Guillermo Soberón Acevedo, científico y gran humanista

Fortaleció el bachillerato y creó cinco escuelas nacionales de estudios profesionales

Foto: archivo Gaceta UNAM.

La UNAM es más nacional y es más autónoma gracias a la visión y convicción del doctor Guillermo Soberón Acevedo, a quien tanto le debe la nación, la salud y la educación de nuestro país, afirmó el rector Enrique Graue Wiechers.

Fueron muchos sus logros en las áreas de la educación, la ciencia, los sistemas sanitarios y, en general, el bienestar de los mexicanos, añadió en el homenaje que la Fundación Miguel Alemán rindió al destacado médico, fallecido el pasado 12 de octubre.

En la sesión virtual, Graue agregó que Soberón fue “un hombre científico, un gran ciudadano y hombre institucional, y esta conjunción hizo probablemente que lograra tanto”. En la Universidad dio un gran impuso al plan de crecimiento y fortalecimiento del bachillerato por medio del Colegio de Ciencias y Humanidades; y creó cinco escuelas nacionales de estudios profesionales, hoy facultades de Estudios Superiores, que abrieron espacio a la creciente comunidad estudiantil en zonas geográficas de mayores necesidades.

Asimismo, fundó nuevos centros de investigación en áreas de vanguardia e impulsó la descentralización geográfica de la investigación universitaria. También condujo y realizó el gran proyecto del Centro Cultural Universitario, único en su naturaleza, concebido integralmente para la comunidad universitaria y la población en general.

Gracias a sus intervenciones, destacó Graue, “la autonomía fue elevada a rango constitucional, protegiéndola de distintas motivaciones ajenas que pudieran atentar contra la educación pública y laica en nuestra nación”.

Soberón, continuó, fue un hombre sensible a los requerimientos sociales, íntegro, inteligente, atento, cálido y con una extraordinaria capacidad de construir aquello que imaginaba, dones que en conjunto son difíciles de encontrar y que en buena medida fueron la razón de sus innumerables logros.

En todas sus acciones, en la docencia, la investigación, la administración pública o la administración universitaria supo compartir y transmitir sus objetivos, “y quienes estuvimos cerca de él, por eso los hicimos propios. Nos identificamos con él y compartimos sus propósitos. Esta es la verdadera esencia de un líder”, dijo el rector.

Todo lo que consiguió fue gracias a su inteligencia, tesón, capacidad de trabajo y por su noble y gallardo ejemplo. “Que descanse en paz el doctor Soberón, para siempre en la memoria de la Universidad”, concluyó Enrique Graue.

Imaginar y anticipar

José Narro Robles, exrector de la UNAM y exsecretario de Salud, expresó que Soberón fue un gigante de la vida, del pensamiento y la acción, un hombre de enorme capacidad para imaginar y anticipar, pero igualmente para convocar y ejecutar. Fue un hombre de ideas, ideales y principios inquebrantables; siempre se comprometió con el cambio, la superación, el progreso y la transformación. Nunca apostó a iniciar de cero, a ignorar o despreciar lo hecho por otros, y tampoco a debilitar a las instituciones.

Diego Valadés Ríos, investigador emérito y exdirector del Instituto de Investigaciones Jurídicas, mencionó que Guillermo Soberón “nos habituó por décadas a su presencia cálida, afectuosa e inspiradora. Ahora nos queda una gran serie de lecciones de las cuales podremos seguir aprendiendo; su ejemplo sirve para iluminar las acciones futuras”.

El director ejecutivo del Institute for Global Health Sciences de la Universidad de California en San Francisco, y exsubsecretario de Salud de México, Jaime Sepúlveda Amor, aseveró que Soberón fue el médico con mayor influencia en los quehaceres de salud de este país, así como uno de los mejores rectores en la historia de la UNAM.

Alejandro Carrillo Castro, director general de la Fundación Miguel Alemán, moderó el encuentro.

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