Informe de Mario Luis Fuentes, del PUED

Hay 57 instancias de la UNAM con presencia en las fronteras norte y sur

Realizan trabajo multidisciplinario: registro, investigación, cursos, actividades de difusión, acciones de salud, así como labores de asistencia

Estación Noroeste de Investigación y Docencia de la UNAM en Tijuana. Foto: archivo Gaceta UNAM.

Con el fin de agrupar y registrar el trabajo multidisciplinario que realiza la Universidad Nacional Autónoma de México en los límites migratorios del país, se presentó el informe La UNAM en las Fronteras 2022, el cual está a cargo del investigador Mario Luis Fuentes Alcalá, del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED).

Se trata, entre varios objetivos, de lograr una transformación social, fortalecer las redes de investigación y comunicación, para conseguir una labor multidisciplinaria que permita una real y mayor incidencia social.

El también vicepresidente de la Junta de Patronos del Patronato Universitario de la UNAM expuso que el informe es sólo una muestra de lo que realiza la Universidad, en donde se involucran 57 entidades académicas de un aproximado de 130, y destacó: “El 46 por ciento de lo que reportan dichas entidades tiene que ver con cursos y actividades de difusión, 39 por ciento con investigación, y el resto con incidencia social”.

Entre las actividades que emprende la Universidad por medio de sus diversas instancias, dijo, se realizan en su mayoría acciones de salud con migrantes en las fronteras norte y sur de México. En esto, mencionó, se involucran integrantes de las facultades de Medicina, de Enfermería y Obstetricia y Odontología.

“Hay además una enorme actividad que hace la UNAM. El Instituto de Geografía, por ejemplo, cuenta con una plataforma de información, en la que se registran los flujos migratorios que hay en la frontera: de dónde salen, dónde ingresan y cómo se comportan”, añadió.

El informe se hizo público en el marco del Coloquio La UNAM en las Fronteras de México, efectuado en la Estación Noroeste de Investigación y Docencia de la UNAM, en Tijuana, Baja California. Desde ahí, el también académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales indicó que otro de los objetivos es identificar “cuáles son las redes de cooperación que existen en esta aspiración universitaria del trabajo integral de todo este marco de conocimiento”.

Recordó que desde 2019 se inició la búsqueda de tener una visión en conjunto de lo que hace la Universidad en las fronteras. “Vivimos tiempos de incertidumbre en los que la sensación de vacío está transformando no sólo el presente, sino además el futuro de todas las visiones para enfrentar los retos sociales”.

En dicho proceso, agregó, uno de los aspectos que más le sorprendió fue la enorme solicitud que había de varias comunidades para que la UNAM registrara y pudiera dar testimonio de lo que ocurre.

“A lo que llamamos emergencia social, que son estas caravanas migratorias, fue a lo que me avoqué en estos cuatro años, dar cuenta primero de los testimonios de lo que ocurría. Con ello también escribí un libro que se titula La frontera está en todas partes.”

Incidencia

En presencia de Loreta Castro Reguera, académica de la Facultad de Arquitectura –quien también relató algunas de las acciones académicas y prácticas que ha realizado particularmente en Tijuana, Baja California, y Tapachula, Chiapas–, Mario Luis Fuentes informó que entre las acciones que han fraguado universitarios está el hecho “de que migrantes tengan acceso a todo el sistema de cultura que tiene la Universidad”.

Es un tema, refirió, fundamental para la reintegración social de los refugiados; incluso para quienes permanecen por más tiempo: la revalidación de sus estudios profesionales, o en el caso de algunos jóvenes de distintas nacionalidades, la búsqueda de estudiar en la Universidad. Ahí se enfrentan “con la preparación para acreditar el examen de ingreso, lo que a veces los coloca en desventaja”.

En este informe 2022, precisó, “tenemos registrados varios proyectos, por ejemplo, el que realiza el Centro de Enseñanza para Extranjeros, para que algunos migrantes puedan aprender español y logren socializar”.

Además, de lo hecho por otras instancias en diversos ámbitos del conocimiento, como las facultades de Arquitectura, de Derecho, la Escuela Nacional de Trabajo Social, así como los programas universitarios de Derechos Humanos, y de Estudios de la Ciudad, entre otras instancias.

“La labor es también documentar la emergencia, pero sobre todo dar cuenta de que la Universidad puede y debe hacer más: tenemos que crear mayor reconocimiento a lo que estamos haciendo, preparar nuevos profesionales que tengan una vocación social que inicie en sus procesos de servicio social y de titulación para que generemos estos agentes de transformación social, que es lo que define ser universitario”, concluyó.

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