la universidad y hoy son profesionistas maduros, jubilados o personas socialmente aisladas, es uno de los grandes retos que enfrentan actualmente las instituciones de educación superior. Este fue uno de los planteamientos en la Cumbre de Rectoras y Rectores México-España 2024.

Los adultos mayores hoy necesitan actualizarse, reducir la brecha tecnológica y de aprendizaje en temas como las emociones, nuevas herramientas digitales, adelantos médicos o liderazgo personal, consideraron los participantes en la mesa 2, Educación para la vida y nuevas formas de aprendizaje, realizada en el Auditorio Alfonso Caso de Ciudad Universitaria.

En el encuentro, moderado por Consuelo Natalia Fiorentini Cañedo, rectora de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo, Eva Ferreira García, rectora de la Universidad del País Vasco, estimó que actualmente no se puede trabajar solamente con lo aprendido hace décadas. “Hay que actualizarse y continuar la formación”.

Para lograrlo es fundamental estrechar la relación entre universidad e iniciativa privada con la idea de fomentar más proyectos como el de aulas-empresas, que se implementa en España, sostuvo.

En opinión del rector de la Universidad Internacional de Cataluña, Alfonso Méndiz Noguero, hoy las universidades deben trabajar con estudiantes de 18 a 98 años, pues son el nuevo blanco para la enseñanza y la especialización. “Nosotros impulsamos la simulación para la actualización profesional y desarrollamos los llamados Campus de la Experiencia, donde personas de 65 o 70 años pueden seguir adelante y aprender en aulas, conferencias, cursos, y educarse más en historia, medicina, literatura o nuevas tecnologías”.

Un gran reto de educar a lo largo de la vida está en la evaluación, pues falta camino por recorrer respecto a cómo hacerlo y acreditar la educación no formal, insistió.

En España, comentaron los invitados ibéricos, existe el Programa Erasmus Plus, donde alumnos cuya edad promedio es de 68 años realizan visitas para relacionarse con otras personas mayores a través de la socialización y el conocimiento. La palabra inclusión es clave para reducir la brecha digital, donde los jóvenes llevan la delantera.

En su oportunidad, la rectora de la Benemérita Universidad de Puebla, María Lilia Cedillo Ramírez, apuntó: “Necesitamos capacitar a los profesionistas con educación continua, mediante cursos con valor curricular. Para ello creamos la Universidad para Adultos, que busca la formación y actualización de personas mayores”.

En este contexto, Cedillo Ramírez y Ferreira García coincidieron en que se requiere implementar más modelos híbridos (presenciales y virtuales), educación continua, cursos gratuitos en línea (MOOC), diplomados y programas de actualización, especialmente dedicados a estimular “habilidades blandas”, como desarrollo socioemocional, finanzas personales y herramientas para el aprendizaje.

Luis Enrique Palafox Maestre, rector de la Universidad Autónoma de Baja California, compartió que en esa casa de estudios fronteriza ha sido revalorado el aprendizaje a lo largo de la vida, del mismo modo que una licenciatura u otro grado escolarizado.

Los representantes de las cuatro instituciones propusieron modificar el modelo educativo para hacerlo más flexible y capaz de acreditar algunas habilidades que, en numerosas ocasiones, se adquieren en las empresas.

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