Expertos del Instituto de Geofísica opinan

¿Hay más sismos con epicentro en la CdMx?

En comparación con 2022, la cantidad de microsismos registrados hasta la fecha se mantiene dentro de los límites esperados

A pesar de que podría parecer que se están produciendo más sismos en Ciudad de México (CdMx) que en años anteriores, Luis Antonio Domínguez Ramírez, del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, ha instado a los residentes a mantener la calma. Desde el año 2000, el Servicio Sismológico Nacional ha registrado al menos 266 microsismos con epicentro en la capital mexicana, la mayoría de ellos imperceptibles para la población. Asimismo, apuntó que en comparación con 2022 el número de eventos registrados hasta la fecha se mantiene dentro de los límites esperados.

“Es comprensible pensar que hay más sismos en CdMx debido a la frecuencia con la que se están produciendo, pero es una cuestión de percepción. Cada año se registran varios microsismos, que siempre han ocurrido”, señaló el especialista en modelación de propagación de ondas sísmicas.

Es una opinión que comparte Luis Quintanar Robles, del Departamento de Sismología del IGf, quien apunta:

“Si apreciamos el fenómeno sísmico como es realmente: uno geológico donde los tiempos de recurrencia –en los que se repiten los movimientos– varían por decenas o cientos de años, en algunas ocasiones, entonces no es tan extraordinario que ocurran cuando lo vemos en una escala de tiempo mayor. Es una zona en la que recurrentemente se activan pequeñas fallas y producen esta sismicidad.”

El del pasado 10 de mayo, por ejemplo, se originó en “un sistema de fallas asociado a las estribaciones de la Sierra de Las Cruces, que es la que separa el Valle de México del Valle de Toluca. Esa formación geológica tiene ligadas fracturas que, cuando son activadas, producen movimientos como el ocurrido no sólo ese día, sino en semanas anteriores. Desde finales de marzo y todo el mes de abril se han registrado sismos en esa parte de la ciudad, y todos tienen su origen en el mencionado sistema de fallas”, añadió Quintanar Robles.

En este sentido, Luis Antonio Domínguez Ramírez explicó que los microsismos han sido intensos “porque en los suelos blandos el movimiento producido por un sismo es mayor. Otro factor importante por considerar es la distancia al epicentro y la profundidad”.

Ninguna nueva falla

En la capital del país existen reportadas numerosas fallas geológicas, por ejemplo: las de Mixhuca, Santa Catarina, Xochimilco y Contreras, entre otras. La ciudad se encuentra situada en una región volcánico-tectónica que es propensa a producir sismos.

No obstante, tras los terremotos del 19 de septiembre de 2017, con epicentro en Axochiapan, Morelos, y el del 19 de septiembre de 2022, originado en Coalcomán, Michoacán, “no se ha registrado la aparición de nuevas fallas”, apuntó Domínguez Ramírez.

Por su parte, Luis Quintanar Robles recalcó que “la población debe estar consciente de que los sismos que podemos sentir no solamente son aquellos destructores que provienen de las costas del Pacífico, sino que también del Valle de México, que es una zona sísmica y que afortunadamente las magnitudes de los movimientos que aquí ocurren son sensiblemente menores. Debemos saber cómo convivir con ellos, construir mejores casas y qué hacer en caso de uno”.

¿Por qué la alerta sísmica no se activa en estos casos?

Luis Antonio Domínguez Ramírez indicó que se debe principalmente a dos factores relacionados con el diseño de esta red de alertamiento. “Los microsismos no activan la alerta sísmica porque su magnitud es menor al umbral de 6. El del 10 de mayo fue de magnitud 3.0, por lo que el primer requisito no se cumple. En segundo lugar, la alerta está diseñada para detectar sismos que ocurren en la región sísmica más activa del país: la zona de subducción de la Placa de Cocos y la Placa de Norteamérica, ubicada a lo largo de la costa de los estados de Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Puebla. Estas dos razones explican por qué no se activa la alerta en estos casos”.

Un punto importante, subrayó Quintanar Robles, es entender las diferencias entre las fallas del Pacífico y las que se encuentran en Ciudad de México. Así lo expuso: “En la costa del Pacífico, generalmente, se asocian a la subducción –una placa oceánica se mete por debajo de una continental–, este fenómeno produce fricción entre las placas y activación de las fracturas, que en esa parte de del país sí tienen longitudes del orden de las decenas de kilómetros, a diferencia de las fallas que ocurren dentro del Valle de México, que son sumamente superficiales”.

Aunque las probabilidades de un movimiento telúrico de gran magnitud con epicentro en la capital del país son bajas, no pueden descartarse. En 1912, en el municipio de Acambay, Estado de México, se produjo un sismo de 6.9 grados que causó la muerte de 140 personas y provocó graves daños estructurales en los edificios.

“Mientras el evento de 1912 fue cortical, el de 2017 fue un sismo al interior de la placa que subduce por debajo de la continental y, por ende, bajo la corteza. Ambos fueron terremotos intraplaca que, como su nombre indica, son aquellos que ocurren dentro de una placa tectónica. Son muy raros, pero su capacidad de destrucción es devastadora. No podemos descartar ese tipo de escenario en Ciudad de México”, concluyó.

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