Se tienen que desarrollar soluciones basadas en el respeto a la naturaleza

Para generar cambios se debe fomentar más la interdisciplina

La juventud está enojada y preocupada por su futuro y empieza a organizarse por la justicia climática y la defensa del derecho humano intergeneracional: Julia Carabias, investigadora de la Facultad de Ciencias

El conocimiento y la cooperación pueden dirigir a la población hacia un futuro más sustentable. Foto: Benjamín Chaires.
Si la temperatura del planeta aumenta 1.5 grados Celsius habrá extinciones del 90 o 95 % de los endemismos y si llega a 3 la diversidad en islas y en montañas bajará profundamente, alertó Julia Carabias Lillo, investigadora de la Facultad de Ciencias de la UNAM.

En la Cumbre de Rectoras y Rectores de Universidades Mexicanas por la Acción Climática 2025, la doctora honoris causa por la UNAM resaltó que de seguir ese proceso, según el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, a finales de este siglo habremos perdido un millón de especies, algo que no es concebible.

Ante representantes de 21 universidades reunidos en la Unidad de Seminarios Dr. Ignacio Chávez de esta casa de estudios, la investigadora estimó que en los bosques de neblina la fauna puede desplazarse, pero la flora no y hay sistemas que quedarán colapsados. Se requeriría que las plantas se trasladaran hasta 10 kilómetros al año para seguir el ritmo del cambio climático, lo cual es absolutamente imposible. Esto llevará a procesos de extinción muy grandes en la fauna.

Para lograr cambios, la especialista recomendó estrategias complejas como una política de conservación que implique la deforestación cero, planificación importante para México al ser un país megadiverso.

En materia alimentaria, eliminar el desperdicio, bajar el consumo de cárnicos, conectar con los sistemas naturales, una política energética en la que la parte fuerte sea la energía limpia, con un proceso hacia la eliminación de los hidrocarburos; para esto se necesita ajustar leyes y normas, precisó.

Asimismo, minimizar la extracción de recursos naturales mediante el reúso, reparación, restauración y reciclado; quitar o disminuir la utilización de sustancias tóxicas; promover y facilitar el consumo sustentable; diversificar y aumentar el financiamiento, y ciudades resilientes, con mejor transporte, más sustentables.

Nuevas condiciones

Carabias Lillo calificó como una esperanza importante la voluntad de las rectoras y los rectores de México para trabajar de forma conjunta con el cambio climático, porque estamos en un momento en que todavía se puede incidir ante este problema que nos afecta a todos; no podemos bajar la guardia, porque los tiempos se están cerrando.

En ese sentido, propuso que esta Cumbre se realice cada año, sugerencia que el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, pidió considerar y aceptar a los ahora integrantes de la Red Mexicana de Universidades por la Acción Climática.

Agregó que en ese contexto, nuestro país enfrenta nuevas condiciones de temperatura, demografía y pérdida de biodiversidad.

La también exsecretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca comentó que actualmente la juventud se encuentra enojada y preocupada por su futuro y empieza a organizarse por la justicia climática y la defensa del derecho humano intergeneracional.

Agradeció el apoyo de la Rectoría de la UNAM para el diseño de un curso transversal en todas las carreras de la Universidad, con el cual se espera que los estudiantes tomen decisiones entendiendo lo que significa para la vida de la gente la sustentabilidad, el desarrollo y contribuir a reducir la crisis ambiental.

Julia Carabias recordó que para generar transformaciones es necesario fomentar más la interdisciplina, la transdisciplina, el desarrollo de soluciones basadas en la naturaleza, cambio climático y sus interacciones con los sistemas ecológicos, la producción de alimentos y el crecimiento demográfico.

Desde hace varios años, indicó, las universidades han trabajado en esos temas, la UNAM mediante la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad, el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, el Programa de Investigación en Cambio Climático y el Centro de Ciencias de la Complejidad, los cuales han tenido incidencia en el Plan Nacional de Desarrollo.

En general, expresó: “las instituciones de educación superior han generado una gran cantidad de información en estos temas, el problema es cómo puede incidir verdaderamente en las políticas públicas, y para ello –con esta Cumbre– se debe aprovechar que el conocimiento, la creatividad y la cooperación pueden dirigir a la población hacia un futuro más sustentable”.

Ojalá podamos compartir estas experiencias entre la alianza de rectoras y rectores con un proceso de movilidad estudiantil y académico; incidir en la juventud a partir del bachillerato y en todas las carreras, subrayó.

Sinergias a considerar

Luego de reflexionar sobre los problemas ocasionados por la presencia humana, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, Carabias Lillo enfatizó que es necesario considerar las sinergias entre los sistemas ambientales, sus funciones y la sobreexplotación de los recursos, así como la generación de gases de efecto invernadero constante y la mala gestión del agua.

En este último concepto, la también integrante de El Colegio Nacional manifestó que en una situación como la actual se complica considerablemente. En particular, México utiliza 70 % de este elemento para la agricultura, la mayor parte proviene del norte del país, pero se desperdicia entre 40 y 60 % en esta actividad y en las ciudades, concluyó Julia Carabias.

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