Roe versus Wade

“Estamos frente a un alejamiento de la ciencia, un oscurantismo”

Es momento de fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil: María de Jesús Medina, del IIJ

Un asunto de salud pública

Hasta ahora el precedente de la Corte Suprema de los Estados Unidos, Roe versus Wade de 1973 había sido muy importante porque reconocía el derecho constitucional a un aborto en ese país. En algunos estados del mismo se tenían reglas muy estrictas, pero no podía haber impedimentos totales porque está considerado válido, vigente; esta es la razón por la que las legislaturas no podían ir con una prohibición tan estricta, señala María de Jesús Medina, del Instituto de Investigaciones Jurídicas.

La reversión Roe versus Wade significaría que le estarían dando mayor peso a la vida en desarrollo que a la vida de las mujeres para decidir sobre sus cuerpos, sobre su reproducción, lo que en los años 70 del siglo pasado ese precedente había sido elevado a un derecho constitucional, agrega en entrevista con Gaceta UNAM.

Y la maestra en Filosofía y Pedagogía del Derecho por la División de Estudios de Posgrado en Derecho de la UNAM recalca: “Se trata de un derecho constitucional que quiere ser revertido por una Suprema Corte que nos deja Donald Trump, mayoritariamente conservadora”.

Recuerda que en enero de este año se cumplieron 49 años de la aprobación de este precedente en Estados Unidos y parece que sus efectos no llegarán ni a medio siglo. “Al inicio de su administración, Trump fue el primero que empezó a desmantelar a las ONG, como Planned Parenthood y otras que se dedicaban precisamente a acompañar mujeres para que tuvieran planificación familiar”.

¿Qué pasa si se revierte este derecho constitucional? “Habrá mujeres que se trasladarán a los estados de la Unión Americana que hoy tienen leyes vigentes que permiten el aborto”. Y cree que “en este momento tenemos que fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil”.

Lo que vemos en esta reversión son mujeres con varias capas de vulnerabilidad, dice. “Son quienes al final padecerán el obstáculo o el miedo a ser perseguidas. Al final, son pobres las que están encarceladas por interrumpir su embarazo”.

Importante, centrar la discusión en el derecho de las mujeres a reproducirse o no.

Sería un error

La doctora en Bioética y Jurisprudencia Médica por la Universidad de Manchester, Reino Unido, precisa que estamos frente a un alejamiento de la ciencia, un oscurantismo, “y la verdad creo que es un error ahora señalar el criterio de viabilidad, porque estamos depositando muchísimo valor en vida celular y no en la de las mujeres. Es importante que en México también dejemos de hablar de que si el feto, el embrión es viable, y nos centremos en el derecho de las mujeres a reproducirse o no, de manera informada, segura. Creo que debemos centrarnos en el derecho de las mujeres a interrumpir como un asunto de salud pública”.

Expone que discutir desde el inicio de la vida de células “es continuar dando pie para que la mentalidad misógina y machista quiera seguir decidiendo sobre nuestros cuerpos. Mientras un hombre no se pueda embarazar, la discusión seguirá así”.

Asimismo, indica que en México ya tenemos muchas leyes locales que afectan a las mujeres. Apenas en septiembre pasado, la Suprema Corte de Justicia de nuestro país aseguró (precisamente fue en la legislatura de Sinaloa) que el legislador local no tenía la jurisdicción de señalar desde donde comienza la vida, y más desde dónde es la protección a la luz de otros derechos, como los de las mujeres a tener una maternidad deseada, salud sexual y reproductiva.

También se declaró inconstitucional la norma penal en Coahuila que pretendía, como la de Misisipi, “tener reglas súper estrictas para que las mujeres no pudieran abortar. La Corte mexicana señaló que era inconstitucional, porque ya teníamos un precedente, como Ciudad de México, donde se puede interrumpir hasta la decimosegunda semana de gestación y la Corte incluso aclaró que es un derecho reproductivo de las mujeres.

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