Falta planeación en cuanto al agua

No se han tomado las medidas necesarias para prevenir la falta de precipitación; además, en muchas ciudades con hacinamiento hay sobreexplotación: Benjamín Martínez, del ICAyCC

Hay zonas en las que tradicionalmente tienen que recurrir al tandeo para acceder al recurso.

El agua difícilmente se va a acabar –comenta Benjamín Martínez López, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC), y añade– lo que hay es una falta de planeación”. Para el investigador, basándose en información reciente proveniente de reanálisis para el periodo 1950-2021, es claro que las lluvias han disminuido, pero también que no se han tomado las medidas necesarias previniendo esta falta de precipitación, además de que en muchas ciudades con hacinamiento, hay sobreexplotación del agua.

Para el experto en cambio climático y radiación solar, las lluvias se han reducido históricamente, particularmente en el norte del país. “En los años 70 del siglo pasado hubo algunos máximos de lluvia también alrededor del año 2000, pero ya para 2020 hay menos. Por ejemplo, en la región de Monterrey desde 1973 no ha habido un año en el que se sobrepase las precipitaciones del mismo”.

“Lo preocupante, es que en la parte central de Nuevo León, donde está Monterrey, hay disminuciones ya cercanas a los 17, 18 y 19 por ciento. A juzgar por esta información, el caso más grave es en la zona de Chihuahua y parte de Coahuila, también en algunas partes de Sonora, donde la situación puede ser aún más crítica. Por lo pronto, es poco probable que en las próximas décadas aumenten las precipitaciones, a no ser que ocurriera un exceso de eventos hidrometeorológicos extraordinarios” comenta el investigador.

Día cero

En Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, 2018 marcó un año decisivo. Para febrero de ese año el agua era tan escasa, que los habitantes tuvieron una restricción de 50 litros de agua por día, por la sequía que azotaba a la región que hizo que la presa más grande estuviera por debajo de 12.5 por ciento. El gobierno anunció que el 22 de abril se cerraría el suministro si no reducían al máximo el consumo. Con el racionamiento y ahorro de agua voluntarios, la fecha de cierre se retrasó primero al 11 de mayo, después al 11 de junio y luego al 9 de julio. Sin embargo, el esfuerzo colectivo rindió frutos y no hubo necesidad de cerrar las llaves.

Desde entonces, el día cero se ha tomado como referencia en medios y por gobiernos para alertar de la posible necesidad de racionar el agua. Sin embargo, Benjamín Martínez señala que el día cero es relativo, “Imagínese ¿qué pensaría un habitante de Iztapalapa, de esas zonas que tradicionalmente tienen que recurrir al tandeo para acceder al agua? Viven en el día cero desde hace mucho, pero si le preguntamos a una persona que vive en Santa Fe, no va a tener ese problema”.

Para Martínez López “lo que realmente se debe hacer es poner una legislación con leyes secundarias que impongan sanciones para el mal uso, la especulación y el acaparamiento. Esto se tendría que revisar. Deberían ponerse en el marco jurídico las sanciones correspondientes para que cualquier persona que haga mal uso del agua pague las consecuencias. Hace falta voluntad desde arriba hasta abajo. Los que tienen que empezar son los de arriba para que jalen a los de abajo. Porque no se le puede pedir a la gente que ahorre el recurso, como en Monterrey, donde salen noticias sobre que a pesar de todo los campos de golf están verdes. El pasto implica una cantidad de agua tremenda para tenerlo verde”.

Prevención y cuidados

Sobre las soluciones, el investigador comenta que éstas deben venir desde los gobiernos, aunque por supuesto también los ciudadanos pueden hacer un uso más racional. “Se puede pensar que un granito de arena es poco, pero millones de ello juntos hacen algo. Por otro lado, también se pueden buscar opciones, como desalar agua de mar. La tecnología existe y México tiene un potencial increíble de energía solar. Hay que hacerlo pensando en los tiempos por venir”.

Martínez López considera que la mala planeación de las ciudades y su crecimiento desmedido han sido un factor importante para la escasez. “Ya no se pueden planear las ciudades porque ya están hechas, pero debemos saber que hay una mala distribución. En Ciudad de México, por cuestiones ya históricas hay hundimientos por exceso de extracción de agua de los acuíferos y esto implica grandes volúmenes de agua que se van, que se fugan de las redes de distribución de agua potable. En caso de una sequía extrema como las que ya ha habido en el Valle de México, será complicado manejar la situación porque tenemos muchísima gente concentrada en una pequeña área y antes no había tal cantidad de personas”.

Es necesario prevenir, pues “al menos en la capital del país hemos tenido lluvias abundantes, pero no sabemos cuánto tiempo más las vamos a tener” termina el experto.

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