Heterogéneo, el impacto de cambio climático en mares

Si sigue aumentando la temperatura habrá más desplazamiento de especies de regiones tropicales hacia los polos, asegura Felipe Amezcua, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM

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Reducción en la pesca disponible en algunas regiones del mundo, cambio en la distribución de especies, migración de algunas a regiones con temperaturas más afines o desplazamiento a otras zonas por alteración de rutas en corrientes marinas, son algunos efectos del cambio climático global, advierte el doctor Felipe Amezcua Martínez, investigador de la Unidad Académica de Mazatlán, adscrita al Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL) de la UNAM.

Sin embargo, el impacto climático por el aumento de temperatura, no ha sido homogéneo en toda la Tierra. Sus efectos no son los mismos en los casquetes polares que en las zonas tropicales. Tampoco en las especies marinas y pesquerías de unas y otras regiones.

La afectación en los polos ha sido más drástica. Allá las anomalías de la temperatura, entre otros factores, causan no solo deshielo de los cascos polares y posiblemente el desprendimientos de glaciares, sino que están desplazando buena parte de recursos pesqueros de las regiones tropicales hacia los polos,

México indocumentado

Estados Unidos, Europa y Canadá han documentado más el impacto del calentamiento global en las pesquerías y especies de los mares del hemisferio norte, por su cercanía geográfica e interés comercial, por el mayor impacto del cambio climático en esas latitudes, por el menor número de especies y su mayor abundancia, y por contar con datos ambientales y estadísticas pesqueras desde 1800.

Para países como México, dice el doctor Felipe Amezcua Martínez, “es un tema bastante complicado”. Por cuestiones históricas, el país solo cuenta con estadísticas de pesca desde 1950, “no tiene datos ambientales” y en sus litorales es mayor la diversidad de especies aunque “la abundancia no es tanta”.

Todo esto implica un mayor grado de dificultad para poder entender cómo y cuánto impacta el cambio climático la dinámica del mar y la vida en los litorales mexicanos.

Especies que se lleva la corriente

La coriolisis o movimiento de la Tierra genera las principales corrientes marinas, pero muchas de ellas también son producidas por los cambios de temperatura, densidad de agua y surgencias (acceso de masas de agua desde el fondo hacia la superficie).

El aumento de agua dulce en el mar, a consecuencia del deshielo de los polos, afecta las corrientes, pues el agua dulce es menos densa que la salada,

“Al modificar el cambio climático el curso de las corrientes marinas, modifica la distribución de muchas especies: en algunas regiones la abundancia de las especies importantes disminuye y aparecen otras menos importantes para la pesca”, sugiere Amezcua.

En el caso de México, el camarón, la jaiba, la langosta y muchas larvas de peces que viven en la columna de agua son planctónicos (dependen de la corriente porque no tienen movimientos por sí mismos) en vez de llegar al sitio A, serán desplazados al sitio B o C o a cualquier otro lado.

El calentamiento global también es uno entre otros factores que detonan la migración de algunas especies a “provincias biogeográficas” con intervalos de temperatura que les son más afines.

La región de Sinaloa, México, es una zona de transición “entre una provincia menos templada y otra más tropical”. Entre el invierno y el verano cambia la composición de peces: con el aumento de temperatura, llegan las más afines a climas tropicales. Si la temperatura sigue aumentando de manera permanente, posiblemente se tengan en esa parte del pacifico más peces tropicales.

Especies de afinidades tropicales, como el Dorado, han aparecido en latitudes generalmente consideradas templadas, como en las costas de Australia y Sudáfrica, mientras que el tiburón blanco se ha observado cerca de la gran Bretaña, cuando su distribución era hasta la costa oeste de Francia. El problema es que estas especies son depredadores tope y pueden alterar la cadena alimenticia.

Especies invasoras

EU, Canadá y países de Europa han documentado importantes alteraciones en la pesca a consecuencia del cambio climático. Para México, como los cambios ocurren a escalas de tiempo muy largas, es difícil saber cuáles son las consecuencias por el cambio climático, cuáles por la contaminación y cuáles por la sobrepesca.

Además, considera el investigador del ICMyL, las comunidades en México son muy complejas por la diversidad e interacción de especies involucradas. La pesca de los llamados depredadores tope, ubicados arriba de la cadena alimentaria, tiene impacto en las redes alimenticias y eso ocasiona alteraciones.

Aunado a eso, aunque no es por el cambio climático, las especies invasoras, traídas por barco o introducidas por la gente, afectan también a las especies nativas de una región.

La introducción del pez león en el Caribe mexicano, donde no tiene un depredador natural, ha ocasionado una alteración en las abundancias de especies nativas. El pez león se alimenta de crustáceos, moluscos y peces, los cuales –al no estar adaptados a la presencia de este depredador– no tienen mecanismos de defensa. Además de una disminución en la diversidad, esta devastación también puede ocasionar alteraciones en las pesquerías locales.

Otro ejemplo es el pez diablo, de agua dulce del Amazonas de Brasil, que también ha impactado la pesca en aguas interiores del país. Tirados por la gente en diferentes acuíferos, se reprodujeron sin control. Ahora, sólo se pesca esa especie exótica porque las nativas han desaparecido. “En Michoacán la tradicional pesca del pescado blanco ha mermado”.

La pesca de atún, una de las más reguladas en nuestro país, está estable, pero ¿cómo y cuánto afecta el cambio climático otras pesquerías? “Por falta de datos sobre biodiversidad, abundancias, distribuciones y migraciones, aún no sabemos”, apunta Amezcua Martínez..

El oído de la sardina

Para entender el aumento de temperatura en el Golfo de California, la Unidad de Investigación Mazatlán del ICMyL, con el INAPESCA y la Universidad de Miami, estudian los otolitos (estructuras del oído interno de los peces formados de carbonato de calcio) de las sardinas. Con base en la información ambiental que guardan estas estructuras, y la aplicación de métodos químicos mediante isótopos de oxígeno, se reconstruye la temperatura del agua de mar en el momento que se capturaron esos organismos.

Resultados preliminares indican que sí ha habido un aumento en la temperatura en el Pacifico mexicano, aunque no como en otros sitios. Una meta siguiente es entender cuáles son los potenciales efectos de ese cambio.

Amezcua Martínez señala que es muy grande la falta de conocimiento sobre pesca y ecosistemas marinos en general. Por ejemplo, los modelos tradicionales de manejo de pesquerías, enfocados en especies específicas, “no han funcionado” pues manejan las pesquerías per se, sin considerar su alimentación o el ecosistema en general.

Ahora se implementan modelos eco-históricos que abarcan todo el ecosistema al manejar la pesca. Sin embargo, es complicado el implementar estos modelos. Si a eso se le suman los efectos del cambio climático, la complejidad aumenta, sobre todo en países tropicales y subtropicales como México

Debido a que son megadiversos y las interacciones que se conjugan son muchas, así como a la falta de estudios y datos sobre biología de las especies marinas, remarca el investigador de la UNAM, hay menos investigación sobre el efecto del cambio climático en estas latitudes.

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