Honestidad y justicia, dos valores imprescindibles

Desigualdad, violencia, corrupción o impunidad, principales problemas que agobian a la sociedad: Jorge Adame


Desigualdad, violencia, corrupción, impunidad… Estos son algunos de los principales problemas que nos agobian y mantienen en la lona como sociedad. ¿Qué podemos hacer para combatirlos y reencontrar el camino hacia una convivencia más civilizada?

Jorge Adame Goddard, del Instituto de Investigaciones Jurídicas, se hizo esta pregunta hace tiempo. Por eso, se ha dedicado a reflexionar sobre dos conceptos que hoy en día, por desgracia, no gozan de mucha credibilidad entre nosotros, los mexicanos: honestidad y justicia.

“La honestidad y la justicia son valores, criterios de juicio para guiar la conducta personal y social. De unos años acá hemos descreído de ellos. De ahí que sea necesario tener claridad acerca de lo que significan para obrar conforme a ellos, precisamente”, dijo.

Respetar

Según el investigador, la honestidad es la actitud, la disposición, libre y voluntaria, de aceptar y respetar tanto la legalidad civil como la ley natural.

“Supone aceptar y respetar desde el reglamento de tránsito hasta la Constitución, pero también los principios de la ley natural, como el de guiar la vida conforme a la razón y no conforme a las emociones o apetitos. Esta actitud es esencial. Si no hay la disposición de aceptar y respetar la legalidad civil y natural, uno queda sin una guía y actúa según sus propios caprichos o intereses. Y esto es lo que muchas personas hacen en la actualidad”, comentó.

Acerca de la justicia, el académico universitario afirmó que es la actitud de cumplir con lo que se debe a los demás: a los amigos, compañeros de trabajo, acreedores, comunidad, al país, lo cual implica, entre otras cosas, el pago de deudas e impuestos…

Hoy, competencia e intereses

De acuerdo con el especialista, la cultura mundial predominante ha dejado a un lado estos valores y puesto la competencia y los intereses como criterios de guía para la vida personal y social.

“Está bien regular la competencia para que no sea desleal; sin embargo, no toda la vida social es así, únicamente en una mínima parte. La vida social tiene que ser colaboración. El hecho de tener la disposición de colaborar responde a la ley natural. Los hombres y las mujeres hemos nacido para ayudarnos unos a otros y no para contender y aplastarnos.”

Adame Goddard está convencido de que la culpa de esta concepción errónea de las relaciones humanas recae en el materialismo, es decir, en la idea de que las personas siempre se mueven por intereses económicos, de poder y de prestigio, y nunca por valores como la honestidad y la justicia.

“En este sentido podría asegurarse que el materialismo cercena la vida humana y la reduce a una mera lucha de intereses”, apuntó.

Así pues, urge difundir lo que son la honestidad y la justicia; de esta manera, cuando todos sepamos qué son y aceptemos y adoptemos las conductas correspondientes, estos valores se convertirán en hábitos personales y costumbres sociales.

“Sí, la eficacia de la honestidad y la justicia radica en que tengamos conductas honestas y justas a nivel personal y social. Claro, esto requiere tiempo y el apoyo de los sistemas educativos. Es indispensable que en los sistemas educativos se hable de estos valores y no únicamente de respeto y tolerancia. Es importante respetar y tolerar a los otros, por supuesto, pero lo es más colaborar, a partir de la honestidad y la justicia, con ellos. Si hay respeto y tolerancia puede haber colaboración, pero el respeto y la tolerancia no bastan para vivir en armonía”, finalizó.

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