Gran reto, adaptar Cien Años de Soledad a la pantalla

Difícil adecuar el lenguaje verbal al visual, dice el cineasta Reyes Bercini pero, “hay mucho más que ganar si se hace llegar a quienes no han leído la novela de García Márquez”

Adaptar el lenguaje verbal de Cien Años de Soledad al lenguaje visual del cine es el mayor reto que tendrá la versión para la televisión, que se anunció esta semana, apunta el cineasta Reyes Bercini, decano del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC).

García Márquez siempre estuvo interesado en el cine, de hecho, escribió guiones en México, pero cuando comenzaron a adaptarse sus obras, no quedó satisfecho, porque el uso que tenía del lenguaje verbal no siempre se concebía como un lenguaje cinematográfico, aunque con la película de Arturo Ripstein, Tiempo de morir, el colombiano estuvo muy contento, comenta el maestro Bercini, escritor de la película de culto Llámenme Mike.

Cuando el escritor colombiano comenzó a ir a un lenguaje más puro, se alejó de la imagen cinematográfica. Muchas veces intentaron comprarle los derechos de Cien Años de Soledad para hacerla película, pero el problema que él veía, era que la obra necesitaba mucho tiempo en pantalla, porque el cine trata de contar una historia en hora y media, dos horas.

Pero ahora, a una novela así, no le va a quitar nada que se haga una adaptación a la televisión o al cine, al contrario, va a agregar otro punto de vista: alguien que no iba a leer el libro, probablemente lo lea. A la obra original del autor no le pasa nada, simple y sencillamente hay que buscar hacerlo lo más cercano a la poética de la escritura del nivel de García Márquez, que sea semejante, ir del lenguaje verbal al visual, anota Reyes Bercini.

Quizá sea una ventaja que el formato sea de serie, por la posibilidad de contar una historia en diez, veinte, treinta horas. Es mejor porque pueden contar toda la historia, pero depende de la calidad del guion, de quién lo haga. Normalmente es un pool de escritores, y depende de quién dirija los capítulos, señala el decano del CUEC, y añade que “todo ese público que nunca ha leído a García Márquez, creo que será un lector que se acercará al escritor”.

Hay que pensar también que ya no podemos decir que es para la televisión, sino para la pantalla. Porque si compramos una pantalla de 70, 90 o 120 pulgadas, ya tenemos nuestra propia sala de cine en casa, dependiendo de nuestras posibilidades y el espacio que tengamos.

La anuencia para la adaptación la dieron sus hijos, Rodrigo y Gonzalo García Barcha, quienes han aceptado que la plataforma que adquirió los derechos convierta el clásico de su padre en serie, la cual se estima estará lista para 2020.

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El mayor reto

Debemos saber que se trata de dos lenguajes, la mayoría se da cuenta que al hacer una adaptación, se van a perder unas cosas, pero se van a ganar otras, por ejemplo, la naturaleza en Cien Años de Soledad, puede ganar mucho con una extraordinaria fotografía. Los buenos diálogos pueden ayudar dentro de la novela, que se escriban dentro del contexto que se va narrando.

El reto más importante siempre es conseguir que la poesía verbal, sea llevada a la poesía visual. Conseguirlo es muy difícil, al igual que hacer lo contrario, cuando se han hecho novelas de algún guion, no siempre se consigue hacer una buena novela de una película, anota Bercini y señala que “nadie va a quedar contento… pensando en los problemas que van a tener los guionistas para tratar de adaptar su obra maestra, toda esa belleza verbal a una belleza visual”.

Para terminar, el maestro Bercini considera que “los puristas se van a quejar de la adaptación, pero millones de personas podrán ver un capítulo cada noche, y estar contentos y luego buscar el libro. La novela tiene más que ganar que perder. Al libro ya nadie le quita nada”.