Estudios de arte prehispánico, obra perdurable de Beatriz de la Fuente

A 15 años de su partida, sus libros continúan contribuyendo a la historia del país y refuerzan la identidad nacional

Como los grandes maestros universitarios que dejaron huella indeleble en sus diversos campos de estudio, la impronta de la historiadora Beatriz de la Fuente es perdurable en los estudios de arte prehispánico. Su obra se ha convertido en pilar de estudio y punto de partida metodológico para su conocimiento.

El legado de la maestra se integra en tres ejes principales: el método de estudio de las expresiones artísticas de Mesoamérica, el análisis concreto de las obras monumentales antiguas y su vocación académica apoyada en la función y visión administrativas.

Cierto día de 1993 la doctora De la Fuente se reconoció deudora de sus maestros los arqueólogos Alberto Ruz Lhuillier, Ignacio Bernal y Román Piña Chan y definió parte de su método de estudio: “Hay que mirar detenidamente, reflexionar y analizar sus hechos artísticos. Estos son los testigos a quienes debemos interrogar; sentir sus formas e indagar respecto de sus encubiertos contenidos”.*

Con ese horizonte metodológico catalogó, en principio, las 284 esculturas olmecas que se conocían hasta 1973; de ese análisis surgió la publicación Escultura monumental olmeca, el primero de una obra, semejante en grandeza, que consolidó el conocimiento del arte prehispánico para contribuir a la historia del país y reforzar la identidad nacional.

Docente del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, también fundó el Seminario de Investigación de Arte Prehispánico en el posgrado de esa misma facultad y a su vez, fue directora de la Escuela del Arte en la Universidad Iberoamericana. Se incorporó como investigadora al Instituto de Investigaciones Estéticas, entidad académica que posteriormente dirigió de 1980 a 1986.

Su trabajo fue reconocido, entre otros galardones, con el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1989 y sus pares universitarios le otorgaron el Premio Universidad Nacional en 1992. En el ámbito internacional, la Universidad de Harvard la distinguió con el Reconocimiento Tatiana Proskouriakoff en 2005.

Asimismo ocupó un sitio en la Junta de Gobierno de la UNAM, máximo órgano de gobierno; pero sin duda, un hito en la tarea de investigación del arte del pasado mexicano lo constituyó el ingreso de la doctora De la Fuente a El Colegio Nacional, primera mujer en acceder a ese espacio de sabiduría marcado por la masculinidad. Al respecto, la especialista consideró: “es un mundo de hombres; el mundo de la acción, del pensamiento y la reflexión sigue siendo de los hombres”.

A 15 años de su partida, María Teresa Uriarte Castañeda, su heredera académica rememora pasajes de la rigurosa vida intelectual de la historiadora: “Era una universitaria de corazón y dedicó parte de su vida a fortalecer el Instituto de Investigaciones Estéticas; no tengo ninguna duda de que el Instituto se consolidó con el esfuerzo de muchos directores, pero estoy convencida de que ella le dio un giro de sustentabilidad”.

Cuando la maestra De la Fuente decidió crear el proyecto de Pintura Mural Prehispánica participó a sus alumnos del estudio, “un trabajo que adquiere el calificativo de seminal”, en términos de historia del arte de México. “Decía que su amor estaba dividido entre los olmecas y los mayas, pero sus aportaciones de Occidente y del Altiplano también son destacados. Era una persona con una capacidad de trabajo impresionante con la que contagiaba a sus alumnos.

“Empezamos como integrantes del Seminario de Investigación, muy jóvenes, y con nuestras cámaras de fotógrafos aficionados sacábamos las fotos que se publicaron en los primero tomos del volumen de Teotihuacán, es decir, del altiplano central mexicano.

“Debo decir, que a través de la búsqueda con pasión del conocimiento es como tocó la vida de sus alumnos. A pesar del compromiso insoslayable con su familia (fue madre de cuatro hijos: Beatriz, Juan Ramón, Magdalena y Gabriela.), obtuvo maestría y doctorado, cosa extraordinaria en su tiempo, que habla de su vigor intelectual”.

El núcleo del legado de la doctora De la Fuente, lo constituye el proyecto Pintura Mural Prehispánica cuya sede es el Instituto de Investigaciones Estéticas “de gran trascendencia por ser un hallazgo de ella, un impulsó, del cual tengo el honor inmenso por haber comprometido mi palabra con ella para continuarlo.

En efecto, es un orgullo universitario porque solamente la UNAM pudo echar a andar un proyecto de tales características. Fue idea de la maestra De la Fuente invitar a especialistas de diversos institutos de la Universidad a participar de manera multidisciplinaria en él. Expertos en Física, Química y Materiales; o bien en Astronomía, Biología o matemáticas aportando ideas en líneas de estudio del arte prehispánico.

Uriarte Castañeda trabajó de manera muy cercana con su teacher –como la llamaba– más de 30 años lo que le permitió conocer esa metodología que ahora aplica en el Templo Superior de los Jaguares de Chichen Itzá, donde analiza. “cerca de 500 figuras reconocibles. Doña Beatriz nos enseñó a describirlos uno por uno, de arriba abajo. Estamos analizando uno por uno en toda su dimensión. Ese es uno de los méritos que resalto más destacados de la doctora De la Fuente: su metodología y el rigor científico”.

Ese proyecto se ha convertido en el registro más importante de pintura mural prehispánica en México; el siguiente paso, a cargo de Citlali Coronel Sánchez y Fernanda Salazar Gil, es trasladar el registro a un catálogo electrónico.

“Es probable que a final de año entre a proceso editorial el trabajo realizado en Chichen Itzá, en el cual se encuentran aportaciones novedosas. Es el trabajo de doña Beatriz, nosotros simplemente nos hemos dedicado a continuarlo”.

Es un trabajo seminal cuyo propósito no solo es comprender la belleza sino la profundidad estética del arte prehispánico. Los libros que próximamente saldrán de las imprentas son muestras de historia del arte, no antropológicas. Servirán para reconocerse en el pasado y así tener un futuro y un patrimonio tangible. “Eso es lo que hace a un país rico”.

“De esa manera se concreta su legado intelectual, científico y estético con el que podemos recordar a mi amadísima maestra Beatriz de la Fuente”.

*Virginia Careaga Covarruvias. “El encuentro que inspiró una obra”, en UNAM HOY, noviembre-diciembre de 1993.
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