Ganan terreno las mujeres en la profesión veterinaria

La formación en la FMVZ aborda especies domésticas, de granja y silvestres. Foto: Archivo Gaceta UNAM.

La Medicina Veterinaria y Zootecnia pasó más de 90 años en México sin mujeres, pues era considerada socialmente una profesión exclusiva de hombres ligados básicamente al campo. Pero hoy, ellas han ganado terreno y son mayoría, como demuestra el hecho de que este año ingresaron a la generación 2022 de esta carrera en la UNAM un total de 620 estudiantes, de los cuales 75.5 por ciento corresponde a mujeres y 24.5 a hombres, documentó Ana María Román Díaz, profesora de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.

Pero esto no siempre ha sido así, la batalla de las mujeres en la profesión ha sido larga y es históricamente reciente. “En los años 40 del siglo pasado llegó al país una familia española de tradición veterinaria de apellido Medina, y traía a sus dos hijas África y Ángeles Medina Navascues. África fue la primera mujer médica veterinaria que se graduó en el país en 1944”, comentó la especialista .

Después Guadalupe Suárez Michel fue la segunda médica veterinaria y la primera mexicana en lograrlo, realizando sus estudios en la Escuela Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia, que en la década de 1940 suma el ingreso de las primeras estudiantes mujeres.

En opinión de Román Díaz la discriminación hacia la mujer en su gremio continúa en algunos círculos, pero cada vez es menos. “Ya no se puede sostener. Ahora los raros son los machistas”.

El rol de las y los médicos veterinarios en la sociedad es muy amplio y no se limita al cuidado de mascotas; una de las principales acciones de estos profesionistas es la detección temprana de enfermedades de muy diversas especies y de infecciones de origen animal que puedan transmitirse a los humanos, así como el estudio de agentes patógenos en la cadena alimentaria, señala en su página web la Productora Nacional de Biológicos Veterinarios (Pronabive) del gobierno de México.

El documento añade que las y los médicos veterinarios preservan la salud animal y la pública, y garantizan la producción de alimentos sanos e inocuos desde las granjas de producción hasta las mesas de los consumidores mexicanos.

“El Día del Médico Veterinario Zootecnista en México es el 17 de agosto porque celebramos que en esa fecha, pero en 1853, Antonio López de Santa Anna emitió y publicó un decreto para instituir la educación veterinaria en el país. Ese año también se fundó la primera escuela veterinaria en México y en el continente americano”, recordó.

La especialista rememoró que dicha escuela fue agregada al Colegio Nacional de Agricultura que ya existía en el antiguo Colegio de San Gregorio.

Para 1857, cambia esta enseñanza dentro de la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria, perdurando hasta 1914. Entre los años 1916 y 1918 son reanudados, aunque separados, los estudios en la Escuela Nacional de Agricultura (actual Universidad de Chapingo), prosiguió.

Desde el año 1939 se conoce como Escuela Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia, adscrita a la Universidad Nacional Autónoma de México, nombre con el que se alude también a la cría y mejora de especies económicamente valiosas, con lo que las disciplinas asociadas con su enseñanza reciben un notable impulso.

La Escuela se trasladó de San Jacinto, por el rumbo de la calzada México-Tacuba en la Ciudad de México, a las nuevas instalaciones de Ciudad Universitaria. En 1969, el Consejo Universitario le otorgó la categoría de Facultad.

Román Díaz anotó que la formación en la FMVZ es muy amplia, pues se abordan muchas especies: domésticas, de granja y silvestres, que tienen diversas diferencias entre ellas. “Los animales de compañía (como perros y gatos) se abordan en lo individual, mientras que los animales que son para producción (vacas, pollos, cerdos) se ven en comunidad”, explicó.

Finalmente consideró que los y las médicos veterinarios deben conservar un enfoque global ambiental, inculcando el respeto de los hábitats de todas las especies. “Seamos todos ecológicos y algo podemos aportar.”

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