“Estamos viviendo un proceso de desglobalización”

El mundo enfrenta una crisis de la reproducción social, donde las mujeres son las más afectadas, la cual está llevando a una nueva recomposición del sistema capitalista

Jayati Ghosh y Boaventura de Sousa. Foto: Francisco Parra.
Estamos viendo un proceso de desglobalización. Enfrentamos una crisis de la reproducción social –donde las mujeres son las más afectadas–, la cual está llevando a una nueva recomposición del sistema capitalista, a cadenas de valor rotas; el capitalismo está moribundo, señalaron expertos internacionales en la UNAM.

En el marco de la 9ª Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, Boaventura de Sousa Santos, de la Universidad de Coímbra, Portugal, afirmó que desde 2001 se pensaba que habría dos globalizaciones: una del capitalismo, y otra de los movimientos sociales. Pero con el inicio de la guerra en Ucrania “estamos viendo un proceso de desglobalización”.

El reconocido intelectual y sociólogo refirió que dicho conflicto no es entre Ucrania y Rusia, ni entre Rusia y Estados Unidos, sino entre China y la Unión Americana, la cual pretende impedir la expansión del país asiático en occidente, que en este momento está muy avanzada.

El imperialismo norteamericano está declinando y se ha dado cuenta que debe defenderse de los chinos. “Lo que está pasando en Ucrania en un par de años podría ocurrir en Taiwán, y por la misma razón. Ésa es mi lectura”.

Europa, que no tiene recursos naturales, quedará como zona de influencia de Estados Unidos; América Latina sí los tiene y asistiremos a una lucha feroz por su control en las próximas décadas. En tanto, África es un campo de disputa entre las diferentes tendencias; los estadunidenses vigilarán lo que los rusos, aliados poderosos de China, hacen en ese continente para impedir que su influencia se fortalezca.

Alicia Girón González, coordinadora del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África e integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, refirió que la década de 2009 a 2019 fue para mantener a los países de nuestra región estables, “como cuando alguien entra a terapia intensiva, pero permanece en ese estado”.

Dicha estabilidad es la que tuvimos en la última década antes de la pandemia. Cuando llegó la Covid, la crisis ya estaba y la emergencia sanitaria sólo disparó la situación de fragilidad e inestabilidad financiera de la región. Hoy, las predicciones del Fondo Monetario Internacional para 2023 y 2024, al menos para los países emergentes, es que vamos a seguir en un periodo de bajo crecimiento.

María Paula Guttierrez Meneses, de la Universidad de Coímbra, recalcó que el capitalismo no existe sin colonialismo; éste es una especie de “gemelo malvado” que no es parte de la historia, sino que está aún presente. Una de las implicaciones perversas del juego imperial es intentar silenciar en permanencia lo que ocurre en el sur, o crear una referencia, que es la interpretación del norte sobre el sur.

Al respecto, explicó que la mayoría de los trabajos que tenemos en nuestras universidades son las traducciones eurocéntricas del Atlántico Norte sobre el resto del mundo. Por ejemplo, acerca de África, hablan académicos del norte que producen las grandes referencias que se utilizarán para determinar las políticas del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacional. Ése es el otro lado de la relación colonial capitalista. “Por eso es tan importante expresarse desde el sur, a partir de nuestros lugares de referencia, lucha y resistencia, y entrar a la academia hablando desde ahí”.

Jayati Ghosh, de la Universidad de Massachusetts, expuso que, en el planeta, 14 por ciento de la población reside en países que emiten 87 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero. “Esto también es imperialismo”.

El conocimiento de tecnologías verdes para lidiar con el cambio climático y las catástrofes que ya están teniendo lugar son controladas usualmente por el Norte y China. “Son las nuevas formas del imperialismo”, precisó. Se trata del gran capital en contra de todos los demás a través del patriarcado, las relaciones de clase y el control sobre las poblaciones indígenas.

Finalmente, Seteney Shami, del Consejo Árabe de Ciencias Sociales, recordó que ha habido dos olas grandes que han transformado a esa región; en 2010 y 2011 levantamientos llevaron a cambios de regímenes en Egipto, Siria o Yemen; y en 2015, en Argelia y otros países.

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