Estrenan La diosa del asfalto, de Julián Hernández, egresado de la ENAC

Para el cineasta su largometraje más reciente le permitió reencontrarse con el cine que lo formó como cinéfilo y, “en muchos sentidos, como realizador”

Max (Ximena Romo) regresa a la colonia en la que creció convertida en estrella de rock, como lo soñaba en su adolescencia es la líder de una banda llamada La diosa del asfalto y sus desperdicios. Sin embargo, la vuelta a su hogar la confronta con las amigas que abandonó años atrás, aquellas que alguna vez caminaron bajo el nombre de las Castradoras de Santa Fe. Ellas no han olvidado los motivos de la partida de Max y están dispuestas a recordárselos.

Esa es la historia de La diosa del asfalto (2020), el largometraje más reciente del cineasta Julián Hernández, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos –ahora Escuela Nacional de Artes Cinematográficas–, que llegará a diversos cines del país el 30 de abril.

La película escrita por Inés Morales y Susana Quiroz está inspirada en hechos reales, sin embargo la historia de esas jóvenes rebeldes no fue el único punto de interés para el director de Rabioso sol, rabioso cielo (2009):

“Cuando entré al CUEC oculté todo lo que de alguna manera me había llevado y generado el deseo de estudiar cine, después de un tropiezo con la música. Mi gusto por el cine popular me llevó al CUEC, era el cine que yo veía en los cines por mi casa, cerca de dónde se desarrolló originalmente la historia de las Castradoras de Santa Fe, Tacubaya, Jalalpa Tepito, la Presidente, la Piloto y todas esas colonias”.

“Viví ahí mucho tiempo de pequeño y bajaba a Tacubaya al cine Jalisco, al cine Carrusel para ver muchas películas de los realizadores de los años 70 y 80, ahora bastante vilipendiados, y me gustaba mucho. Me gustaba el fenómeno cinematográfico, lo que ocurría en estas salas. El contacto que tenía el público tan particular con las películas. Eso me motivó a estudiar cine”, contó en entrevista Hernández y continuó:

“En el CUEC, me encontré con una generación en la que todos tenían gustos muy elevados, muy distintos a los míos porque nadie sentía atracción por ese cine que a mí me gustaba. Decidí, naturalmente, esconderlo. Estaba yo en una etapa difícil de mi adolescencia, a punto de cumplir 18 años, entonces al enfrentarme con ellos que venían de escuelas privadas y otro medio sociocultural me dio el bajón, oculté todo lo que me gustaba.”

“Hasta el tercer año, en la clase de Alejandro Pelayo vimos los programas Los que hicieron nuestro cine, en especial los dedicados a los 80. De alguna manera recuperé todo lo que había decidido deliberadamente ocultar. Muchos años después, tras haber hecho mis primeras cuatro películas y mientras trabajaba en Rencor tatuado (2018), el guión escrito por Inés Morales y Susana Quiroz llegó a mis manos. Fue así que me reencontré con el cine que me formó como cinéfilo y, en muchos sentidos, como realizador.”

Reacciones adversas

El largometraje producido por Mil Nubes Cine se estrenó en la décimo octava edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), donde compitió en la Sección de Largometraje Mexicano. La ganadora del certamen fue Sin señas particulares (2020), de Fernanda Valadez, mientras que La diosa del asfalto terminó sin reconocimientos y una ola de severas críticas a su propuesta estética, reminiscente del cine popular mexicano de los 70 y 80.

“Las primeras reacciones a la película después de Morelia fueron un poco devastadoras. Una de las actrices estaba muy deprimida, yo sentí que se había arrepentido profundamente de haber aceptado el papel. Yo lo entendí, alguien dijo que no tenía las herramientas para entender la película, me pareció bueno reconocerlo”, detalló el ganador del Teddy en la edición 2003 del Festival de Berlín.

“Una amiga de las actrices vio la película con su familia y ellos mencionaron que era cómo ver una película ochentera, la época en que se iba a los cines de mil butacas. Que habían recuperado la emoción de esos momentos. Ése era verdaderamente mi propósito. En todas mis películas he tratado de llegar al rodaje con una idea muy clara de lo que quiero hacer. En este caso, estaban las referencias al cine popular, en especial a Valentín Trujillo y Chano Urueta, que aunque no trabajó en los 80 era un experimentador permanente”.

“Eran como dos figuras muy claras en mí, tuve muy presente su forma de hacer películas al momento de hacer La diosa del asfalto. No significó tampoco decir en tal película Valentín hizo este zoom o ponía la cámara torcida en el piso para representar un punto de vista. Yo las había asumido en cierto sentido y cuando se desarrolló la película aparecieron. Ahora que la volví a ver, descubrí cosas que no hice consciente. Están en mí porque me gusta, por ejemplo, Damián Acosta (El fiscal de hierro) o José Luis Urquieta (El asesino del metro). Los tengo presentes y al tener libertad creativa haciendo la película aparecieron en el rodaje.”

Uno de los elementos estéticos más comentados por la crítica especializada es la evolución dentro de la película del plano holandés, el cual se va agudizando conforme Max se acerca al momento de su ruptura con el resto de las Castradoras de Santa Fé. No obstante, para Hernández, este recurso se dio de manera natural durante el rodaje. Así lo explicó:

“Me di la oportunidad de tener un acercamiento emotivo. Así fue como apareció el plano holandés, que ya estaba en Rencor tatuado, algo que reconozco encontré en el cine de Chano Urueta y Valentín Trujillo. Incluso está en algunas de Ismael Rodríguez Jr. Fue un poco eso lo que de alguna manera determinó la manera en cómo está contada La diosa…

“Lo que descubrí después, cuando editamos la película, es que de alguna manera había evolucionado bien, a pesar de que no se filmó cronológicamente. Cuando la montamos, descubrimos que había una progresión, adquirió cierta importancia un poco perturbadora junto al plano circular, un plano que me gusta mucho, pero al público le causó un poco de escozor”, relató entre risas el cineasta.

Lecciones para futuros proyectos

El director de El cielo dividido (2006) asegura que su aventura por las historias de alguien más –antes de Rencor tatuado sólo había filmado guiones de su autoría– le dejó enseñanzas que planea utilizar en futuros proyectos y un ímpetu por mantenerse fiel a sus ideas sobre el fenómeno cinematográfico.

“Mi siguiente película va a ser como las anteriores –risas–. Por las reacciones, sí me hicieron pensar. Fueron cuatro años difíciles para conseguir que la película se viera, tuviera un canal. No me arrepiento de haberlas hecho, aprendí muchas cosas acerca de trabajar con las historias de otros. Es lo que aplicaré en la siguiente película, es una historia escrita por mi que intenta que la acción se concentre no sólo en el plano y los emplazamientos, sino en el diálogo”, manifestó Hernández y añadió:

La diosa del asfalto me ofreció la oportunidad de irme hasta la cocina, cómo decía mi maestro de guión en el CUEC. Era una oportunidad que no quería desaprovechar. Hacer películas no se presenta con mucha frecuencia, entonces siempre lo aprovecho al máximo, pruebo cosas, intento actores, música o cambiar la manera en que hacemos el montaje.”

“Cuando Ayala Blanco vio El cielo dividido me dijo que me esforzaba por destruir lo conseguido con la película anterior. Lo he hecho con todas las películas. Después de hacer Rabioso Sol, Rabioso Cielo, hice Yo soy la felicidad de este mundo y la crítica dijo que qué basura. Luego Rencor, y dijeron que no entendía nada, que era la pura complicación. Ahora con La diosa…, cuestionaron que me meta con temas y grupos sociales que no conozco, aun cuando mi hermano anduvo en las pandillas y las mujeres siempre han tenido papeles importantes en mis películas”.

“Todo eso se manifestará en las próximas películas. Habrá un cambio en el estilo de narración, sin duda”, aventuró el cineasta universitario.

  • Nadie es inocente | Dir. Sarah Minter | 1986
  • Sábado de mierda | Dir. Gregorio Rocha | 1988
  • Olor a muerte | Dir. Ismael Rodríguez Jr. | 1987
  • Pandilleros | Dir. Ismael Rodríguez Jr. | 1992
  • El secuestro de un periodista | Dir. Valentín Trujillo | 1992
  • Un hombre violento | Dir. Valentín Trujillo | 1984
  • Amelia | Dir. Juan Guerrero | 1964

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