Hay democracias renqueantes…

La gente valora menos la democracia que hace 10 años, desconfía de las instituciones políticas, los presidentes, congresos, partidos...

La gente valora menos la democracia que hace 10 años, desconfía de las instituciones políticas, los presidentes, congresos, partidos, de cualquier instancia de poder, señala Manuel Alcántara, catedrático de la Universidad de Salamanca.

Hay una crisis en la representación política, acota en entrevista, “que afecta a los partidos políticos en tres dimensiones: han perdido su identidad –y como consecuencia de eso la gente no se identifica con ellos–, han sido capturados por individuos y se han fragmentado.

El autor de El oficio de político considera que en las actuales democracias se mantiene la variable electoral: “Se sigue eligiendo a las autoridades políticas a través de procesos electorales razonablemente competitivos, justos, libres e igualitarios; pero otros procesos democráticos están más renqueantes, por ejemplo, lo relacionado con el Estado de derecho, políticas públicas que satisfagan las necesidades de la población. Eso ha quedado rezagado”.

“¿Esto es un preludio o es un paso previo a una catástrofe mayor?”, se cuestiona el académico. “No lo sé, pero puede ser. Por eso estamos en este escenario de fatiga. Y hablo del cansancio como del corredor que en un determinado ejercicio se siente fatigado y tiene que parar. Y no sabemos si esto significa que se va a derrumbar totalmente o si lo que necesita es sólo un poquito de aire para retomar la carrera.”

La discusión en la plaza pública está ausente, no sólo frente a cualquier convocatoria electoral, sino también a la hora de buscar solución a los problemas que confrontan las sociedades”

Manuel Alcántara | Catedrático de la Universidad de Salamanca

Diversas identidades

La política se da en el seno de cada sociedad, y ésta tiene determinadas características, explica. “Antiguamente decíamos: es una sociedad agraria o patriarcal o con cierto nivel de industrialización. Y hoy es virtual, en la que las tecnologías de la información han tenido un crecimiento exponencial, tanto en términos de tiempo, como del espacio”.

Y esto ha cambiado al mundo de manera radical, pondera. “El sociólogo Zygmunt Bauman inventó hace 20 años el término de sociedades líquidas para hablar de las que se habían ido articulando como consecuencia de lo que se conoce como la sociedad de consumo”.

Estas sociedades líquidas hoy se han licuado todavía más, gracias a lo virtual reflexiona. “Son sociedades en las que lo colectivo cuesta trabajo ponerlo en marcha, el individualismo se ha potenciado, la manipulación de sentimientos se da a través de las falsas verdades –fake news– y del manejo de las comunidades virtuales mediante la inteligencia artificial”.

La sociedad no tiene más datos, hay mucho ruido, aclara. “La información es la que se puede procesar, como un profesional de ésta, a través de tamizar mis opiniones, las de otros, pensarla y ponerla negro sobre blanco. Eso es información”.

Considera que las identidades también se han disuelto. “Hoy decir qué es de izquierda o de derecha es algo muy confuso. Hay una fragmentación del demos, de la gente que lleva muchas camisetas puestas, diversas identidades superpuestas”.

Lo colectivo está ahora mismo en retroceso. “Es mucho más fácil vender a un individuo que una idea. Esta última finalmente es compleja y un individuo supone una cara y una sonrisa. Esto ya lo sabíamos antes con la publicidad. Ahora, con los mecanismos de manipulación de las emociones, es más fácil vender ese producto”.

Manuel Alcántara cree que no se debe satanizar lo digital, porque se puede utilizar para causas justas. Hay que “abrir espacios con el objetivo de que estas nuevas tecnologías no estén monopolizadas por unos pocos. Debemos construir discursos y escenarios alternativos de manejo de la información, a través de una inteligencia artificial que pueda ser creativa, y que no sirva únicamente a los intereses de estas empresas”.

Foto: Diana Maldonado.

Populismo

Respecto al populismo, Alcántara dice: “Como régimen político tenemos experiencias populistas desde hace mucho tiempo. Sin ir más lejos, en América Latina el peronismo era populista, o el régimen brasileño con Getúlio Vargas”.

Hoy se llama populismo a cualquier cosa que tenga que ver con una especie de reto al status quo y al manejo de una suerte de discurso demagógico. “Este populismo se ha visto animado por las campañas emocionales que vienen desarrollándose a través de las redes sociales. Es mucho más fácil emocionar a la gente con pequeñas frases, que aluden a comportamientos de tipo emocional”, acota.

Alcántara dictó la conferencia magistral La democracia fatigada en el marco de sociedades virtuales cansadas en el marco del IX Congreso Nacional de Ciencias Sociales. Y destacó: “La discusión en la plaza pública está ausente, no sólo lo está frente a cualquier convocatoria electoral, con la consiguiente banalización de las ofertas proclamadas, sino también a la hora de buscar solución a los problemas que confrontan las sociedades”.

El Informe Latinobarómetro 2023: La recesión democrática de América Latina consideró en su estudio el cuestionamiento sobre si “importaría que un gobierno no democrático llegara al poder si resuelve los problemas”.

Este planteamiento aborda el tema del poder que un ciudadano entrega a través del voto a un gobierno que pasa por encima de las leyes, aunque no es militar, señala el informe. “Una actitud claramente populista-autoritaria”.

En los últimos 20 años, entre 2002 y 2023, este indicador aumentó en la región del 44 % al 54 %, con un ritmo pausado pero consistente, que consolidó esta opinión como mayoritaria en varios países, precisa el Informe Latinobarómetro 2023.

También destaca que hay una recesión democrática “que se expresa en el bajo apoyo que tiene la democracia, el aumento de la indiferencia al tipo de régimen, la preferencia y actitudes a favor del autoritarismo, el desplome del desempeño de los gobiernos y de la imagen de los partidos políticos”.

En su medición más reciente destaca que sólo el 48 % apoya la democracia en Latinoamérica, “lo que significa una disminución de 15 puntos porcentuales desde el 63 % de 2010” (https://www. latinobarometro.org/lat.jsp).

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