Evocan al filósofo e historiador Miguel León-Portilla

Rolando por Coyoacán, canto al viento ¿cómo eran los antiguos mexicanos?, inicio del Programa de Barrios de Humanidades UNAM

Foto: Víctor Hugo Sánchez.

Uno de los grandes promotores de la intelectualidad y cosmovisión de los pueblos originarios, el filósofo e historiador, Miguel León-Portilla (febrero 1926-octubre 2019), fue recordado en su tercer aniversario luctuoso por la Casa de las Humanidades en colaboración con la Secretaría de Cultura de la alcaldía Coyoacán.

A tres años de su partida, el tlamantini (el que sabe) estuvo evocado por quien fue su compañera de vida, Ascensión Hernández Triviño, investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas, quien dijo que por 54 años Miguel León-Portilla fue vecino distinguido de Coyoacán: “aquí estuvo la que fue su morada, donde creó y realizó todo lo que escribió; también paseaba por aquí, acudía a los Viveros, andaba por nuestro pueblo”.

En la Casa de los Pueblos y Barrios Originarios de Coyoacán Dr. Miguel León Portilla, Ascensión Hernández hizo referencia a un escrito que su esposo rescató y tributó a Coyoacán, el Códice Coyoacán, elaborado en 1553 y cuyo original se encuentra en el archivo Simancas, cercano a Valladolid, considerado uno de los más importantes de Europa. “Lo localizó en los años 70, lo publicó y luego hizo una apuntación muy bonita en 2014, sólo son dos hojas”.

Indicó que León-Portilla dejó un gran legado a través de sus libros y documentos, y para ordenar y preservar su memoria “sería bonito juntar todo lo que dejó en esos cubículos (en el Instituto de Investigaciones Históricas [IIH], del que era integrante) –libros, artículos y revistas que no teníamos en casa–, y tener una memoria junto con su archivo privado. Estamos trabajando para que todo ese acervo quede en Coyoacán, porque fue el sitio donde creó, en el que tuvo sus mejores y difíciles momentos”.

Indicó que, como parte de los documentos que dejó León-Portilla en los cubículos del IIH, ha encontrado originales, entre ellos su obra de teatro La huida de Quetzalcóatl, elaborada en la década de 1950.

Recordó que la exdirectora del IIH, Carolina Ibarra, le ofreció un sitio para los archivos de su esposo; “nos reunimos en familia y decidimos llevarlos a casa”.

Por su parte, Gerardo Hierro Molina, yerno del filósofo universitario, dijo que su convivencia por más de dos décadas con León Portilla fue un gran regalo que le dio la vida. “Siempre tuvo un gran sentido del humor, éramos muy amigos, bromeábamos mucho”.

Desde niño, Miguel León-Portilla tuvo una enorme determinación y un gran sentido, sabía lo que quería. A los 15 años se fue a estudiar con los jesuitas, de quienes reconoció haber aprendido latín y griego, dos de las nueve lenguas que hablaba, entre ellos el náhuatl.

Después, a los 25 años decidió que la vocación eclesiástica no era su camino, por lo que regresó a México a cursar su doctorado en Filosofía en la Universidad Nacional, “así fue como se fusionó para siempre con la institución, de la que dijo era el paraíso. Miguel León-Portilla decía no pertenecer a un partido político, sólo al partido de la UNAM”.

Refirió que la tesis doctoral del experto en la cultura náhuatl y mesoamericana, “La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes”, en un principio no se la admitieron, “le decían que estaba loco, que los nahuas no tenían filosofía; tuvo que pelear para que le aceptaran ese tema. Sin embargo, su obra ha sido publicada ininterrumpidamente por más de 60 años. Es decir, él trajo a América el término de filosofía, antes nadie creía que los nahuas la tuvieran”.

Diego García del Gállego, titular del Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades, colaborador cercano de Miguel León-Portilla, informó que se trabaja en la edición de las memorias del experto reconocido en materia del pensamiento y la literatura de la cultura náhuatl, la cual será publicada en 2023.

Asimismo, dio a conocer que habrá una reimpresión del libro más vendido de la UNAM, Visión de los vencidos, de la colección Biblioteca del Estudiante Universitario, que edita el programa a su cargo.

En el encuentro cultural estuvo también María Luisa León Hernández, hija del homenajeado; Ángel Figueroa Perea, director general de Divulgación de las Humanidades; e Hilda Trujillo, directora general de Cultura de la alcaldía Coyoacán.

Rolando por Coyoacán, canto al viento ¿cómo eran los antiguos mexicanos?, en homenaje a Miguel León Portilla, es el inicio del Programa de Barrios, Humanidades UNAM, cuyo propósito es acercar la Casa de las Humanidades a la comunidad de Coyoacán, mediante una serie de actividades como talleres, charlas, conciertos, obras de teatro y lecturas.

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