Estrategias para garantizar seguridad de género suelen estar mal ejecutadas

Debe darse seguimiento real a las denuncias, capacitación en la materia a la policía e incrementar sanciones a los agresores, sobre todo reincidentes: especialista de la ENTS

Foto: @MetroCDMX.
Aunque hay múltiples estrategias gubernamentales para garantizar la seguridad de las mujeres, suelen ser mal ejecutadas, por lo que es necesario dar seguimiento real a las denuncias, ofrecer capacitación en materia de género a la policía, así como incrementar las sanciones para los agresores, consideró Ana Guadalupe García Vega, maestra en Trabajo Social por la UNAM.

Al ofrecer la charla “¿Podemos las mujeres viajar seguras? Mujeres y movilidad en CdMx”, como parte del ciclo Miércoles para la Igualdad, organizado por la Comisión de Igualdad de Género de la Universidad Nacional, la egresada de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) reflexionó sobre las propuestas implementadas ante la realidad que viven millones de ellas al utilizar la red de transporte público en la capital de la República mexicana.

García Vega estimó importante escucharlas y también sus demandas. “Es un eje fundamental que el gobierno aprendió a la mala, pues después de que se salió a la calle pidiendo no más violencia, no más acoso, comenzaron a realizarse acciones. Esto fue parte de nuestras demandas al pedir senderos seguros, botones de pánico y capacitación en materia de género para los elementos policiacos –lo cual también es un reto– para llegar a salvo a la casa”.

Como parte de su tesis de maestría, la investigadora revisó el programa “Viajemos Seguras”, que se instauró en 2008 y fue un hito en el entonces Distrito Federal, al ser un plan interinstitucional en el cual participaban el Instituto Nacional de las Mujeres, la Secretaría de Seguridad Pública, incluso Locatel y otras instituciones. A partir de 2019 este programa recibe el nombre de “Viajemos seguras y protegidas”.

El objetivo del plan es realizar acciones organizadas a partir de un enfoque de género entre los organismos de transporte público, dependencias responsables de la seguridad pública y de procuración de justicia, para garantizar que se transporten más seguras y libres de violencia, explicó la licenciada en Sociología.

Desde el inicio, incluye los transportes públicos: Metro, Metrobús, Tren Ligero y Trolebús, que son las arterias de la urbe, porque ellas utilizan múltiples medios y efectúan numerosas paradas; lo que significa que mientras los hombres van de la casa al trabajo y de regreso, las mujeres van del hogar a su sitio laboral, por el mandado, recogen a los hijos, a la tintorería, a pagar servicios, al banco, a la casa, etcétera. Es decir, una movilización extensa debido a los roles que llevan a cabo.

Cartografías del miedo

El trabajo surgió a partir de la necesidad de rescatar la importancia de las mujeres, su derecho al espacio público y a moverse libres de violencia, y no sólo recurrir a estereotipos tradicionales; es decir, no mencionar que podría ser tu hermana, madre o amiga, sino la enfermera que salvará una vida o la próxima abogada, la científica en busca de una cura. El objetivo es reforzar que se han ganado el derecho a la ciudad, que habitan y transitan en esta y merecen hacerlo libres de agresión.

García Vega comentó que, por ejemplo, en 2019 el Metro transportaba diariamente 5.5 millones de usuarios; sin embargo, fue diseñado para 2.5 millones, lo que ocasiona una serie de consecuencias y problemas que se notan, como desperfectos o aglomeraciones.

En su estudio, la investigación abarcó de 2019 a 2020, antes de la pandemia. Se revisaron las acciones que lleva a cabo el gobierno y los cinco módulos de atención que se ubican en Balderas, Mixcoac, Taxqueña, Pantitlán y Pino Suárez, con horario de atención de 8 a 20 horas. Su capacidad es de 2.5 por ciento del total de las estaciones de ese medio de transporte.

Las actividades del programa cuentan con el aspecto preventivo, que es la separación de vagones y unidades exclusivas; existe una página virtual y aplicación Vive Segura CdMx, en la cual se elaboran “cartografías del miedo”; es decir, donde pasa algo malo ahí se registra, pero no hay una sanción, es sólo para identificar cuáles son las estaciones más peligrosas. Donde se realizan más denuncias es en la línea 3, una de las más aglomeradas.

La maestra en Trabajo Social por la UNAM estimó necesario ser más consistentes con el seguimiento de los agresores, especialmente con los reincidentes, así como aumentar las sanciones.

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