Deslizamientos de la corteza terrestre

Hay sismos lentos que duran hasta ocho meses

Precedieron a los últimos cuatro terremotos de subducción en México: Víctor Manuel Cruz, del Instituto de Geofísica

Los sismos lentos son eventos de deslizamiento de la corteza terrestre, que en México duran hasta seis u ocho meses y ocurren entre las placas tectónicas de Cocos (que es oceánica) y la de Norteamérica (que es continental), sin que los percibamos los seres humanos.

En el país se dan notablemente al sur del territorio con cierta periodicidad, cada 3.5 años en Guerrero y 1.5 en Oaxaca, aproximadamente. “La mayoría se produce a mayor profundidad (sobre la interfaz de las placas) que donde suceden los terremotos potencialmente devastadores”, afirmó Víctor Manuel Cruz Atienza, investigador del Instituto de Geofísica (IGf), quien utiliza tecnología y métodos sofisticados para observar y estudiar estos movimientos.

 

En un artículo publicado en la revista Nature Communications, el experto y sus colaboradores anotan que los últimos cuatro grandes terremotos de México han sido precedidos de sismos lentos.

“No todos generan un terremoto, pero hemos documentado que al menos los últimos cuatro grandes en el país (con magnitud superior a 7 desde 2014 hasta la fecha, uno en Guerrero y tres en Oaxaca, todos bajo la costa) fueron antecedidos por la ocurrencia de uno lento. Eso sugiere que hay una interacción preponderante entre ellos, pero no suficiente para garantizar la ruptura de uno mayor. Esto es cierto, al menos, con nuestra capacidad de observación actual”, explicó.

Los eventos lentos (más profundos que los devastadores) pueden llegar a ser terremotos grandes por la acumulación de tensión que produce su deformación en zonas acopladas de la interfaz de placas, conocidas como asperezas. Estas tensiones son capaces de desestabilizar la interfaz dando lugar a los movimientos telúricos mayores que conocemos.

“Pareciera que la iniciación de un sismo grande tiene como condición necesaria la ocurrencia de uno lento, pero esa condición no es suficiente ni por lo tanto garantía de que así sea. Los lentos son, por ende, un factor preponderante pero no el único, hasta donde hemos sido capaces de ver en la naturaleza”, aclaró Cruz Atienza.

Otra observación extraordinaria reportada en el estudio es que el gran terremoto de Tehuantepec del 7 de septiembre de 2017 (magnitud 8.2) perturbó fuertemente el ciclo de los sismos lentos a escala regional, tanto en Guerrero como en Oaxaca, generando una sucesión extraordinaria de los lentos que, a su vez, ocasionaron los terremotos de Puebla-Morelos que devastaron Ciudad de México y sus alrededores el 19 de septiembre de 2017, y de Pinotepa Nacional, el 16 de febrero de 2018. Esto se debió al cambio de las propiedades mecánicas del material que está entre las placas, causado por las ondas sísmicas sin precedente en México producidas por el terremoto de Tehuantepec.

Soberanía científica

Para hacer este trabajo, el investigador y sus colaboradores realizaron varios métodos matemáticos y computacionales, entre los que destaca el denominado ELADIN.

“Es un proceso que permite determinar el deslizamiento lento y el acoplamiento de la interfaz de placas a partir de mediciones geodésicas en superficie. Es muy robusto y poderoso. Lo desarrollamos nosotros, liderados por Josué Tago Pacheco, geomodelador excepcional y profesor de la Facultad de Ingeniería. Posee cualidades únicas adaptadas para responder nuestras preguntas científicas”, señaló Cruz Atienza, quien adelantó que un artículo asociado, donde se introduce formalmente el método ELADIN, está a punto de ser divulgado en la revista inglesa Geophysical Journal International.

Cruz Atienza defiende obrar por la soberanía científica como única vía hacia la emancipación académica internacional. Es decir, “sentar las bases técnicas que permitan establecer verdaderas colaboraciones con pares de los mejores grupos de investigación del mundo, desarrollando la capacidad de responder nosotros mismos a las grandes preguntas que nos hacemos relacionadas, por ejemplo, con estos sismos lentos y su relación con grandes terremotos”, remató.

Se dan notablemente al sur del territorio con cierta periodicidad, cada 3.5 años en Guerrero y 1.5 en Oaxaca. Imagen: cortesía de Víctor Manuel Cruz.
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